Revolución de la Ternura; San José, el Modelo

El Papa Francisco sugiere imitar a San José para realizar “revolución de la ternura”

 

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa, 190122.

 

Al reflexionar sobre la paternidad de San José en la audiencia general de este miércoles 19 de enero, el Papa Francisco invitó a realizar una “revolución de la ternura” y a experimentar la Misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliación para no confundir la redención con el castigo.

Es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, en la oración personal con Dios, teniendo una experiencia de verdad y ternura”, dijo el Santo Padre a los fieles reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano.

En esta línea, el Papa advirtió que Dios perdona siempre y nos conduce a la Verdad mientras que “paradójicamente, incluso el Maligno puede decirnos la verdad, él es mentiroso, pero, se acomoda para decirnos la verdad y conducirnos a la mentira, si el maligno lo hace, es para condenarnos”.

“El Señor nos dice la verdad, para darnos la mano y salvarnos. Sabemos, sin embargo, que la Verdad que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona. Dios perdona siempre, tengan esto en la cabeza y el corazón, Dios perdona siempre, somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón, pero Él perdona siempre, las cosas más feas”, afirmó el Papa.

Asimismo, el Santo Padre invitó a “mirarnos en la paternidad de José, que es un espejo de la paternidad de Dios, y preguntarnos si permitimos al Señor que nos ame con su ternura, transformando a cada uno de nosotros en hombres y mujeres capaces de amar así”.

“Sin esta ‘revolución de la ternura’ -se necesita una ‘revolución de la ternura’- sin esta ‘revolución de la ternura’ corremos el riesgo de permanecer presos en una justicia que no permite levantarnos fácilmente y que confunde la redención con el castigo”, alertó el Papa.

De este modo, el Pontífice recordó la parábola del Padre misericordioso relatada en el Evangelio de San Lucas (Lc 15,11-32) que subraya “además de la experiencia del pecado y del perdón, también la forma en la que el perdón alcanza a la persona que se ha equivocado”.

La ternura es algo más grande que la lógica del mundo. Es una forma inesperada de hacer justicia. Por eso no debemos olvidar nunca que Dios no se ha asustado de nuestros pecados, -coloquemos bien esto en la cabeza- Dios no se asusta de nuestros pecados, es más grande que nuestros pecados, es padre, es amor, es tierno- no se ha asustado de nuestros pecados, de nuestros errores, de nuestras caídas, sino que se asusta por el cierre de nuestro corazón, -eso le hace sufrir-, se asusta de nuestra falta de fe en su amor”, señaló.

En este sentido, el Papa Francisco resaltó que “hay una gran ternura en la experiencia del amor de Dios”y añadió que “es bonito pensar que el primero que transmite a Jesús esta realidad haya sido precisamente José” porque “de hecho, las cosas de Dios nos alcanzan siempre a través de la mediación de experiencias humanas”.

Tras mencionar una representación teatral que abordó la parábola del Padre misericordioso el Santo Padre remarcó que “la misericordia de Dios no se asusta de nuestro pasado, de nuestras cosas feas, no, solo se asusta del cierre” y reconoció que “todos tenemos cuentas por resolver, pero realizar las cuentas con Dios es una cosa hermosa, porque nosotros comenzamos a hablar y Él nos abraza, la ternura”.

“Entonces podemos preguntarnos si nosotros mismos hemos experimentado esta ternura, y si a su vez nos hemos convertido en testigos de ella. Pensemos. De hecho, la ternura no es en primer lugar una cuestión emotiva o sentimental: es la experiencia de sentirse amados y de sentirse acogidos precisamente en nuestra pobreza y en nuestra miseria, y por tanto transformados por el amor de Dios”, dijo el Papa.

Por ello, el Santo Padre explicó que “Dios no confía solo en nuestros talentos, sino también en nuestra debilidad redimida” y recordó que la enseñanza de San Pablo “te basta mi gracia, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza” para destacar que “el Señor no nos quita todas las debilidades, nos ayuda a caminar con las debilidades, Él llevándonos de la mano”.

“Pero ¿cómo puede ser? Sí. Nos lleva de la mano con nuestras debilidades, nosotros con nuestras debilidades. Cercano a nosotros y esto es ternura. La experiencia de la ternura consiste en ver el poder de Dios pasar precisamente a través de lo que nos hace más frágiles; siempre y cuando nos convirtamos de la mirada del Maligno que nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo, mientras que el Espíritu Santo la saca a la luz con ternura”.

Así, el Papa invitó a mirar “cómo las enfermeras, los enfermeros, tocan las heridas de los enfermos, con ternura, para no herirlos más” y agregó que “así toca el Señor nuestras heridas, con la misma ternura”.

Rezar por quienes están en la cárcel

Antes de concluir su catequesis, el Santo Padre solicitó oraciones por “nuestros hermanos y a nuestras hermanas que están en la cárcel” y que “es justo que quien se ha equivocado pague por su error, pero es igualmente justo que quien se ha equivocado pueda redimirse del propio error”.

“No pueden existir condenas sin ventanas de esperanza, cualquier condena tiene una ventana de esperanza, pensemos a nuestros hermanos y nuestras hermanas encarcelados, y pensemos en la ternura de Dios con ellos, recemos por ellos para que encuentren en esa ventana de esperanza un camino de salida hacia una vida mejor”, advirtió.

Finalmente, el Pontífice recitó una oración a San José padre en la ternura para que nos ayude a acercarnos al Sacramento de la Reconciliación.

“San José, padre en la ternura,

enséñanos a aceptar ser amados precisamente en lo que en nosotros es más débil.

Haz que no pongamos ningún impedimento

entre nuestra pobreza y la grandeza del amor de Dios.

Suscita en nosotros el deseo de acercarnos al Sacramento de la Reconciliación,

para ser perdonados y también capaces de amar con ternura

a nuestros hermanos y a nuestras hermanas en su pobreza.

Sé cercano a aquellos que se han equivocado y por esto pagan un precio;

ayúdales a encontrar, junto a la justicia, también la ternura para poder volver a empezar. Y enséñales que la primera forma de volver a empezar

es pedir perdón sinceramente para sentir la caricia del Padre.

Amén”.

Después de su catequesis pronunciada en italiano, el Papa recordó la Semana de Oración por la unidad de los cristianos -que comenzó el 18 de enero y concluirá el próximo 25, Solemnidad de la Conversión de San Pablo- y pidió rezar por esta intención.

El resumen de la catequesis del Papa en inglés fue leído por el laico estadounidense Dave Watkins, mientras que la introducción a la síntesis en español fue leída por la laica argentina Griselda Mutual, ambos empleados de Vatican News.

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