Para garantizar los servicios básicos a más duranguenses, el Presidente Municipal Jorge Salum del Palacio entregó una red de conducción de agua potable de 975 metros lineales, ahora en el poblado San Ignacio de Loyola, para beneficiar 60 familias.
A pesar de su cercanía con la zona urbana, esta comunidad nunca había sido atendida en esta necesidad hasta esta Administración, aseveró el Alcalde capitalino al inaugurar esta obra que alcanzó una inversión de más de 147 mil pesos.
“El agua se desatendió por muchos años, pero ahora se vive una nueva realidad en todas las comunidades rurales, porque ha sido una de las principales necesidades de la gente que más hemos dado respuesta”, expresó el Munícipe en la comunidad, donde además entregó apoyos alimentarios a su población.
Los habitantes del lugar agradecieron por la línea de conducción que resolverá el acceso de agua en sus hogares, entre ellos Andrés Valdés, presidente de la Junta Municipal, quien señaló que Salum del Palacio nunca les negó el apoyo que ahora ven como una realidad.
“Estuvimos abandonados por gobiernos pasados, nos dejaron rezagados, pero ahora el Alcalde Jorge Salum sí nos atiende con obras como esta para tener agua en las casas”, dijo por su parte la señora Lina Valdés, beneficiaria de la obra.
“Nos benefició a todo el poblado, Aquí jamás había venido un Presidente Municipal, mucho menos a beneficiarnos como ahora lo hace para tener agua y todo el día, exclamó la señora Fabiola Rodríguez.
En su intervención, el director municipal de Desarrollo Rural, Valente Palomares, aseveró que hace poco tiempo en este poblado se instaló un tanque de almacenamiento, ahora esta línea de conducción, luego de cerca de 30 años de permanecer olvidado por las autoridades.
“Pegadito a la ciudad, pero lejos de la autoridad desdehace muchos años; ahora con Jorge Salum las cosas cambiaron para los habitantes de la comunidad”, recalcó.
Por su parte, la síndico municipal, Luz María Garibay,señaló que una vez más el Alcalde regresa a cumplir su palabra empeñada, sobre todo en una necesidad básica como el agua potable; “era increíble que estando cerca de la mancha urbana no tuvieran, hasta ahora”.
La obra se hizo una profundidad de 90 centímetros y con madera de calidad y más resistente, para garantizar un mayor tiempo de vida útil, concluyó Adilene Mercado, encargada de la obra.