Vivir con gratitud y esperanza cristianas, no mundanas

Año Nuevo 2024: El Papa Francisco alienta a vivir con gratitud y esperanza cristianas y no mundanas

Por David Ramos

ACIPRENSA, 31 de diciembre de 2023 / 12:45 PM

Horas antes del inicio del Año Nuevo 2024, el Papa Francisco alentó a vivir esta última noche del año “de forma distinta a la mentalidad mundana”, con la gratitud y esperanza cristiana que vienen de la relación “con Dios y con los hermanos”.

Al celebrar las Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, y el Te Deum de acción de gracias de fin de año en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa destacó que “la fe nos permite vivir esta hora de forma distinta a la mentalidad mundana”.

“La fe en Jesucristo, Dios encarnado, nacido de la Virgen María, da una nueva forma de sentir el tiempo y la vida. Lo resumiré en dos palabras: gratitud y esperanza”, señaló.

“Algunos dirán: ‘Pero ¿no es eso lo que hace todo el mundo en esta última noche del año? Todo el mundo da gracias, todo el mundo espera, sea creyente o no’. Tal vez lo parezca, y tal vez lo sea. Pero, en realidad, la gratitud mundana, la esperanza mundana son aparentes; les falta la dimensión esencial que es la relación con el Otro y con los demás, con Dios y con los hermanos”.

Esa gratitud y esperanza mundanas, señaló, “están aplastadas sobre el yo, sobre sus intereses, y por eso les falta el aliento, no van más allá de la satisfacción y el optimismo”.

“En cambio, en esta Liturgia se respira otra atmósfera: la de la alabanza, de asombro, la de la gratitud. Y esto sucede no por la majestuosidad de la Basílica, no por las luces y los cantos; estas cosas son más bien la consecuencia, sino por el Misterio que la antífona del primer salmo expresaba así: ‘¡Maravilloso intercambio! El Creador tomó un alma y un cuerpo, nació de una virgen; […] nos da su divinidad’”.

El Santo Padre resaltó que “la Liturgia nos hace entrar en los sentimientos de la Iglesia; y la Iglesia, por así decirlo, los aprende de la Virgen Madre”.

“Pensemos en la gratitud que debió de sentir María al contemplar a Jesús recién nacido. Es una experiencia que sólo puede tener una madre, y sin embargo, en ella, la Madre de Dios, tiene una profundidad única, incomparable”, indicó.

“María sabe, ella sólo con José, de dónde viene ese Niño. Sin embargo, Él ahí está, respirando, llorando, necesitando de comer, ser cubierto, cuidado. El Misterio da espacio a la gratitud, que surge de la contemplación del don en la gratuidad, mientras se ahoga en la ansiedad del tener y del parecer”.

El Papa Francisco subrayó que “la Iglesia aprende la gratitud de la Virgen Madre. Y aprende también la esperanza”.

“Lo de María y de la Iglesia no es optimismo, es otra cosa: es fe en Dios que es fiel a sus promesas; y esta fe toma la forma de esperanza en la dimensión del tiempo, podríamos decir ‘en camino’. El cristiano, como María, es un peregrino de esperanza. Y este será el tema del Jubileo de 2025: ‘Peregrinos de la esperanza’”, indicó.

Al referirse en especial al Jubileo de 2025, que comenzará con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en diciembre de 2024, el Santo Padre alentó a trabajar “cada uno en su ámbito” para que Roma “sea signo de esperanza para quienes viven en ella y para quienes la visitan”.

“Porque una ciudad más habitable para sus ciudadanos es también más acogedora para todos”, destacó.

El Papa Francisco subrayó que “un peregrinaje, especialmente si es desafiante, requiere una buena preparación. Por eso, el próximo año, que precede al Jubileo, está dedicado a la oración. ¿Y qué mejor maestra que nuestra Santa Madre?”.

“Aprendamos de ella a vivir cada día, cada momento, cada ocupación con la mirada interior vuelta hacia Jesús”, animó.

NOTA RELACIONADA.

En el último día del 2023, el Papa Francisco anima a “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”

Por David Ramos

ACIPRENSA, 31 de diciembre de 2023 / 07:55 AM

En sus palabras previas al rezo del Ángelus este 31 de diciembre, en la fiesta de la Sagrada Familia, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedir “la gracia del asombro” y “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”

En sus palabras previas al rezo del Ángelus este 31 de diciembre, en la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedir “la gracia del asombro” y “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”.

