Don Alberto sobrepasa los 80 años, no tiene familia, y solo por el mundo habitaba un terreno con una construcción mal hecha casi a la intemperie, a base de cartón, láminas y muebles inservibles, que lo sumían más en la depresión y sensación de olvido; la vida le cambió en unos meses y hoy su semblante luce completamente distinto.
Deambulaba aquí y allá, se reguardaba en un hogar a medias, derrumbado en medio de bienes rotos y viejos, las condiciones de vida eran tan tristes como sus ojos y su expresión; sin embargo, este caso llegó a oídos de las autoridades del estado, era necesario intervenir cuanto antes.
Así, Don Alberto fue rescatado, acogido por el DIF Estatal, llevado al Hogar del Anciano, donde habitó seis o siete meses, mientras COESVI le construía un lugar donde vivir.
En la Casa Hogar del Anciano, Don Alberto también recibió cariño, atención y cuidados, pronto se disipó la tristeza que cargaba en la mirada. En tanto, se tuvieron que sortear algunas barreras para poder construirle un hogar digno, en un terreno que aparentemente era de él, pero hubo que buscar certeza jurídica.
El hogar de Don Alberto se encuentra en la colonia Legisladores, aquellas paredes rotas y cuartos húmedos a la intemperie quedaron en el pasado, sus paredes son firmes, su techo sólido y hasta su fachada es llamativa y colorida, y aún hay más, pues las cosas no solo quedaron en una construcción vacía; los trabajadores de COESVI, conmovidos con la historia de Alberto, le dieron calor, cooperándose en una “vaquita” para comprar muebles, una cama, cocina, refrigerador, comedor, etc., con lo que lograron montar un dulce hogar.
Este lunes, Don Alberto fue trasladado del Hogar del Anciano del DIF Estatal hacia su nuevo espacio, su casa, que es producto de la solidaridad ciudadana, pero también del compromiso de los gobiernos y de la voluntad de muchas personas para cambiarle la vida.