En 2021, México perdió 36 mil millones de pesos en la lucha contra la violencia; este es un gasto que supera presupuestos más grandes, señaló el presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso del Estado, Ricardo López Pescador, quien se refirió a que Durango sería el primer Estado en elevar a rango Constitucional el derecho a la paz y contrarrestar la violencia que está presente en todos lados.
Destacó que hay un estudio de la ONU y CEPAL que revela que México en 2021 erogó una gran suma en temas de violencia, dos veces más que el gasto en salud y tres veces más que el presupuesto en educación.
El legislador recordó que se tiene tiempo trabajando desde el Congreso del Estado para establecer el derecho a la paz como derecho humano, así como la libertad de expresión, la libertad de asociación, el derecho a la vida, los derechos de tránsito, de trabajo.
Reflexionó en que “cuando venimos al mundo nacemos con paz, desafortunadamente se va perdiendo con la convivencia humana (…) tenemos que hacer algo como sociedad para regresarle al ser humano la paz”.
Lamentó que en la vida cotidiana, en las expresiones culturales, en la literatura, televisión y en el cine, hasta en las familias, la violencia es lo que está privado. En las escuelas por ejemplo no se habla de la paz.
Por ello, como legisladores se está buscando elevar la paz a rango constitucional, y el Ayuntamiento de Durango como parte del constituyente permanente se convertirá en el segundo municipio en cumplir con esta premisa avanzando para poder elevar a rango Constitucional. El primero en hacerlo fue Lerdo.
Expuso que se requieren cuando menos 20 de los 39 ayuntamientos para lograr eso y, alcanzándose, Durango se convertiría en el primer Estado mexicano que elevaría a rango constitucional el derecho a la paz, ya que la Constitución Política de México no lo establece, e incluso yendo más allá, solamente Colombia lo tiene en toda América Latina.
Destacó que Durango no padece los índices de violencia que tienen otros estados de la República Mexicana, por lo cual se cree que se está a muy buen tiempo de hacerlo.
Enfatizó que el ser humano no puede tener la violencia como común denominador de su convivencia humana, sino que debe tener la paz, creando con ello la oportunidad de desarrollar sus capacidades. “Se tiene que regresar al orígen”.
Finalmente, dijo que no se trata de ver el derecho a la paz solamente como un sueño o como un anhelo, sino también medir los impactos que representaría. Estás acciones implican mejores estrategias en materia de seguridad, pero también una cultura de la prevención, por ejemplo en las escuelas no se habla de la cultura de la paz y tampoco en las manifestaciones culturales, incluso en la música, en todas se habla de violencia.