Encuentro entre generaciones: proyectos para la Casa común
Fue una oportunidad única de debate y diálogo para encontrar estrategias holísticas contra el cambio climático y construir un futuro sostenible. Así fue la experiencia de la quinta “Jornada de Reflexión Laudato si'” (“Laudato si’ Reflection Day”) que impulsó a organizaciones católicas, movimientos ecologistas, jóvenes y adultos para unir fuerzas a fin de proteger la Creación
Aurora Simionato – Bruselas*. (V.N., 221122).
El encuentro tuvo lugar en mayo de este año, pero los frutos de ese diálogo sin fronteras, prejuicios y temores siguen creciendo ante nuestros ojos. El mitin, titulado “Dos generaciones, un viaje”, fue organizado por la Alianza Europea Laudato si’ (ELSiA) – European Laudato si’ Alliance – y contó con la presencia de testigos de alto nivel como Amy Woolam Echeverria, coordinadora internacional para la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación y responsable de la Ecology Taskforce, el grupo de Trabajo de Ecología de la Comisión Vaticana Covid-19, así como Monika Skadborg, embajadora del Pacto europeo por el clima en Dinamarca.
Pero los verdaderos protagonistas de la Jornada de Reflexión de este año fueron, más que nunca, los proyectos de sostenibilidad ambiental y las prácticas transformadoras que la encíclica del Papa Francisco está inspirando en diferentes regiones del Planeta. Cinzia Verzeletti, coordinadora de ELSiA, explicó cómo los temas tratados fueron el viaje, entendido como un itinerario orientado al cambio, y las propuestas del Año Europeo de la Juventud: el derroche de alimentos y la comida rápida (fast food), la moda sostenible y la moda rápida (fast fashion), las acciones para la protección de la Creación y de la biodiversidad.
“Pude constatar con mis propios ojos – comentó Cinzia Verzeletti – cómo los jóvenes pueden ser el verdadero motor de la conversión ecológica que nos pide el Papa. Ellos representan una gran posibilidad para el futuro y también para el presente”. De hecho, como dice Francisco: “Los jóvenes representan el futuro: es importante que no se dejen atrapar por la mentalidad nociva de lo provisional y que sean revolucionarios por su valor para buscar un amor fuerte y duradero, es decir, para ir a contracorriente”.
La Alianza Europea Laudato Si’ (ELSiA)
Y el coraje, este “cor habeo” o sea tener en el corazón de modo especial el medio ambiente y la obra de Dios, se está haciendo sentir de muchas maneras, especialmente en el deseo de revertir las rutas frenéticas de la producción, el consumismo, el descarte y el exceso. El Papa Francisco, por su parte, pone de manifiesto una interesante correlación en la Encíclica Laudato si’: para captar la urgencia de la situación en la que se encuentran la tierra y la humanidad, es necesario ralentizar y escuchar, aprendiendo a maravillarse ante la belleza de la Casa común que compartimos.
De esta necesidad de contemplación y escucha nació el recorrido que dio origen a las jornadas anuales de reflexión denominadas “Laudato si’ Reflection Day”. Sin embargo, pronto se sintió la necesidad de ampliar la red creada en torno a estos eventos aislados a un sistema más estructurado y duradero de conexión e intercambio. Así nació la Alianza Europea Laudato si’ (ELSiA) – European Laudato si’ Alliance – una red de organizaciones católicas comprometidas en fomentar la recepción de la Laudato si’ en contextos internacionales, con un enfoque particular en las instituciones de la Unión Europea. ELSiA se beneficia de la participación activa de varios socios de alto nivel como Cáritas Europa, COMECE, CIDSE, Don Bosco Internacional, JESC, Justicia y Paz Europa y el Movimiento Laudato si’.
“El viaje que experimenta ELSiA – explica Cinzia Verzeletti, coordinadora del proyecto – nos lleva al cuidado de la Casa común a través de tres dimensiones: la de la espiritualidad ecológica, la de las prácticas transformadoras en el ámbito de la sostenibilidad y, no última, la dimensión de las propuestas y perspectivas que queremos hacer llegar a la atención de las autoridades europeas para que desarrollen políticas basadas en la ecología integral”. Las historias contadas con motivo de la Jornada de Reflexión Laudato si’ 2022 no son más que un espejo de la belleza humana que puede ponerse en juego en la búsqueda del cuidado de la Casa común.
Ecología y dignidad humana: el proyecto polaco On-Eko
El párrafo 211 de la Laudato si’, en particular, invita a que se desarrolle la educación en la responsabilidad ambiental mediante la aplicación de comportamientos virtuosos. Así, en Slawoborze, un pueblo del noroeste de Polonia, el tema ha estimulado a un grupo de jóvenes a comprometerse a ampliar la conciencia ecológica de la comunidad local y a aplicar prácticas transformadoras a través de una organización llamada Caritas Laudato si’, que ha sido posible gracias a la colaboración de una docena de Cáritas diocesanas de Polonia con el Fondo Nacional para la Protección del Medio Ambiente y de la Gestión de las Aguas. “Somos un grupo de jóvenes que queremos pasar tiempo juntos, haciendo algo bueno por el medio ambiente y la comunidad local. La idea de ‘residuos cero’ es importante para nosotros”.
