Te Deum por BXVI, fiel siervo del Evangelio

Damos gracias a Dios por Benedicto XVI “fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”

 

En el Ángelus de la Plaza de San Pedro, Francisco vuelve a recordar, como ya hizo en el Te Deum y en la Misa de esta mañana, a su predecesor fallecido ayer. Pocos minutos después de su muerte, Francisco había acudido a la Mater Ecclesiae para rezar junto al cuerpo de Ratzinger, que ahora descansa en la capilla del Monasterio.

Salvatore Cernuzio y Tiziana Campisi, Ciudad del Vaticano. (V.N. 010123).

 

“En estas horas invocamos tu intercesión en particular por el Papa emérito Benedicto XVI, que dejó este mundo ayer por la mañana. Todos nos unimos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.

 

Con palabras de sincero afecto, Francisco condensó su dolor por el fallecimiento de su predecesor, pero también su gratitud por el hombre al que, ya en el Te Deum de ayer, había calificado de “don para la Iglesia y para el mundo”. Benedicto, “el buen abuelo”, el “padre” y “hermano”, como lo había definido en estos años de pontificado, falleció ayer por la mañana y la Sala de Prensa del Vaticano difundió hace unos minutos imágenes del cuerpo del Pontífice emérito que “descansa” en la capilla del Monasterio Mater Ecclesiae, la estructura en los Jardines Vaticanos, a pocos pasos de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, que Ratzinger había elegido como residencia tras renunciar al ministerio petrino en 2013.

 

Francisco ayer en Mater Ecclesiae inmediatamente después de la muerte

Ayer por la mañana, Francisco acudió al monasterio pocos minutos después de las 9.34, hora del fallecimiento. Así lo confirmó hoy el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, explicando que, inmediatamente después de ser avisado por el secretario especial, monseñor Georg Gänswein, el Papa llegó en automóvil a la Mater Ecclesiae en torno a las 10 de la mañana. Ya lo había hecho el pasado miércoles 28 de diciembre, inmediatamente después de alertar al mundo del empeoramiento del estado de salud de Ratzinger, pidiendo “una oración especial” por él.

 

El cuerpo en la capilla del monasterio

El Papa Bergoglio fue el primero en visitar al difunto que, según contaron quienes le asistieron en los últimos minutos de su vida, murió con gran serenidad. El Pontífice rezó junto al cuerpo, que se encuentra ahora, como se ha referido, en la capilla de la Mater Ecclesiae, junto a un pesebre, vistiendo ornamentos rojos. De momento no hay visitas previstas. Desde mañana a las 9 de la mañana y durante otros tres días, hasta el funeral del 5 de enero, el cuerpo estará expuesto en la basílica de San Pedro para la veneración de los fieles.

 

Aplausos y banderas en la Plaza de San Pedro

El Papa Francisco, como se ha indicado, ya en la Misa de esta mañana en la Basílica Vaticana recordó a su predecesor, encomendándolo a la intercesión de la Virgen María. De nuevo en el Ángelus, a los 40.000 fieles presentes en la Plaza de San Pedro, les pidió que rezaran, unidos, por su alma, citando también el programa de la RAI “A Sua Immagine” en el que se mostraban imágenes de la “actividad” y la “vida” de Joseph Ratzinger. A sus palabras siguieron los aplausos de los presentes en la plaza, desde donde ondeaban banderas alemanas o con el nombre de “Benedicto XVI”.

 

NOTA ALUSIVA

 

Francisco: El nuevo año comienza bajo el signo de la Santa Madre de Dios

En la Solemnidad de la Virgen María Madre de Dios el Pontífice invoca la paz por intercesión de la Virgen María, singo de “esperanza”, y Madre de Jesucristo Príncipe de la Paz. Y encomendó al Papa emérito “para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios”.

 

Johan Pacheco, Ciudad del Vaticano. (VN, 010123).

 

“El año, que se abre bajo el signo de la Madre de Dios y nuestra, nos dice que la llave de la esperanza es María, y la antífona de la esperanza es la invocación Santa Madre de Dios”, expresó el Papa Francisco en la misa de la mañana del 1 de enero 2023 en la Basílica de San Pedro del Vaticano, teniendo presente también una oración especial por el fallecido Papa emérito Benedicto XVI, y por la paz en el mundo.

 

“Y hoy encomendamos a la Virgen a nuestro amado Papa emérito Benedicto XVI para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios”, expresó el Pontífice.

 

En la homilía de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, el Papa Francisco reflexionó sobre un aspecto fundamental de la fe, “una noticia bellísima: Dios tiene una Madre y de ese modo se ha vinculado para siempre con nuestra humanidad, como un hijo con su madre, hasta el punto de que nuestra humanidad es su humanidad”, Y cómo de esta manera, Dios se hace cercano a la humanidad “abrazándola de forma real y plena”, y de esta manera expresando su amor.

 

“Dios no nos ama de palabra, sino con hechos; no lo hace “desde lo alto”, de lejos, sino “de cerca”, desde el interior de nuestra carne, porque en María el Verbo se hizo carne, porque en el pecho de Cristo sigue latiendo un corazón de carne, que palpita por cada uno de nosotros”.

 

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores

El título “Santa Madre Dios” mencionó el Papa Francisco, entró “en el corazón del santo Pueblo de Dios, en la oración más familiar y hogareña, que acompaña el ritmo de las jornadas, los momentos más penosos y las esperanzas más audaces: el Avemaría”. En cuya plegaria dice el Santo Padre: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores». Esta invocación muchas veces marcó el ritmo de nuestras jornadas y permitió a Dios acercarse, por medio de María, a nuestras vidas y a nuestra historia”.

 

Exhortó Francisco a pedir la intercesión de la Virgen María, la paz en el mundo: “A través de las manos de una Madre, la paz de Dios quiere entrar en nuestras casas, en nuestros corazones, en nuestro mundo”.

“Recemos a la Madre de modo especial por los hijos que sufren y ya no tienen fuerzas para rezar, por tantos hermanos y hermanas afectados por la guerra en muchas partes de mundo, que viven estos días de fiesta en la oscuridad y a la intemperie, en la miseria y con miedo, sumergidos en la violencia y en la indiferencia”.

 

Los pastores fueron y vieron

Y como compromiso de todos para construir la paz, el Papa invitó a dejarse aconsejar por los primeros que vieron a la Madre con el Niño, los pastores de Belén: “El Evangelio subraya de los pastores, sobre todo, dos gestos muy sencillos, que, sin embargo, no siempre son fáciles. Los pastores fueron y vieron: ir y ver”.

 

“Hoy, al comienzo del año, en lugar de sentarnos a pensar y a esperar que las cosas cambien, nos vendría bien preguntarnos: Yo, ¿hacia dónde quiero ir este año? ¿A quién voy a hacer el bien?”.

 

“Ir y ver -expresó Francisco-. Hoy el Señor ha venido entre nosotros y la Santa Madre de Dios lo pone ante nuestros ojos. Redescubramos, en el impulso de ir y en el asombro de ver, los secretos para hacer este año verdaderamente nuevo.

 

Finalizó el Papa la homilía aclamando junto a los fieles: ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios!