Pequeñas Anécdotas de un Duranguense en España.

Desde chicos nos acostumbramos a hacerle honores a la bandera, saludarla y tenerle respeto pues es un símbolo de identidad. Y es posible que de niño no entiendas porqué pero lo terminas haciendo, pero una vez que creces empiezas a entender. No pensaba que llegaría a extrañar los honores a la bandera los lunes a primera hora pero justo el siguiente mes de marzo se cumple un año de los últimos honores.
Desde octubre del año pasado tengo la oportunidad de estar estudiando en España y una de las primeras cosas que hice llegando a la facultad fue presentar un proyecto. Como era el único de mi equipo que ya estaba en modo presencial pues yo era el que tenía que presentar.

El tema fue cómo cada país había llevado la pandemia, se nos ocurrió que cuando nos presentaramos mostrariamos la bandera de cada uno de nuestros países. El día de la presentación de nuestro proyecto llegó y empecé a presentar una por una.

La primera a la que presente fue Martina una compañera de Bolivia, la siguió Myng Chen de China, después Gabriela de Colombia y por último su servidor Emmanuel Salazar junto a nuestra bandera nacional mexicana. Una vez mostré nuestro símbolo patrio toda el aula empezó a aplaudir, todos mis compañeros españoles estaban aplaudiendo nuestra bandera nacional. Es un momento de adrenalina, un momento en el que disfrutas y agradeces por ser mexicano.