Sus Banderas Antivida Quitan lo Católico a J Biden

¿Joe Biden es católico a pesar de apoyar el aborto y la agenda gay?.

 

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa, 210121.

 

Joe Biden, que juramentó en el cargo de presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2021, se habría convertido en el segundo gobernante católico en la historia del país después de John F. Kennedy, pero muchos han puesto en duda que realmente pertenezca a la Iglesia a causa de su abierto apoyo al aborto y a la agenda LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer y más).

Biden ha sido un abierto promotor del aborto durante la campaña que lo llevó a la presidencia de Estados Unidos. En su “Agenda para las Mujeres”, ofreció, entre otras cosas, descartar la Política de Ciudad de México, reinstalada y expandida por su predecesor Donald Trump y que evita que se financien organizaciones abortistas en todo el mundo con el dinero del gobierno federal.

En su plan de gobierno anunció además su deseo de “expandir el acceso a la anticoncepción y proteger el derecho constitucional a un aborto”.

Además, anunció que “promoverá los derechos y el desarrollo de la comunidad LGBTQ+ a nivel global”, anunciando que apoyará “la libertad para casarse”.

Su plan de gobierno destacó que en 2012 “Biden se convirtió en el funcionario estadounidense de más alto rango en apoyar la igualdad en el matrimonio cuando declaró que el amor es amor”.

A pesar de eso, Biden juramentó este 20 de enero sobre una Biblia católica y asistió esa mañana a Misa en la Catedral de San Mateo el Apóstol, sede del Arzobispo de Washington.

Entonces, ¿Joe Biden es católico?

En declaraciones a ACI Prensa, Fray Nelson Medina, sacerdote dominico colombiano doctorado de Teología Fundamental en el Milltown Institute de Irlanda, señaló que “el hecho de que una persona sea bautizada en la Iglesia Católica o que diga abiertamente que es católico no debemos considerarlo como un signo suficiente de su pertenencia real a la Iglesia Católica”.

  “La Sagrada Escritura nos advierte de aquellos que honran con los labios pero tienen su corazón lejos de Dios, y el apóstol Santiago en concreto nos dice que si nuestra fe no tiene coherencia con nuestras obras se trata de una fe muerta, que no trae verdadera salvación ni a aquel que dice tenerla ni a aquellos que siguen ese camino”, señaló.

Para el sacerdote dominico “estas advertencias hay que hacerlas con frecuencia en nuestro tiempo, porque ha habido movimientos falsos, como las llamadas Católicas por el Derecho a Decidir, que contradicen abierta y cínicamente la postura católica, y sin embargo quieren utilizar la palabra que nos identifica, produciendo el daño que ya hemos descrito”.

Debemos tener un criterio más consecuente y más firme sobre lo que es nuestra fe, no para despreciar a las personas sino para hacer respetar y hacer apreciar aquello en lo que creemos y que le resultó tan costoso a Nuestro Señor Jesucristo, hasta el precio de su propia sangre”, indicó.

Fray Nelson Medina advirtió que “cuando una palabra empieza a utilizarse para todo, termina significando nada. Pensemos en lo que ha sucedido con la palabra amigo. Es una palabra entrañable, que representa mucho de lo más precioso que tenemos en nuestro camino por esta tierra, pero las redes sociales nos dicen que tenemos miles y miles de amigos”.

“Esta realidad del desgaste de las palabras causa un daño que es difícil de percibir al principio”, indicó, y señaló que “habrá personas que piensen o que afirmen que esa variedad de aplicaciones de la palabra católico es como una especie de liberación de lo católico que ya no queda condicionado únicamente por un Catecismo o por un Credo”.

“La realidad es justamente lo contrario: a medida que cualquier cosa puede ser llamada ‘pensamiento católico’ lo auténticamente católico se empobrece y queda disminuido en una maraña de significados contradictorios, que finalmente le hacen mucho daño a la fe, especialmente a la fe de los sencillos”, advirtió.