No se trata de tirar, sino de reutilizar los objetos que ya no necesitamos”, escriben los organizadores del proyecto “On-Eko” en el sitio web de referencia on-eko.com. Desde hace un par de años, tal y como nos cuenta Monika Czajka, los voluntarios gestionan la recogida, donación y transformación de artículos reciclados como ropa, accesorios, juguetes, libros y enseres domésticos, con el objetivo de crear una “tienda libre” donde la gente pueda llevarse lo que necesite, eligiendo según sus necesidades y preferencias.
“La idea es crear un lugar justo y solidario – explica Monika – libre de prejuicios, basado en un profundo respeto por el individuo y su singularidad; de hecho, los necesitados pueden elegir lo que más les gusta y no se ven obligados a conformarse con una asignación aleatoria, como suele ocurrir. El grupo ‘On-Eko’ contempla la participación de jóvenes y adultos en el diálogo, dentro de una auténtica experiencia de donación, tanto material como espiritual. Algunos objetos se entregan al grupo y quedan disponibles para su reutilización, mientras que otros se transforman gracias al trabajo de los voluntarios para crear otros nuevos como, por ejemplo, bolsas de lona hechas con la tela de las tiendas de campaña”.
El diálogo entre generaciones en el movimiento “Slow Food”
La Jornada de Reflexión Laudato si’ también puso de relieve cómo actuar juntos, o más bien “conectarse” para intentar dar respuestas a problemas comunes, lo que puede convertirse en una oportunidad para el intercambio intergeneracional. Existe un movimiento, de hecho, que desde hace años registra una eficaz y fructífera colaboración entre jóvenes y adultos: se trata de Slow Food International. Es un grupo transversal que actúa a nivel mundial y se preocupa por promover el derecho de cada persona a la alimentación, entendido no sólo en su sentido más estricto vinculado a la alimentación y a la subsistencia, sino también como vehículo de bienestar, relaciones y valores éticos.
La afinidad de los objetivos de Slow Food con los temas propuestos por la encíclica sobre el cuidado de la Casa común fue inmediata y en el proyecto se pueden encontrar muchas acciones concretas que apoyan las indicaciones entregadas por el Papa Francisco en la Laudato si’: desde la relación directa con la producción local de alimentos hasta la invitación a practicar políticas justas y solidarias en la determinación de los costos de los alimentos.
Marta Messa, responsable de la oficina europea de Slow Food en Bruselas, ha explicado cómo desde hace tres años el objetivo de la asociación es defender y promover la biodiversidad alimentaria, así como educar e inspirar a los ciudadanos para que apoyen mejores políticas agrícolas en los sectores público y privado, por lo que muchas comunidades recién nacidas de la Laudato si’ se han dirigido también a Slow Food para formarse con el deseo de volver a la tierra y cultivarla, sin explotarla, con técnicas y métodos completamente ecológicos.
La encíclica sobre el cuidado de la Casa común también aborda el tema de la alimentación al final del día a través de profundas reflexiones sobre los problemas sociales y ambientales que se entrecruzan con ella: desde el acceso al agua potable hasta los problemas de la pesca y la agricultura intensiva.
En consonancia con lo que indica la Laudato si’ en el párrafo 129, en el ámbito de la diversificación productiva y la creatividad empresarial, Slow Food promueve de muchas maneras un enfoque sostenible de la alimentación a través de la recuperación de las tradiciones de los diferentes pueblos y el contraste con la “aceleración”, como la define el Santo Padre, de un mundo que, en cambio, nos pide que reduzcamos el ritmo de producción. Marta Messa también destaca lo mucho que la gente está perdiendo su conexión con la comida y las tradiciones locales asociadas a ella, una tendencia cuyo contraste no requiere necesariamente una regresión, sino una recuperación de la relación entre la nutrición y los vínculos sociales.
En conclusión, Marta Messa reiteró que “el cambio ecológico no puede producirse si sólo cambian los consumidores o si se produce una gran transformación. Todos tenemos que cambiar, empezando por nuestros gestos cotidianos”. Una transformación que, como atestiguan concretamente todos los proyectos narrados y surgidos a partir de la Jornada de Reflexión, comenzó con pequeñas comunidades, acciones sencillas y todas las personas inspiradas por el deseo de establecer una relación sana y recíproca entre el hombre y el medio ambiente.
*Cube Radio – Instituto Universitario Salesiano Venecia y Verona