Mons. Gómez insta los obispos de EEUU a proclamar a Cristo como vencedor de la muerte.
Redacción ACI Prensa, 171120.
En su primer discurso presidencial ante la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, describió la necesidad de proclamar al Cristo que venció a la muerte, frente a una sociedad cuya fe y esperanza ha sido debilitada debido a la pandemia de coronavirus.
“Hermanos, en este tiempo de muerte, tenemos la Palabra de vida. Venimos en el nombre del Dios cuyo amor es más fuerte que la muerte”, dijo Mons. Gómez el 16 de noviembre, en la Asamblea General de otoño de la USCCB.
“Necesitamos decirles a nuestros vecinos las buenas noticias de que tenemos un Redentor. Que murió para que podamos vivir. Que pasó por el valle de sombra de muerte, para que no temamos mal alguno, ni siquiera la muerte”, agregó.
En su discurso pregrabado para la reunión virtual, el Prelado también exhortó a los obispos a “continuar formando y capacitando a los discípulos misioneros, como el Papa Francisco nos llama a hacer”.
“Esta es nuestra misión en este momento. Continuar brindando sanación y esperanza a la gente de nuestro tiempo”, expresó.
Mons. Gómez, quien fue elegido presidente en el encuentro de noviembre de 2019, aún no había presidido una asamblea general. La asamblea de primavera de 2020 se canceló y la asamblea de otoño se llevará a cabo en línea.
El Arzobispo de Los Ángeles llamó a los obispos a “responder a los urgentes desafíos evangélicos que plantea esta pandemia” y, en particular, a “dar testimonio del destino trascendente de la persona humana”.
“En esta hora en nuestro país, nuestros vecinos necesitan a la Iglesia más que nunca. Ahora es la hora del testimonio cristiano”, dijo.
“Como sabemos, la fe de la gente en Dios ha sido sacudida. En el corazón de sus temores hay preguntas fundamentales sobre la divina Providencia y la bondad de Dios. Esto es mucho más que una emergencia de salud pública. En todas partes, vemos cómo se extiende el miedo a la enfermedad y la muerte”, aseguró.
Este temor prevaleciente es evidencia de que “el mensaje central del Evangelio –el amor de Cristo por cada persona, el poder de Su cruz, la promesa de Su resurrección– se está desvaneciendo del corazón de nuestro prójimo”, lamentó el Arzobispo.
En su mensaje, reiteró que la Iglesia debe proclamar la “verdad de que la historia humana es historia de la salvación” y que “Dios tiene un hermoso plan para cada corazón humano. Para cada nación. Y para toda la creación”
“Necesitamos dar esperanza a la gente. Que en todas las cosas, incluso el sufrimiento y la muerte, Dios está obrando por el bien de quienes lo aman”, dijo.
Mons. Gómez recordó que la Iglesia debería seguir “el valiente ejemplo del Beato Michael McGivney” y “llorar ahora con los que lloran”. McGivney, el fundador de Caballeros de Colón, fue beatificado el 31 de octubre en Hartford.
A pesar del “año desafiante” tanto para la Iglesia como para el resto del mundo, el Arzobispo recordó a los obispos Michael McGivney puede servir como “modelo e intercesor para nuestros propios ministerios”.
“Él era pastor en una época de confusión moral y malestar social. Tal como somos nosotros”, dijo Mons. Gomez, y señaló que McGivney fue ordenado sacerdote aproximadamente una década después de la Guerra Civil.
“Como nosotros, era un sacerdote llamado a ministrar en una pandemia. De hecho, dio su vida durante la pandemia de gripe de 1890, una de los más de 1 millón que murieron en todo el mundo”, recordó.
Cuando McGivney fue ordenado, explicó Mons. Gómez, “fue una época marcada por la violencia racista, la intolerancia antiinmigrante, la pobreza generalizada y los crecientes problemas sociales”, y había un anticatolicismo desenfrenado en la sociedad.
“El P. McGivney enfrentó estas injusticias viviendo el Evangelio. El amor no era una abstracción o una ‘causa’ para él. La viuda y el huérfano, el padre sin trabajo; el prisionero en el corredor de la muerte. El beato Michael McGivney conocía sus rostros y conocía sus nombres”, indicó.
Desde la última asamblea, el mundo ha visto meses de malestar social, una pandemia, una elección presidencial y la publicación de la tan esperada investigación del Vaticano sobre los abusos cometidos por el ex cardenal Theodore McCarrick.
Al comienzo de su discurso, Mons. Gomez solicitó a sus hermanos obispos que “hicieran una pausa para recordar a todos nuestros hermanos y hermanas que son víctimas y sobrevivientes del abuso sexual del clero”.
“A la luz del informe de la Santa Sede sobre Theodore McCarrick, nuevamente queremos expresar nuestro profundo dolor y rezar para que puedan encontrar curación y esperanza. Renovemos también hoy nuestro compromiso de proteger a los niños y adultos vulnerables y de eliminar este flagelo del abuso en la Iglesia”, añadió.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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