El 54% de estancias infantiles particulares que estaban inscritas en los padrones de la antes llamada SEDESOL cerraron sus puertas definitivamente tras el retiro del subsidio federal, y las que permanecen perdieron al menos el 75% de empleados aproximadamente y sobreviven con gran dificultad.
Así lo expresó en entrevista la representante de estancias infantiles en Durango, Andrea Vargas, quien se refirió a las condiciones que enfrentan desde las disposiciones federales y que se han agudizado con la pandemia de Covid-19.
Expuso que antes el padrón era de 217 guarderías, pero a raíz de que se retiró el subsidio federal, muchas no pudieron subsistir y desaparecieron, quedando solo 73 en la capital y 27 en el resto de los municipios. Eso significa que hay 100, que representan el 46% de las que existían y el otro 54% se perdieron.
El factor desencadenante fue la desaparición del subsidio federal, y de ahí vinieron problemas serios, porque la idea de la estancias era apoyar a familias con necesidad y a un precio simbólico, pero cuando ya no hubo apoyo federal, muchas familias no pudieron seguir y sacaron a sus hijos, entonces el número de usuarios disminuyó en más de un 90% y para muchos resulta incosteable, así que su destino era simplemente cerrar.
Vargas expuso que, en su caso particular, de tener 60 espacios ocupados en la estancia, quedaron solamente ocho usuarios, y hubo otras que perdieron más. Y aunque a partir de ahí se generaron nuevas estrategias en búsqueda de sobrevivir, no para todas fue posible.
En cuanto a empleos, se calcula una pérdida del 75% en las que sobrevivieron, y en el resto se perdieron todos.