Serenata Sin Luna.

Serenata Sin Luna

Por Roberto Dorador.

Este día de la madre pasará desapercibido, sin la clásica algarabía y festividad característicos.
¿El confinamiento podrá mas que el amor hacia la madre en este país de matriarcado?

Los músicos más necesitados están a punto de arriesgarse al trabajo comunitario, a la multa de 1700 varos y al desprestigio social por haber puesto en riesgo a la población.

Manifestaciones pacíficas, pequeños levantamientos desde lo oscuro hasta lo público amenazan con desbordarse, la cárcel, el servicio comunitario donde pintas con pintura invisible o biodegradable (que dicho sea de paso nos cuesta más a los contribuyentes)pero “madre sólo hay una”.

Mil pesos de apoyo, que les paguen luz, agua, gas y una despensa semanal son algunos puntos del pliego petitorio de la raza musical protestante en la plaza de armas el 6 de mayo .

El día 9 es clave para las serenatas a la madre, y pues qué tanto, si hay sana distancia.
La madre en su ventana y los músicos en la calle con cubrebocas (excepto las trompetas), llevan su gel, llevan sus googles y están dispuestos a llevar guantes; pero ya lo dijo el gobierno federal, “no sirven para nada”, entonces pues si está confuso.

Esperanza en que los líderes sindicales musicales hagan algo, aunque sea dar bola, anhelan los músicos, sugerencias de sólo serenatas, nada de fiestas y concentraciones.
Una serenata dura aproximadamente 20 a 30 min (seis rolitas) pero si quieren se baja a dos rolas nada más, y todo pa’ que la madrecita estalle en encabronamiento: “¿Qué andas haciendo en la calle?”

El tema esta para discusión, los músicos se sienten abandonados hasta por los comunicadores que los agreden verbalmente, los inquisan antes de salir a tocar, pero también buena parte de la población los apoya, pues están jodidos como ellos, pero la madre es la madre, símbolo mas arraigado en este país, para muestra un botón: Me tienes hasta la madre, Chinga a tu madre, Está a toda madre, Está con madres, etc. La madre, viva o muerta, es la autoridad, hasta el ejecutivo apela a ellas para controlar la delincuencia en el país.

Panteones sin hijos se verán debido a la controvertida contingencia, madres cuidarán a sus hijos desde el cielo y las cuestionadas “decisiones de gobiernos no podrán parar las próximas contingencias económicas, porque el hambre es cabrona y nos pondrá a buscar romper la regla y buscarle la papa”.

Lo seguro es que los policías arremetan contra los próceres filarmónicos y, como siempre, descuiden a la delincuencia común, que agradece el gesto, pues los robos se empiezan a incrementar y solo necesitas el cubrebocas pa’ ocultar tu identidad.

Pero, ¿qué hacer? “Tampoco hay alcohol pa’ que aflore el sentimiento”… Ahora sí ya se puso canija la cosa.

Los músicos fresas ya se promocionan con serenatas virtuales, por 1000 varos le personalizamos a su jefita.
El “Síndrome de la Cabaña” donde el miedo y pánico alimenta la depresión y la ansiedad permite nuevas formas de comercio musical y destruye tradiciones.

El pianista comentó: “agarra la música de oficio no de profesión”. Sabio consejo, quizás, para algunos controversial.

Alguna voz popular dice: “pinches músicos tienen dos chambas, que no se quejen”; es cierto que algunos trabajan en el gobierno, otros son taxistas, pero hay la mayoría de honrosas excepciones donde no hay más que el oficio de músico.

¡Ah!, pero si le has dicho a tu señora madre que querías ser músico, lo más seguro es que te hubiera dicho que ¡Ni Madres!
¡Au Revoir Mes Amis!