Hoy, la primera santa de Mèxico: M.J.S Venegas

Hoy se celebra a Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, primera santa de México

 

ACIPRENSA, 30 de julio de 2023.

 

Cada 30 de julio la Iglesia Católica celebra a Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, religiosa mexicana fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús Sacramentado. Conocida por su dedicación a los que más sufren, se convirtió en la primera santa mexicana, al ser canonizada en el año 2000 por el Papa San Juan Pablo II -dos años antes que San Juan Diego-.

 

Donde todo empezó

María Natividad Venegas de la Torre nació en Zapotlanejo, Jalisco, el 8 de septiembre de 1868. Fue la hija número doce de un matrimonio católico; y fue en casa donde aprendió a amar a Jesús.

 

En noviembre de 1905 asistió, en Guadalajara, a una jornada de ejercicios espirituales, en la que aceptó dócilmente ser sierva del Señor. Ingresó luego a un instituto religioso que había sido creado recientemente: las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, fundado por el canónigo Atenógenes Silva para atender a enfermos abandonados y menesterosos.

 

Las Hijas del Sagrado Corazón Sacramentado

El 25 de enero de 1921 se realizaron las primeras elecciones canónicas de la congregación; en estas María Natividad resulta elegida superiora general. Su nuevo puesto de servicio despierta en ella una conciencia mayor del deber y de la fidelidad a Dios.

 

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De 1926 a 1929, durante la persecución religiosa desatada en México, mantuvo con firmeza su vida espiritual y se abocó a fortalecer a sus hermanas. Fue un tiempo de muchos sacrificios, en los que la disciplina del instituto a ella confiado estaba en juego. Fueron también los años en los que redactó las constituciones de su congregación, aprobadas por el arzobispo de Guadalajara, Mons. Francisco Orozco y Jiménez.

 

El 8 de septiembre de 1930, fiesta de la Natividad de María, ella y las hermanas que perseveraron realizan sus votos perpetuos. Su nombre, Natividad, fue cambiado por el de “María de Jesús Sacramentado”.

 

Firmes en la fe, la esperanza y la caridad

Durante 33 años, hasta 1954 -año en que dejó la dirección de la congregación- fundó dieciséis casas para atender enfermos y ancianos desvalidos (hospicios). Tras ella había quedado un largo trecho, caminado de la mano del Señor. Él fue siempre su fuerza para prodigar los mejores cuidados -verdaderamente maternales- a los enfermos y a las religiosas puestas bajo su tutela.

 

Los últimos años de su vida, marcados por la enfermedad y la fragilidad, dio ejemplo de abnegación y entereza. Murió en Guadalajara el 30 de julio de 1959, a los 91 años de edad, en el hospital del Sagrado Corazón de Guadalajara, donde hoy se conservan sus restos.

 

¡Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, ruega por nosotros!

¡Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, intercede por todos los mexicanos!

 

NOTA RELACIONADA.

9 datos que tal vez no sepas de San Ignacio de Loyola

 

ACIPRENSA, 30 de julio de 2023.

 

En la víspera de la fiesta de San Ignacio de Loyola, que la Iglesia Católica celebra cada 31 de julio, te traemos algunos datos sobre la vida y obra del fundador de los Jesuitas y creador de los ejercicios espirituales.

 

  1. Fue parte de la nobleza

Ignacio nació en el castillo de Loyola, en Guipúzcoa, municipio ubicado al norte de España. Lo bautizaron con el nombre de Iñigo de Loyola, y luego de realizar sus estudios en París (Francia), tomó el nombre de “Ignacio”. Los padres del santo pertenecían a antiguas familias nobles del País Vasco.

 

  1. Antes de su conversión, tuvo una vida libertina

En el contexto de la situación sociopolítica sumamente violenta que reinaba en el País Vasco en el siglo XVI, y al igual que algunos nobles de la época, Ignacio era conflictivo, violento y vivía una sexualidad irresponsable.

 

Antes de convertirse al catolicismo, el santo era un soldado español con antecedentes policiales relacionados a peleas nocturnas.

 

  1. Estuvo a punto de morir en una batalla

En 1519, a sus 28 años, San Ignacio exigió que su pequeño grupo de soldados luchara contra 12 mil tropas francesas en Pamplona, ​​España.

 

Durante la batalla, fue alcanzado por una bala de cañón en las piernas, que destrozó una de sus extremidades y dañó gravemente la otra. Sus heridas lo obligaron a pasar un largo período de recuperación en la casa familiar Loyola, en el que cambió su vida para siempre.

 

  1. Los libros espirituales fueron claves en su conversión

Durante su convalecencia, el santo leyó textos sobre la vida de Cristo y los santos y decidió imitarlos. Una noche se le apareció la Virgen María con Cristo y desde entonces decidió servir a Dios.

 

Un dato curioso es que el santo copió pasajes de la vida de Cristo y de los santos: las palabras de Jesús fueron escritas en color rojo y las de su Santísima Madre en color azul.

 

  1. La Compañía de Jesús iba a llamarse “Compañía de María”

Después de su conversión, la Virgen se le apareció hasta en treinta ocasiones. Debido a ello, en un inicio San Ignacio quiso llamar “Compañía de María” a la hoy llamada “Compañía de Jesús”.

 

Al recuperarse de sus heridas, el santo peregrinó al famoso Santuario de la Virgen de Monserrat, donde se propuso hacer penitencia por sus pecados: cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se consagró a la Virgen Santísima y se confesó.

 

  1. Vivió como un mendigo

Durante su vida, San Ignacio reflexionó mucho sobre los “espíritus”: los espíritus que conducen a Dios y los espíritus nacidos del diablo. Esta inquietud lo estimuló a vivir lo que llaman los historiadores un período de peregrinación, un tiempo en el que decidió renunciar a los placeres mundanos y vistió un sayal y zapatos con suela de cuerda.

 

  1. Quiso convertir a los musulmanes

Luego de terminar de escribir los ejercicios espirituales, San Ignacio declaró que “¡Dios quiere que convierta a los musulmanes!”. Así que viajó a Tierra Santa en 1523 y predicó el Evangelio en las calles por un año. Luego, regresó a España y estudió latín, lógica, física y teología.

 

  1. Sus compañeros fueron llamados “diablos”

Un historiador inglés en el siglo XIX llamó los “Siete Diablos Españoles” a los primeros seis compañeros que tuvo San Ignacio en la Compañía de Jesús, fundada en 1540.

 

Sus compañeros, que no eran todos españoles, conocieron a San Ignacio durante sus estudios en París, y se reunieron en Roma para ser parte de la Compañía de Jesús. En menos de un siglo, San Ignacio y San Francisco Xavier, uno de los seis compañeros, fueron canonizados.

 

  1. Al momento de su muerte, ya existían miles de jesuitas

San Ignacio vivió sus últimos años en una pequeña habitación en Roma. Desde allí lideró la Compañía de Jesús y fue testigo de su crecimiento: de solo 6 jesuitas en 1541 pasaron a 10 mil en 1556, el año de su fallecimiento. Los jesuitas se expandieron por toda Europa, India y Brasil durante esos años.

 

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