El Santo Padre recordó que hoy el Evangelio muestra a la Sagrada Familia “en el templo de Jerusalén, para la presentación del Niño al Señor”.

Jesús, María y José, indicó, llegan al templo y presentan “la más humilde y sencilla de las ofrendas como testimonio de su pobreza”, y luego “María recibe una profecía: ‘Una espada traspasará tu alma’”.

“Llegan en’ la pobreza y se van con una carga de sufrimiento. Esto suscita sorpresa: ¡pero cómo, la Familia de Jesús, la única familia en la historia que puede presumir en sí misma de la presencia de Dios en carne y hueso, en lugar de ser rica es pobre! ¡En lugar de ser aliviada, parece ser obstaculizada! ¡En lugar de estar libre de fatiga, está inmersa en un gran dolor!”.

El Papa luego señaló: “¿Qué dice a nuestras familias, este modo de vida, la historia de la Sagrada Familia, pobre, obstaculizada, con gran dolor? Nos dice algo muy bello: Dios, que muchas veces imaginamos que está más allá de los problemas, ha venido a habitar nuestras vidas con sus problemas”.

Dios, continuó, “nos ha salvado así: no vino adulto, sino muy pequeño; vivía en una familia, hijo de madre y padre; allí pasó la mayor parte de su tiempo, creciendo, aprendiendo, en una vida de cotidianidad, de escondite y de silencio”.

“Y no evitó las dificultades, al contrario, eligiendo una familia, una familia ‘experta en sufrimiento’, y dice a nuestras familias: ‘Si os encontráis en dificultades, sé lo que sentís, lo he vivido: Yo, mi madre y mi padre lo probamos para decírselo también a su familia: ¡no están solos!’”.

El Papa Francisco resaltó que “José y María ‘se asombraban de las cosas que se decían de Jesús’, porque no creían que fueran el anciano Simeón y la profetisa Ana quienes decían estas cosas. Quedaron asombrados”.

“Y quiero centrarme en esto hoy: en la capacidad de asombro. La capacidad de asombro es un secreto para avanzar bien en la familia. No acostumbrarse a lo ordinario de las cosas. Ante todo, saber dejarse asombrar por Dios, que nos acompaña”, alentó.

“Y luego, sorprenderse en familia. Creo que es bueno que una pareja sepa sorprenderse de su propio cónyuge, por ejemplo tomándolo de la mano y mirándolo a los ojos durante algunos momentos por la noche, con ternura: el asombro siempre lleva a la ternura”, señaló el Papa, resaltando que “es bella la ternura en el matrimonio”.

Además, animó a los padres a “maravillarse ante el milagro de la vida, de los hijos, encontrar tiempo para jugar con ellos y escucharlos. Les pregunto a ustedes, padres y madres: ¿encuentran tiempo para jugar con sus hijos? ¿Para sacarlos a pasear? Ayer hablé por teléfono con una persona y le pregunté: ‘¿Dónde estás?’. – ‘Estoy en la plaza, saqué a mis hijos a caminar’. Es una hermosa paternidad y maternidad, esta”.

“Y luego, maravillarse de la sabiduría de los abuelos”, exhortó, y lamentó que “muchas veces sacamos a los abuelos de la vida. No, los abuelos son fuentes de sabiduría. Aprendamos a asombrarnos de la sabiduría de los abuelos, de su historia”.

Tras resaltar que “los abuelos que devuelven la vida a lo esencial”, el Santo Padre animó a los fieles a asombrarse de su “propia historia de amor”, pues “cada uno de nosotros tiene la propia: el Señor nos hizo caminar con amor, asombrarse de esto”.

“Nuestra vida ciertamente tiene aspectos negativos, pero también nos asombra la bondad de Dios al caminar con nosotros, aunque seamos tan inexpertos”, aseguró.

“María, Reina de la familia, ayúdanos a asombrarnos: hoy te pedimos la gracia del asombro. Que Nuestra Señora nos ayude a asombrarnos cada día del bien y a saber enseñar a los demás la belleza del asombro”, concluyó.