Católicos de México y Japón oran juntos por el fin de la pandemia.
Redacción ACI Prensa, 050221.
La Arquidiócesis Primada de México informó que este 5 de febrero los católicos de México y Japón rezan juntos en una Misa por los afectados por el coronavirus y por el fin de la pandemia, en el día en que la Iglesia celebra al San Felipe de Jesús, franciscano que fue martirizado junto con otros 25 compañeros en el país asiático.
En Japón hay actualmente varias iglesias dedicadas a estos santos mártires, siendo dos de las más importantes el santuario en Nagasaki, erigido en el siglo pasado, muy cerca del lugar donde sufrió el martirio, y otra en la ciudad capital de Tokio.
La Misa del 5 de febrero se celebrará a las 9:00 a.m. (hora de México) y se realizará en la parroquia de los Mártires de Nagasaki en Tokio. Será celebrada por el sacerdote mexicano Marco Antonio Martínez Franco, Misionero de Guadalupe.
La Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de México recuerda que en esta parroquia todos los años se hace una celebración en honor a San Felipe de Jesús, a la que asisten japoneses y mexicanos, pero este año se ha cancelado a causa del COVID-19.
El párroco de esta iglesia, P. Watanabe Yasuo, dijo a la publicación Desde la fe que ha sido una gran alegría para él que se le haya buscado para celebrar esta Misa.
“A los fieles de esta parroquia yo les participaré que, aunque ellos no puedan estar este año presentes, la Misa que se celebrará aquí estará por todo México. Yo les agradezco que hayan venido, y les ofrezco mi oración para que pronto termine todo este mal de la pandemia”, afirmó.
En la Misa se pedirá la intercesión de San Felipe de Jesús por los enfermos y fallecidos a causa del coronavirus en el mundo, especialmente en México; por los médicos, enfermeras, voluntarios, personal de salud, y por las miles de familias afectadas.
“También se pedirá por los obispos mexicanos, sacerdotes, diáconos y miembros de la Pastoral de Salud; por los fieles privados del consuelo de asistir a Misa y por quienes no tienen medios para sobrevivir debido a la grave situación económica”, agrega la nota.
Durante la celebración también habrá un momento para que los fieles puedan hacer sus intenciones particulares, y al final, el P. Martínez hará una oración por México ante la imagen de San Felipe de Jesús.
Para seguir la Misa este viernes puede ingresar AQUÍ.
Breve biografía de San Felipe de Jesús
San Felipe de Jesús nació en la Ciudad de México en 1572. Siendo adolescente ingresó al noviciado de los franciscanos pero se escapó porque no resistió las reglas del convento. Se hizo platero pero por las pocas ganancias eran pocas se fue a Manila, en Filipinas, para probar fortuna.
El vacío interior lo asaltó y nuevamente decidió ingresar con los franciscanos en Manila. Viajando a México para ser ordenado sacerdote atravesó por una gran tempestad y llegó a Japón, donde realizó un gran trabajo de evangelización.
Cuando ocurrió la persecución del emperador Taicosama contra los católicos fue apresado y llevado por algunas de las principales ciudades de Japón para que se burlaran de él. Sufrió pacientemente que le cortaran, como a todos los demás, una oreja.
En Nagasaki, en compañía de otros franciscanos, además de laicos y jesuitas, abrazó la Cruz de la cual fue colgado, suspendido mediante una argolla y atravesado por dos lanzas.
Sus últimas palabras fueron “Jesús, Jesús, Jesús”. Era el 5 de febrero de 1597. Fue beatificado con sus compañeros de martirio el 14 de septiembre de 1627; y canonizado el 8 de junio de 1862.
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San Felipe de Jesús, el Protomártir del Holocausto Cristiano en México.
Hoy se celebra a San Felipe de Jesús, primer mártir mexicano.
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“Jesús, Jesús, Jesús”, gritó San Felipe de Jesús antes de morir en una cruz y atravesado por dos lanzas durante las persecuciones contra los cristianos en Japón. Su fiesta se celebra cada 5 de febrero y es el primer mártir mexicano, así como patrono de la Ciudad de México.
San Felipe nació en la ciudad de México el año de 1572 y fue hijo de inmigrantes españoles. De pequeño fue un niño inquieto y travieso, poniendo en aprietos tanto a sus padres como familiares cercanos, quienes a veces no veían con buenos ojos las travesuras del santo.
Ya adolescente decidió ingresar al noviciado de los franciscanos, pero no pudo resistir la austeridad y severidad de las reglas del convento, escapándose de él y regresando a la casa paterna. Ejerció uno años el oficio de platero, pero como las ganancias eran muy pocas, su padre decidió enviarlo a las Islas Filipinas a probar fortuna.
Felipe llegó a la ciudad de Manila donde gozó del imperio de artes, riquezas y placeres que ofrecía dicha ciudad; sin embargo la angustia, el vacío y el sinsentido de su propia vida golpeaban su corazón constantemente, y en medio de aquel doloroso vacío volvió a oír muy tenue la llamada de Cristo: “Si quieres venir en pos de mí, renuncia a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”(Mt.16.24).
