No mas matrimonios sin preparación: GG

Autoridad vaticana analiza 3 desafíos de la familia durante la pandemia.

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa, 100720.

 

La subsecretaria del Dicasterio Laicos, Familia y Vida, Gabriella Gambino, describió tres desafíos actuales que enfrenta la pastoral familiar durante el actual tiempo de la pandemia del coronavirus, COVID-19 y reiteró la necesidad de “mostrar que la familia de verdad es una vocación y un camino de santidad”.

Así lo dijo Gabriella Gambino en un video mensaje que dirigió a la Conferencia Episcopal de Colombia, con ocasión de su 110 Asamblea Plenaria, en el que describió que la familia es la perla más preciosa “que el Señor nos ha confiado para edificar la Iglesia” porque “sin duda, la familia es el lugar de la presencia constante de Cristo entre los esposos y del acto creativo de Dios, que se manifiesta cada día en el nacimiento de una nueva vida”.

“En este tiempo de pandemia, las familias en todo el mundo han demostrado ser el recurso más importante de la sociedad, pues con su resiliencia se han convertido en una fuerza motriz y difusora del sentido de responsabilidad, solidaridad, del compartir y de la ayuda recíproca en la dificultad”, advirtió Gambino.

En esta línea, una de las dos subsecretarias del Dicasterio Laicos, Familia y Vida, remarcó que las familias “han protegido y amparado a sus seres queridos llevando adelante sus responsabilidades de cada día” y agregó que “son y siguen siendo un gran amortiguador económico, social y educativo”, pero, sin embargo, “no lo pueden hacer solas”.

Por ello, Gambino, esposa y madre de familia, reconoció que la pastoral familiar “está ante un gran desafío, es decir, el de mostrar a las nuevas generaciones que la familia no es solo esfuerzo y dificultad, sino alegría, camino de vocación y felicidad”.

“Estamos inmersos en una sociedad individualista que enseña a nuestros hijos a no tener confianza en el futuro, que hace que tengan temor ante la idea de casarse y tener hijos, a pesar de su deseo de amor y felicidad. ¿Qué podemos hacer? ¿Dónde debemos concentrar nuestros esfuerzos como Iglesia, llamada a acompañar, a discernir e integrar?”, cuestionó.

Tres desafíos de la pastoral familiar

En este sentido, Gabriella Gambino sugirió los tres desafíos más urgentes en la pastoral familiar.

En primer lugar, la autoridad vaticana subrayó la importancia de “revisar la metodología y los contenidos de la preparación de los jóvenes al matrimonio, con una preparación que no solo sea inmediata y cercana a la celebración del matrimonio, sino remota”.

“Es necesaria una pastoral transversal, que una la pastoral de la infancia y la catequesis de preparación a los sacramentos en la pastoral juvenil vocacional y en la pastoral familiar”, advirtió Gambino quien refirió que en este Dicasterio vaticano “estamos trabajando intensamente en este tema y es importante que todos lo tomemos en serio, porque es fundamental para poder ayudar a los jóvenes a que construyan sobre la roca su propia familia”.

En este sentido, Gabriella Gambino afirmó que el matrimonio es un “camino de santidad para los fieles laicos” y alertó que el “decidir casarse y tener hijos no es como elegir un trabajo o comprarse una casa. Sin embargo, la mayoría de las personas ponen estas decisiones al mismo nivel. Casarse es una vocación, es la respuesta a una llamada de Dios. ¡Ayúdennos a decirlo a nuestros hijos!”, pidió.

En segundo lugar, Gambino propuso un “catecumenado al matrimonio, como itinerario” y dijo que esta formación debe durar “por lo menos, en los primeros diez años de la vida matrimonial”.

“La pastoral familiar tiene que hacerse cargo de los años más árduos para una pareja, cuando nacen los hijos, cambian los ritmos y los roles, nos convertimos en padres y educadores sin que nadie nos diga cómo serlo”, por lo que insistió en la necesidad de “acompañar a los matrimonios”.

Por último, la subsecretaria del Dicasterio Familia, Laicos y Vida recomendó “dar espacio a un compromiso pastoral con las personas mayores y las personas más frágiles dentro de las familias” para “ayudarles a redescubrir la riqueza de su vocación bautismal y a ser actores de la nueva evangelización, valorando sus dones y carismas, como también su extraordinaria capacidad de rezar y transmitir la fe a los jóvenes”.

“¡Tenemos que cuidar su espiritualidad; no les dejemos solos ni materialmente ni espiritualmente”, exclamó Gambino quien alentó al episcopado a “generar una pastoral familiar capaz de mostrar que la familia de verdad es una vocación y un camino de santidad”.

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Papa Francisco: Matrimonio es unión de amor entre hombre y mujer sostenidos por Cristo.

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa, 071018.

Al presidir el rezo del Ángelus este domingo desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco explicó que el matrimonio es la unión fiel de amor entre un hombre y una mujer, sostenidos por la gracia de Cristo.

En su reflexión sobre el Evangelio de hoy, el Papa meditó en un pasaje de San Marcos en el que se recuerda que Dios creó al ser humano hombre y mujer, y en el que Jesús afirma que “el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”, para concluir resaltando que “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.”

“En el proyecto originario del Creador, no es el hombre el que se casa con una mujer, y si las cosas no funcionan, la repudia. No. Se trata de un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a completarse, a ayudarse en la vivencia del matrimonio”, dijo Francisco.

“Esta enseñanza de Jesús es muy clara y defiende la dignidad del matrimonio como una unión de amor que implica la fidelidad. Lo que permite a los esposos permanecer unidos en el matrimonio es un amor de donación recíproca sostenido por la gracia de Cristo”, subrayó el Santo Padre.

“Si en vez de eso en los cónyuges prevalece el interés individual, la propia satisfacción, entonces su unión no podrá resistir. Y es la misma página evangélica la que nos recuerda, con gran realismo, que el hombre y la mujer, llamados a vivir la experiencia de la relación y del amor, pueden dolorosamente realizar gestos que lo pongan en crisis”.

Francisco precisó que “Jesús no admite todo esto que puede llevar al naufragio de la relación. Lo dice para confirmar el designio de Dios, en el que destacan la fuerza y la belleza de la relación humana”.

El Papa explicó luego que “la Iglesia, de una parte no se cansa de confirmar la belleza de la familia como nos ha sido consignada por la Escritura y la Tradición, pero al mismo tiempo se esfuerza por hacer sentir concretamente su cercanía materna a cuantos viven la experiencia de relaciones rotas o que siguen delante de manera sufrida y fatigosa”.

“El modo de actuar de Dios mismo con su pueblo infiel –es decir con nosotros– nos enseña que el amor herido puede ser sanado por Dios a través de la misericordia y el perdón”. Ante esta realidad, continuó, la Iglesia no está “solo para la condena. Al contrario, ante tantos dolorosos fracasos conyugales, Ella se siente llamada a vivir su presencia de amor, de caridad y de misericordia, para reconducir a Dios los corazones heridos y perdidos”.

Para concluir, el Papa alentó a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro a invocar “a la Virgen María, para que ayude a los cónyuges a vivir y renovar siempre su unión a partir del don originario de Dios”.

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