Sigue en ascenso la espiral de la inflación: ¿qué efectos tendrá?
(DW, 130122).- La inflación sigue tenazmente en alza en la eurozona. Y también en EE. UU., donde los precios aumentaron un 7 por ciento en diciembre, tanto como no se veía hace 40 años. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
La tasa de inflación subyacente habría alcanzado su punto más alto, según economistas. Sin embargo, esa tasa sigue siendo más alta de lo que se esperaba. La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ya había anunciado hace algunos días que iba a ajustar su política monetaria más rápidamente de lo que aseguró en diciembre.
Ahora, en lugar de tres aumentos en las tasas de intereses, habría cuatro, y a partir de marzo.
Pero el Banco Central Europeo (BCE) todavía no llega a tanto. Hasta el momento solo anunció el principio del fin de las compras de deuda, y planea finalizar en marzo su Programa de Emergencia (PEPP). Pero, al inicio, quiere seguir comprando deuda por un volumen de 20.000 millones de euros. Sin embargo, solo se avizora un aumento de intereses cuando el BCE haya puesto fin por completo a sus compras de empréstitos.
¿No es un fenómeno “pasajero”?
Entretanto, empero, es evidente que también en el directorio del BCE hay visiones contrapuestas acerca de la tenacidad del aumento de precios. Hasta ahora, el BCE siempre ha defendido la tesis de que la inflación es un “fenómeno pasajero”, refiriéndose a varios factores en particular, como, por ejemplo, el renovado aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en Alemania, a comienzos de 2021. En ese momento, eso provocó un alza en los precios. Pero son, ante todo, los precios de los servicios energéticos los que impulsaron el ascenso de la inflación en 2021, ya que, en el primer año de la pandemia, 2020, los precios cayeron fuertemente debido a la recesión.
Hace pocos días, Isabel Schnabel, miembro del directorio del BCE, advirtió por primera vez sobre el riesgo que existe, debido a la lucha contra el cambio climático y los precios de la energía, de que la inflación se incremente estructuralmente más de lo que se pensaba. El economista jefe del BCE, Philip Lane, sin embargo, contradice esa apreciación. Según dijo en entrevista con el diario italiano Il Sole 24 Ore, este año el potencial de aumento en los precios de la energía es menor.
A pesar de eso, hay preocupación en Alemania sobre cuánto afectarán los factores estructurales el desarrollo de los precios en los próximos meses y años. Los factores estructurales fundamentales son la descarbonización, la desglobalización y la demografía. “Estos empujarán hacia arriba la inflación en los próximos tiempos”, afirma Carsten Brzeski, economista jefe del banco ING de Alemania. Ya solo el giro de las antiguas fuentes de energía, como el carbón, el petróleo y el gas, hacia las energías verdes es caro, indica.
Factores clave para el aumento inflacionario
Las empresas también aprendieron de las consecuencias de la crisis y traen de vuelta la producción a las cercanías de sus emplazamientos porque de ese modo esperan poder evitar problemas de cadenas de distribución. Y la falta de personal especializado, debido al envejecimiento poblacional, también impulsa los precios hacia arriba. “Eso podría influir sobre la situación a largo plazo”, señala Brzeski, aludiendo a la experiencia de años anteriores, cuando la inflación fue demasiado baja durante mucho tiempo a causa de la globalización, la división del trabajo y la digitalización. Ese tipo de quiebres estructurales no fueron debidamente registrados en los modelos del BCE.
El economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, piensa que el hecho de que este debate se produzca ahora es positivo: “Lo contrario sería alarmante”, opina. Pero la velocidad con la que reaccionará el BCE en este momento es cuestionable. “El BCE todavía acelera a fondo”, dice Krämer, en referencia a las compras de deuda.
A pesar del fin anunciado del programa de emergencia PEPP, el BCE siguió comprando empréstitos, por lo cual, según el experto, calcula un riesgo demasiado bajo, ya que también los salarios aumentarán probablemente este año debido al aumento de precios, y las empresas trasladarán el aumento de los precios de producción a los consumidores. “La salida de la política monetaria laxa será lenta”, sospecha. Por ello, considera improbable que se produzca una primera subida de tipos de interés en la eurozona a finales de año. Carsten Brzeski, de ING, no espera que las tasas de interés suban hasta principios de 2023.
Los intereses más altos frenarían la recuperación económica luego del estallido de la pandemia de coronavirus, advierte sin embargo el Instituto de Macroeconomía e Investigación Económica (IMK), cercano a la Fundación Hans Böckler, de Alemania. Y eso golpeará adicionalmente a la población. Es decir, que los efectos secundarios perjudiciales serían significativamente mayores que el efecto de mitigar la inflación.
(cp/ers)