El Papa en el Ángelus: Buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser
Este domingo, 30 de julio, el Santo Padre en su alocución antes de rezar la oración del ángelus invitó a reflexionar sobre los tres gestos que realiza el “comerciante de perlas finas” y pidió a la Virgen María “que nos ayude a buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser”.
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“¿Cuál es esa perla por la que se puede renunciar a todo, de la que nos habla el Señor?¡Es Él mismo, Jesús! Él es la perla preciosa de la vida, que hay que buscar, encontrar y hacer propia. Merece la pena invertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del ángelus de este domingo, 30 de julio, ante los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro.
Los gestos del “comerciante de perlas finas”
Al comentar el Evangelio (Mt 13,44-52) que la liturgia presenta este XVII Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre invitó a reflexionar sobre los gestos que realiza el “comerciante de perlas finas” al encontrar “una perla de gran valor”: “primero busca, luego encuentra y finalmente compra”. Al referirse al primer gesto que realiza el comerciante, el Pontífice dijo que, él sale a buscar la novedad del Señor.
“Es un comerciante emprendedor, que no se queda quieto, sino que sale de su casa y se pone a buscar perlas preciosas. No dice: ‘Me conformo con las que tengo’, sino que busca otras más bellas. Y esto nos invita a no encerrarnos en la costumbre, en la mediocridad de los que se contentan, sino a reavivar el deseo: reavivar el deseo, para que el deseo de buscar, ir adelante no se apague; a cultivar los sueños de bien, a buscar la novedad del Señor, porque el Señor no es repetitivo, siempre trae novedad, la novedad del Espíritu, siempre hace nuevas las realidades de la vida. Y nosotros debemos tener esta actitud: buscar”.
No perdamos tiempo y libertad en cosas triviales
“Encontrar”, es el segundo gesto que realiza el comerciante de perlas finas, y sobre este gesto, el Papa Francisco dijo que, es una persona prudente, que “tiene ojo” y sabe reconocer una perla de gran valor. Y para explicar esta segunda actitud, el Pontífice puso como ejemplo “los fascinantes bazares orientales”, donde si uno se detiene a mirar con atención, puede descubrir tesoros: cosas muy valiosas. Pero el comerciante de la parábola tiene buen ojo y sabe encontrar, “discernir” la perla.
“Esto también es un aprendizaje para nosotros: cada día, en casa, en la calle, en el trabajo, de vacaciones, tenemos la oportunidad de vislumbrar el bien. Y es importante saber encontrar lo que vale la pena: entrenarnos para reconocer las gemas preciosas de la vida y distinguirlas de las baratijas. ¡No perdamos tiempo y libertad en cosas triviales, pasatiempos que nos dejan vacíos por dentro, mientras la vida nos ofrece cada día la perla preciosa del encuentro con Dios y con los demás! Es necesario saber reconocerla: discernir para encontrarla”.
Jesús es la perla preciosa de la vida
El último gesto que realiza el comerciante de la parábola, afirmó el Santo Padre, es comprar la perla. Al darse cuenta de su inmenso valor, vende todo, sacrifica todos sus bienes para tenerla. Según el Pontífice, el comerciante cambia radicalmente el inventario de su almacén; no queda nada más que esa perla: es su única riqueza, el sentido de su presente y de su futuro.
“Esto también es una invitación para nosotros. Pero, ¿cuál es esa perla por la que se puede renunciar a todo, de la que nos habla el Señor? ¡Esa perla es Él mismo, es el Señor. Buscar al Señor y encontrar al Señor, vivir con el Señor. La perla es Jesús! Él es la perla preciosa de la vida, que hay que buscar, encontrar y hacer propia. Merece la pena invertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia”.
Buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser
Finalmente, el Papa Francisco invitó a no perder de vista los tres gestos que realiza el comerciante de la parábola – buscar, encontrar, comprar – y a hacernos algunas preguntas que pueden ayudarnos en nuestra vida cotidiana; pidiendo a la Virgen María que “nos ayude a buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser”.
“Buscar: ¿yo, en mi vida, estoy en búsqueda? ¿Me siento bien, conforme, o entreno mi deseo por el bien? ¿Estoy en jubilación espiritual? Cuántos jóvenes estan en la jubilación espiritual. Segundo gesto, encontrar: ¿me ejército en discernir lo que es bueno y viene de Dios, sabiendo renunciar a lo que me deja poco o nada? Por último, comprar: ¿sé gastarme por Jesús? ¿Está Él en primer lugar para mí, es Él el mayor bien de la vida? Sería bonito decirle hoy: Jesús, Tú eres mi mayor bien”.
NOTA RELACIONADA
Parolin: Es necesario garantizar todas las libertades a los cristianos de Oriente Medio
Diez años después del secuestro en Siria del padre Paolo Dall’Oglio, el cardenal Secretario de Estado Vaticano celebró una Misa en Roma y hace un nuevo y sentido llamamiento por el mártir sirio y por todos los desaparecidos en estos años de conflicto. “La fe en Cristo -dijo Parolin- impulsó al padre Pablo al diálogo con los musulmanes”.
Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano. (Vatican News, 300723).
Un sentido llamamiento para hacer todo lo posible por encontrar al padre Paolo Dall’Oglio y a todos los demás desaparecidos – 120.000 según la ONU – en estos años de guerra en Siria. Lo ha pronunciado el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, la tarde de este 29 de julio, en la iglesia de San Ignacio de Loyola de Roma, durante una Misa celebrada diez años después del secuestro del sacerdote jesuita.
Escucha, descarga y comparte el informe:
Un gesto de misericordia innegable
El pensamiento del cardenal se dirigió también a los arzobispos Boulos Yazigi, metropolitano greco-ortodoxo, y Youhanna Ibrahim, metropolitano sirio-ortodoxo, de los que no se tienen noticias desde el 22 de abril de 2013, pero también a otros dos sacerdotes: el armenio católico Michael Kayal y el greco-ortodoxo Issab Mahfoud, desaparecidos desde el 9 de febrero de 2013. El llamamiento de Parolin se suma a los numerosos llamamientos realizados en los últimos años de espera, búsqueda y suspiros, especialmente por el Papa Francisco, que ha pedido en repetidas ocasiones que se intensifiquen los esfuerzos para encontrar a los desaparecidos y secuestrados en Siria: “aunque sólo sea – dijo el Secretario de Estado – para hacer ese gesto de piedad que no se le puede negar a nadie, el de guardar luto, dando a sus cuerpos una sepultura digna”.
El encuentro con Jesús y el impulso al diálogo
Lo que impulsó al padre Paolo Dall’Oglio a adentrarse en el desierto sirio y tender puentes de diálogo con los musulmanes, destacó el cardenal Parolin, fue estar “animado por la fe en Cristo y el amor a sus hermanos”. “La fe -señaló- no procede de una vaga adhesión intelectual a la figura histórica de Jesús, sino de un encuentro personal con Él, fuente de amor incondicional a todos los hermanos y hermanas”.
Hablar el lenguaje del Reino de los Cielos
“Para poder estar en diálogo sincero con personas de otras confesiones, como nuestros hermanos musulmanes”, afirmó el cardenal Parolin en su homilía, “no debemos ocultar nunca nuestra identidad de cristianos, sino mostrarla en su dimensión más verdadera”, “hablar el lenguaje del Reino de los Cielos, que es el del respeto, el de la estima por el hermano”. “Sólo así la lógica de la arrogancia, del orgullo, de las armas, de la discriminación y de la guerra será suplantada por la lógica del cielo, la de la caridad, de la compasión” y “el encuentro con el otro podrá convertirse en amistad”. No es cosa fácil. El cardenal no lo ocultó, dirigiendo su pensamiento, cercanía y comunión especialmente a los cristianos de Oriente Medio.
El pensamiento para los cristianos de Oriente Medio
En este sentido, el Secretario de Estado invitó a ir más allá del concepto de minoría y por ello advirtió: “la presencia cristiana en Oriente Medio no debe ser simplemente “tolerada”, “los cristianos en Siria, como en Palestina, Líbano, Israel, Irak y en cualquier otra nación, son ciudadanos a los que se deben garantizar todas las libertades”, “forman parte de esos pueblos por derecho propio, y siempre han contribuido a su desarrollo cultural, económico y político con dedicación y competencia”.
Pedir la gracia del consuelo
“No dejemos de pedir la gracia de la consolación”, volvió a pedir el cardenal Parolin mientras rezaba por el padre Paolo, por todos los desaparecidos, por sus familias, por los sirios en casa y los refugiados en otras naciones, por la “atormentada Siria, como la llama a menudo el Santo Padre Francisco”, para que “las heridas de los corazones rotos sean vendadas, los prisioneros liberados, los afligidos consolados, las ciudades desoladas reconstruidas, los lugares devastados reconstruidos.”
La celebración Eucarística organizada por la Compañía de Jesús, la Archieparquía siro-católica de Homs, Hamah y Nebek, la Comunidad monástica al-Jalil de Deir Mar Musa y la Familia del Padre Paolo Dall’Oglio estuvo precedida por la presentación del volumen “Paolo Dall’Oglio. Mi testamento”, con prefacio del Papa Francisco.
Un mensaje que mantener vivo
Antes de la Misa, interrogado por los periodistas, el Secretario de Estado Vaticano reiteró los incesantes esfuerzos de la Santa Sede por encontrar al padre Dall’Oglio: “Su mensaje de paz y diálogo -dijo- debe mantenerse vivo: su monasterio fue fundado precisamente para el diálogo con el Islam”. Una referencia a la comunidad monástica de Deir Mar Musa fundada en 1982 en el desierto sirio en el lugar donde el jesuita había descubierto las ruinas del antiguo monasterio de San Moisés el Abisinio.
Por último, preguntado sobre una posible etapa de la misión de paz para Ucrania del enviado del Papa, el cardenal Matteo Zuppi en Pekín, Parolin aclaró: “Por el momento no se sabe nada. No podemos pronunciarnos al respecto. Ahora estamos esperando la Jornada Mundial de la Juventud, entonces veremos”.