Vergüenza, sin auxilio murieron 130 migrantes

Los Mártires de Quiché y las víctimas del Mediterráneo en el corazón del Papa

Tras rezar el Regina Coeli, el Papa dirigió unas palabras especiales para los diez Mártires beatificados en Quiché el pasado 23 de abril y confesó su enorme tristeza ante la reciente muerte de los 130 migrantes en el mar Mediterráneo que pidieron una ayuda que nunca llegó. “Es el momento de la vergüenza. Recemos por estos hermanos y hermanas, y por tantos que siguen muriendo en estos dramáticos viajes”, dijo Francisco.

Ciudad del Vaticano. (VN, 250421).

Tras rezar a la Madre de Dios, en el IV Domingo de Pascua, Fiesta de “Jesús Buen Pastor” el Papa dirigió sus habituales saludos a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

 

Mártires de Quiché

El Santo Padre dedicó unas palabras especiales a los Mártires de Quiché, Guatemala, que fueron beatificados el pasado viernes 23 de abril:

 

“Fueron tres sacerdotes y siete laicos de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, asesinados entre 1980 y 1991, época de persecución contra la Iglesia católica comprometida con la defensa de los pobres. Animados por la fe en Cristo, fueron testigos heroicos de la justicia y el amor. Que su ejemplo nos haga más generosos y valientes a la hora de vivir el Evangelio”, dijo Francisco pidiendo un aplauso para los nuevos beatos.

 

Víctimas del volcán en San Vicente e incendio en Bagdad

Asimismo, el Sucesor de Pedro expresó sus condolencias a la población de las islas de San Vicente y las Granadinas, donde una erupción volcánica está causando daños e inconvenientes. “Les aseguro mis oraciones. Bendigo a todos los que están prestando ayuda y asistencia”, afirmó.

 

El Papa también expresó su cercanía con las víctimas del incendio en un hospital para enfermos de Covid, en Bagdad. Hasta el momento hay 82 muertos. “Rezamos por todos ellos”, añadió.

 

La tragedia en el mar Mediterráneo

Por otra parte, el Pontífice compartió su enorme tristeza por la tragedia que ha vuelto a tener lugar en los últimos días en el Mediterráneo:

 

“130 migrantes han muerto en el mar. Son personas. Son vidas humanas, que durante dos días enteros han suplicado en vano ayuda. Una ayuda que no llegó. Hermanos y hermanas, cuestionémonos todos sobre esta enésima tragedia. Es el momento de la vergüenza. Recemos por estos hermanos y hermanas, y por tantos que siguen muriendo en estos dramáticos viajes. También rezamos por aquellos que pueden ayudar pero prefieren mirar hacia otro lado. Rezamos en silencio por ellos”

Antes de despedirse, Francisco señaló que hoy, en toda la Iglesia, se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones con el tema San José y el sueño de la vocación.

 

“Demos gracias al Señor, porque sigue suscitando en la Iglesia personas que, por amor a Él, se consagran al anuncio del Evangelio y al servicio de los hermanos. Y hoy, en particular, demos gracias por los nuevos sacerdotes que he ordenado hace poco en la Basílica de San Pedro y pedimos al Señor que envíe buenos obreros para trabajar en su campo y que multiplique las vocaciones a la vida consagrada”

“Y ahora os saludo a todos de corazón, romanos y peregrinos, en particular saludo a los familiares y amigos de los nuevos sacerdotes, así como a la comunidad del Pontificio Colegio Germánico Húngaro, que esta mañana ha realizado la tradicional peregrinación de las Siete Iglesias”, concluyó el Papa, deseando a todos que pasen un buen domingo.

 

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Francisco en el Regina Coeli: “Jesús es el Buen Pastor que nos salva con su Palabra”

Comentando el Evangelio del día según san Juan (Jn 10,11-18) que presenta a Jesús como “el verdadero pastor, que defiende, conoce y ama a sus ovejas”, el Santo Padre destacó dos aspectos del estilo de cercanía que aplica el Hijo de Dios para cuidar su “rebaño”: su autenticidad y su bondad.

Ciudad del Vaticano. (VN, 250421).

 

En este cuarto domingo de Pascua, llamado domingo del Buen Pastor, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Regina Coeli asomado desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano tras haber celebrado en la Basílica Vaticana una Misa en la que ordenó a nueve sacerdotes para la Diócesis de Roma.

 

Comentando el Evangelio del día según san Juan (Jn 10,11-18) que presenta a Jesús como “el verdadero pastor, que defiende, conoce y ama a sus ovejas”, el Santo Padre destacó dos aspectos del estilo de cercanía con el que se relaciona el Hijo de Dios con su “rebaño”.

 

Jesús: Pastor verdadero y bueno

En primer lugar, “Él se opone al pastor asalariado a quien no le importan las ovejas, porque no son suyas y que hace este trabajo solo por la paga: no se preocupa por defenderlas y cuando llega el lobo huye abandonándolas (cfr vv. 12-13)”.

En cambio Jesús es un pastor verdadero – continuó explicando el Pontífice- “nos defiende y nos salva en muchas situaciones difíciles, peligrosas, mediante la luz de su palabra y la fuerza de su presencia, que experimentamos especialmente en los Sacramentos”.

 

El segundo aspecto que subrayó Francisco es la bondad de Jesús “pastor bueno, conoce a sus ovejas y las ovejas le conocen a Él”.

“Para Él no somos masa ni multitud. Somos personas únicas, cada uno con la propia historia, cada uno con el propio valor, tanto como criatura como redimido por Cristo. Cada uno de nosotros puede decir: ¡Jesús me conoce! Es verdad, es así: Él nos conoce como nadie más. Solo Él sabe qué hay en nuestro corazón, las intenciones, los sentimientos más escondidos. Jesús conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y está siempre listo para cuidar de nosotros, para sanar las llagas de nuestros errores con la abundancia de su gracia. En Él se realiza plenamente la imagen del pastor del pueblo de Dios delineada por los profetas: se preocupa por sus ovejas, las reúne, venda la que está herida, cura la que está enferma”

El amor de Cristo abraza a todos

En este contexto, el Papa puntualizó que Jesús Buen Pastor “defiende, conoce, y sobre todo ama a sus ovejas” y precisamente el amor por sus ovejas, es decir por cada uno de nosotros, “lo lleva a morir en la cruz, porque esta es la voluntad del Padre, que nadie se pierda”.

Asimismo, Francisco hizo hincapié en que el amor de Cristo no es selectivo sino que abraza a todos.

“Así nos lo recuerda Él mismo en el Evangelio de hoy, cuando dice: «También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor» (Jn 10,16). Estas palabras dan fe de su inquietud universal: Jesús quiere que todos puedan recibir el amor del Padre y tener la vida”

El Santo Padre finalizó su alocución indicando que la Iglesia está llamada a llevar adelante esta misión universal de Cristo ya que Jesús ha dado la vida por toda la humanidad (no solo por los que frecuentan las comunidades o parroquias) y por ello los cristianos tenemos que testimoniar su amor, con actitud humilde y fraterna a todos y cada uno, sin exclusión.

 

“Hermanos y hermanas, Jesús defiende, conoce y ama a cada una de sus ovejas. María Santísima nos ayude a acoger y seguir nosotros los primeros al Buen Pastor, para cooperar con alegría a su misión”, concluyó Francisco.