Compartir heridas familiares nos ayuda y a otras

El Papa a Retrouvaille: parejas que acompañan a matrimonios en dificultad o divididos

Francisco compartió con la asociación tres palabras claves: crisis y heridas pero sobre todo la palabra “clave” en la pastoral familiar: acompañar. Reunido en el Aula Pablo VI con la Asociación Retrouvaille, el Papa recordó el valor de las heridas familiares que, si se ponen al servicio de los demás, ayudan a sanar a uno mismo y a los que le rodean. E invita a “perder tiempo” para acompañar a los cónyuges en crisis con paciencia, respeto y disponibilidad.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano, VN 061121.

 

El Papa se encontró con 600 miembros de la asociación, “Retrouvaille”. El programa Retrouvaille, que como lo indica la palabra en francés significa redescubrir. Es un programa que ayuda y asiste a las parejas que están pasando una crisis matrimonial y desean “redescubrir su relación en base al diálogo a través de sentimientos”.

 

Como lo indica uno de los sitios de la asociación, el programa inicia con un fin de semana de retiro y le sigue un proceso semanal de seguimiento o acompañamiento dividido en 12 sesiones.  No hace distinción de parejas, pueden estar casadas por la Iglesia,  en unión libre, casados por el Civil o segundas nupcias. La única condición es que estén dispuestas a trabajar por recuperar su relación.

 

En el año de la Familia Amoris Laetitia, el Papa expresó su alegría de saber que se lleven a cabo este tipo de encuentros, para ayudar a los cónyuges que atraviesan una grave crisis en su relación:

 

“Esto es muy importante, no debemos tener miedo a la crisis. La crisis nos ayuda a crecer y lo que tenemos que cuidar es no caer en el conflicto, porque cuando caes en el conflicto cierras tu corazón y no hay solución al conflicto o casi no hay solución; en cambio, la crisis te hace bailar un poco, te hace sentir lo malo a veces, pero puedes salir de la crisis, siempre y cuando salgas mejor. No podemos salir igual: o salimos mejor o peor. Esto es importante. Y es difícil salir de la crisis solo, todos debemos salir siempre en crisis. Me gusta eso… [aplausos] ¡No tengas miedo de la crisis, ìten miedo del conflicto!”

Crisis

En el discurso, el Pontífice compartió con los presentes una de las tres palabras claves para él: la primera es crisis.

Una palabra, que como dijo Francisco, se ha utilizado tanto desde que comenzó la pandemia. Pero hoy, en este encuentro, se nos invita,  a “considerar la crisis como una oportunidad, en este caso una oportunidad para dar un salto cualitativo en las relaciones, sí una oportunidad dolorosa pero una oportunidad”. Sobre las crisis familiares, la Exhortación Amoris laetitia dedica una sección.

Heridas

El Papa mencionó además que hay otra palabra que les quiere compartir: heridas. Porque las crisis producen “heridas en el corazón y en la carne”. “Heridas” es una palabra clave para las parejas, forma parte del vocabulario diario de Retrouvaille, les señaló, de su historia, son parejas heridas que han pasado por la crisis y se han curado; “y por ello son capaces de ayudar a otras parejas heridas”, manifestó. ..

 

Este es el don de la asociación, afirmó, la experiencia que han vivido y puesto al servicio de los demás, es un don “precioso tanto a nivel personal como a nivel eclesial. Hoy hay una gran necesidad de personas, de cónyuges que sepan dar testimonio de que la crisis no es una maldición, es parte del camino, y una oportunidad, y también nosotros, sacerdotes y obispos, debemos recorrer este camino, mostrar que la crisis es una oportunidad. De lo contrario, seríamos sacerdotes u obispos encerrados en nosotros mismos, sin un verdadero diálogo con los demás.

 

En el diálogo real siempre hay crisis. ”. Pero para ayudar a otras parejas, no basta con tener la intención, pues se convierte en un “discurso teórico, una exhortación piadosa”, señaló el Pontífice, es necesario haber experimentado la crisis, para poder dar testimonio, ser “testigos de la vida”, compartiendo su experiencia, la ponen al servicio de los demás.

 

Francisco,  agradeció a la Asociación, la “yuxtaposición de los dos textos bíblicos: el del buen samaritano y el de Jesús resucitado mostrando sus heridas a los discípulos”, porque le ha permitido al Papa, “ver mejor el vínculo entre el buen samaritano y Cristo resucitado, y a ver que este vínculo pasa por las heridas, las llagas”, y expresó:

 

“En el personaje del buen samaritano se ha reconocido siempre a Jesús, incluso en los escritos de los Padres de la Iglesia. Su experiencia nos ayuda a ver que ese samaritano es Cristo resucitado, que conserva las heridas en su cuerpo glorioso y que por eso mismo es capaz -como dice la Carta a los Hebreos (cf. 5,2)- de sentir compasión por ese herido abandonado en el camino, por las heridas de todos nosotros”.

Acompañar

Después del binomio “crisis-herida”, Francisco les compartió otra palabra, que es “clave” en la pastoral familiar: acompañar.

 

Esta palabra fue una de las más importantes del proceso sinodal 2014-2015 sobre la familia, del que salió la Exhortación Amoris laetitia.  Un acompañar, no sólo por parte de los pastores que les toca porque así lo indica su ministerio; “pero también implica a los cónyuges en primera persona, como protagonistas de una comunidad que “acompaña”. “Su experiencia es un testimonio concreto de ello. Es una experiencia que nace “desde abajo”, como suele ocurrir cuando el Espíritu Santo hace surgir nuevas realidades en la Iglesia que responden a nuevas necesidades”.

 

La Asociación “Retrouvaille”, se dedica a acompañar a tantas parejas en dificultad o ya divididas. Francisco al respecto mencionó otro icono bíblico:

 

“Jesús resucitado con los discípulos de Emaús. Jesús no aparece desde arriba, desde el cielo, para decir con voz atronadora: “¿Adónde van? ¡Vuelvan!” No… Camina junto a ellos por el camino, sin ser reconocido. Escucha su crisis. Les invita a contar, a expresarse. Y entonces les redime de su necedad, les sorprende revelándoles una perspectiva diferente, que ya existía, que ya estaba escrita, pero que no habían entendido: no habían comprendido que Cristo tenía que sufrir y morir en la cruz, que la crisis forma parte de la historia de la salvación, esto es importante: la crisis forma parte de la historia de la salvación.

Y la vida humana no es una vida de laboratorio o una vida aséptica con nada, todo… como empapado en alcohol para que no sean cosas extrañas, no. La vida humana es una vida en crisis, una vida con todos los problemas que se presentan cada día. … Y entonces ese hombre, ese caminante se detiene a comer con ellos, se queda con ellos: pierde el tiempo con ellos”.

 

Acompañar, para Francisco significa “perder el tiempo” para estar cerca de las situaciones de crisis. Y a menudo, afirmó, se necesita mucho tiempo, se necesita paciencia, respeto, disponibilidad, y todo esto hace parte del acompañar.