Felipe dio un sí generoso al llamado de Cristo, ingresó a la Orden de los Franciscanos en Manila, y empezó su proceso de conversión. Se entregó a la oración, a los estudios y a la ayuda caritativa y servicial con los hermanos más necesitados y enfermos.
Un buen día le anunciaron que ya podía ordenarse sacerdote, y que, por gracia especial, esa ordenación tendría lugar precisamente en su ciudad natal, en México.
Se embarcó junto con Fray Juan Pobre y otros franciscanos rumbo a la Nueva España, pero una gran tempestad arrojó la embarcación a las costas del Japón, donde Fray Pedro Bautista y algunos hermanos franciscanos realizaban un arduo trabajo evangelizador.
El santo se sintió muy feliz de este cambio de destino, pues era consciente de que era una instancia poderosa para reforzar su “Sí” al Señor en su entrega para la conversión de los japoneses de aquel lugar.
Los esfuerzos del santo y de sus hermanos dieron abundantes frutos; sin embargo, estalló la persecución de Taicosama contra los franciscanos y los catequistas. El santo por su calidad de náufrago, hubiera podido evitar honrosamente la prisión y los tormentos como lo habían hecho Fray Juan Pobre y sus compañeros de naufragio.
San Felipe rechazó a esa oportunidad y decidió abrazar del todo la cruz de Cristo, permaneciendo hasta el último suplicio junto a San Pedro Bautista y demás misioneros franciscanos que desde hacía años evangelizaban Japón.
El santo fue llevado por algunas de las principales ciudades para que se burlaran de él. Sufrió pacientemente que le cortaran, como a todos los demás, una oreja.
Finalmente en Nagasaki (Japón), en compañía de otros franciscanos, además de laicos y jesuitas, abrazó la Cruz de la cual fue colgado, suspendido mediante una argolla y atravesado por dos lanzas.
El santo fue el primero en morir un 5 de febrero de 1597, en medio de todos aquellos gloriosos mártires. Cuando se supo la noticia en México del martirio de San Felipe de Jesús, las autoridades decretaron que se celebrara su testimonio de fe.
A los pocos años se convirtió en fiesta nacional y el nombre del santo fue adoptado por barrios y pueblos que lo eligieron como patrono. Fue beatificado con sus compañeros de martirio, el 14 de septiembre de 1627, y canonizado el 8 de junio de 1862.
Entre 1958 y 1962 se construyó en Japón el conjunto arquitectónico del parque Nishizaka, en Nagasaki, conformado por la Iglesia San Felipe de Jesús y el museo de los 26 Mártires. Todo esto en el marco del centenario de la canonización de estos hombres de Dios y gracias a donaciones enviadas principalmente de México.
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Estable y medicado, Card. Juan Sandoval: IC Gdl.
Arquidiócesis de Guadalajara informa sobre salud del Cardenal Sandoval.
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La Oficina de Prensa y Comunicación Social del Arzobispado de Guadalajara (México) informó que el Arzobispo Emérito, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, internado el 3 de febrero por una insuficiencia cardiaca se mantiene estable y consciente, y seguirá hospitalizado para recibir el tratamiento correspondiente.
El 3 de febrero la Arquidiócesis explicó que el Cardenal “fue ingresado en terapia intensiva y su situación es estable”.
El 4 de febrero, la Oficina de Prensa explicó que el Cardenal Sandoval “presentó un cuadro de desequilibrio hidroelectrolítico e infección en vías urinarias”, por lo que “se practicó un ecocardiograma, encontrándose algunas alteraciones pero sin repercusión en su funcionamiento, por lo que se le dio el tratamiento necesario al que ha respondido con una evolución satisfactoria”.
“El diagnóstico médico actual es de hiponatremia severa (concentración de sodio en la sangre anormalmente baja) e infección en vías urinarias. Permanecerá hospitalizado para recibir la atención que requiere”, prosigue el comunicado.
“Su estado es estable, de tal forma que ha podido ingerir alimento y está consciente”, señala el comunicado.
Finalmente, el Arzobispado de Guadalajara pidió seguir rezando a la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Zapopan, “para que continúe la recuperación plena del Arzobispo Emérito, quien agradece personalmente estas oraciones”.
El Cardenal Sandoval Íñiguez, de 87 años, fue nombrado Arzobispo de Guadalajara en 1994 por San Juan Pablo II.
Gobernó pastoralmente la Arquidiócesis de Guadalajara hasta diciembre de 2011, a los 78 años, cuando el hoy Papa Emérito Benedicto XVI aceptó su renuncia por límite de edad. Su sucesor como Arzobispo de Guadalajara es el Cardenal José Francisco Robles Ortega.
Etiquetas: México, Enfermedad, Cardenal Sandoval, Arzobispado de Guadalajara