Eran las 8:30 de la mañana cuando los camiones, maquinaria pesada y vehículos de los constructores se aglutinaron sobre la avenida Felipe Pescador para salir en caravana y hacer notar las condiciones que envuelven al sector de la construcción que, no son favorables desde hace algunos años y que han significado no solo el cierre de empresas, sino también la pérdida de empleos.
En el marco del 3 de mayo, Día de la Santa Cruz y Día del Trabajador de la Construcción, como nunca en la historia, se reunieron 200 vehículos y 300 constructores, quienes emprendieron la caravana.
El movimiento estuvo integrado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y su presidente Raúl Montelongo Nevárez, así como los presidentes de otros organismos relacionados con la construcción como los colegios de arquitectos, ingenieros civiles, entre otros.
El mensaje va para la sociedad en general y para los gobiernos de los tres niveles, pues deja ver la desesperación de tener estos equipos esta maquinaria pesada paralizados debido a que no hay trabajo para los miles y miles que se dedican a la construcción y desarrollo de obra pública, ya que cuando menos la mitad de los constructores se encuentran sin trabajo.
Rodando a paso lento llegaron finalmente al Santuario de Guadalupe, donde al exterior del templo se ofició una misa por el padre Refugio Sánchez, para agradecer a la divinidad la sobrevivencia que han dejado conmemorar el Día del Constructor este 3 de mayo y clamar por mejores condiciones.
La Explanada de los Insurgentes se tapizó de maquinaria pesada y de constructores unidos en una sola voz, exponer la crisis en la que viven y por lo cual claman la reactivación de obra pública.