Por su parte, el P. Mario Arroyo, sacerdote mexicano y doctor en filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, indicó que “Joe Biden es católico”, pero “al mismo tiempo es una persona que promueve el aborto”.

No hay que confundir que promueva el aborto con que no sea católico. Tristemente puede haber católicos que promueven el aborto, como puede haber católicos que forniquen o que sean corruptos”, señaló.

“Incluso alguien puede ser narcotraficante y si es católico es católico. No es la mejor manera de ser católico, no es coherente con su fe, pero no dejas de ser católico por ser narcotraficante”, señaló a manera de ejemplo.

Sobre quienes dicen que los políticos que promueven el aborto están excomulgados, el P. Arroyo subrayó que “lo que dice el Código de Derecho Canónico es (que hay excomunión) a los que procuran el aborto”.

“Un político que promueve el aborto no está excomulgado, un político que promueve el aborto está en situación pública de pecado grave, porque es notorio su apoyo a una cuestión que es claramente inmoral, entonces no debe recibir la Comunión”, precisó.

Yo personalmente no le daría la Comunión a Joe Biden. Pero que no reciba la Comunión es, por ejemplo, como un divorciado vuelto a casar que no debe recibir la Comunión. Si se forma en la cola y no lo sabe el sacerdote, es una cuestión de su conciencia. En el caso de un político es un personaje público y darle la Comunión causa escándalo”.

Además, señaló, “estar excomulgado no significa dejar de ser católico. Por ejemplo, un sacerdote que esté excomulgado puede absolver. Si yo, sacerdote, estoy excomulgado por haber cometido cualquier tipo de delito canónico y me encuentro con una persona en peligro de muerte, puedo absolverla”.

  “Si una persona excomulgada puede absolver, quiere decir que sigue siendo católico. No hay que confundir excomunión con dejar de ser católico, excomunión quiere decir que no puedo recibir los sacramentos. Está excomulgado en el caso del aborto el que lo practica, el que lo hace, pero el político que lo promueve sencillamente no puede recibir la Comunión”, reiteró.

El sacerdote español Francisco José Delgado, licenciado en Filosofía y Teología, recordó que “en el numeral 83 de la Sacramentum Caritatis, Benedicto XVI habla de los principios no negociables. El primero de ellos, como es sabido, es el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural”.

“A la vez, insiste en que el respeto de estos principios tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales. No cabe duda de que ésta es la posición que actualmente ocupa Joe Biden, quien acaba de jurar el cargo de presidente de los Estados Unidos de América”, dijo.

Según se adelanta, sus primeras decisiones van a ir precisamente en contra de este primer principio no negociable, además que se espera que apoye, entre otras agendas ideológicas, las causas del movimiento llamado LGTBIQ”.

El P. Delgado advirtió que “al hacer esto, Joe Biden se sitúa en una posición abiertamente contraria a las enseñanzas de la Iglesia y, por la gravedad del asunto, en una situación de pecado grave”.

“Resulta problemático saber si se le puede llamar católico en sentido estricto. La condición de católico, una vez bautizado, se pierde únicamente por la apostasía pública de la fe católica, y no consta que Joe Biden haya dado ese paso”, explicó.

La situación de Biden, continuó, “es la de un católico gravemente incoherente con su condición que, como tal, está causando una herida aún peor al Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”.

“De acuerdo con el Derecho Canónico, debería ser excluido de la Comunión Sacramental mientras persista en su pecado. Se podría incluso argumentar que debería considerarse excomulgado ‘latae sententiae’, al juzgar que sus acciones serán condiciones necesarias para muchos abortos que se llegarán a realizar de hecho, aunque este punto no está nada claro”, añadió.

“En cualquier caso es una mala noticia que un representante público de la importancia del presidente de los Estados Unidos sea un mal católico. En el futuro se juzgará a los hombres por la actitud que hayan tomado ante el genocidio que supone el aborto voluntario, y no será tan fácil decir que todos los católicos estuvieron del lado del bien”, lamentó.

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