Crisis del COVID-19 exige solidaridad y modelos económicos sustentables, afirma Cáritas.
Redacción ACI Prensa, 160520.
Cáritas América Latina y El Caribe pidió solidaridad con la región afectada gravemente por el COVID-19, y llamó a asumir alternativas económicas sustentables, para erradicar la pobreza e inequidad.
El 14 de mayo Cáritas de América Latina y El Caribe hizo un llamado a la solidaridad con los pueblos que conforman la región, pues “en este momento de la pandemia del COVID-19” muchas familias han ampliado su situación de vulnerabilidad debido al “impacto de las medidas necesarias” impuestas por los gobiernos para “disminuir la curva de contagio”.
Cáritas explicó que como innumerables familias de la región ya son pobres y afrontan exclusión, los decretos gubernamentales han mermado su acceso a necesidades básicas atendidas y a espacios que garanticen el ejercicio de sus derechos, por lo que han aumentado las situaciones de conflicto.
Estos decretos se relacionan sobre todo “con el aislamiento social, la prohibición de la circulación de los transportes públicos, el cierre de comercios o funcionamiento en horarios restrictivos de los servicios básicos, públicos y privados”, señaló Cáritas.
Asimismo, Cáritas señaló otros factores que agravan la situación de riesgo de estas personas como son “la falta de información de calidad, la alta circulación de ‘fake news’ (noticias falsas) sobre el COVID-19, el desabastecimiento y la falta de recursos económicos para la obtención de material de higiene y el insuficiente número de agentes públicos de salud y de las redes de protección”.
En su texto, la institución también reconoció el “enorme esfuerzo solidario de los servidores públicos sanitarios que están en primera línea en el cuidado de las personas, incluso a riesgo de sus propias vidas”.
Cáritas advirtió que “seguiremos viviendo en el próximo período, un proceso profundo de crisis y recesión, no sólo desde el punto de vista económico, sino también en las dimensiones sociales, políticas, culturales y ambientales, relacionadas a la existencia de la vida”, grave crisis que afectará sobre todo a los más pobres y vulnerables del mundo.
Asimismo, alertó que muchas más personas en situación de desempleo o que no tienen un empleo fijo, los microempresarios, adultos mayores, personas con capacidades diferentes, privados de libertad, niños y niñas, amas de casa y estudiantes, comunidades indígenas, particularmente de la Amazonía, se verán gravemente afectadas en los próximos meses.
Uno de los más grandes desafíos es “garantizar alimentos de calidad” y todos los servicios que den calidad de vida como son “agua potable, luz eléctrica, educación y medicamentos”, señaló Cáritas y afirmó que “los problemas económicos globales pueden resolverse con economías y políticas económicas al servicio de las personas y, por ende, de nuestros pueblos”.
Es así que Cáritas señaló la urgencia de “diseñar y ejecutar acciones más efectivas que ayuden a solventar los problemas de salud, alimentación, transporte, fuentes de empleo e infraestructura sanitaria”, pues “la cuarentena y el confinamiento no solo debe ser factor de protección para la salud, sino también de protección de los derechos humanos y el derecho al trabajo con una remuneración digna”.
Si bien varios gobiernos de la región “están priorizando salvar algunos sectores dominantes que están vinculados a los mercados financieros, a través de la ampliación de periodos de gracia, disminución de tasas de interés, reprogramaciones de deudas, o adquiriendo nuevas deudas, entre otras”, ello genera el riesgo de que “se profundicen las desigualdades y vulnerabilidades” y se afecte con mayor dureza a los más pobres, añadió.
Por ello, Cáritas recordó a los entes financieros y a los Estados ser solidarios y eficientes “para garantizar la sobrevivencia y la dignidad” de todos, en especial de “los más desprotegidos” y los exhortó a dejar atrás “negociaciones partidistas y electorales” y priorizar la salvaguardia de la dignidad humana y el bien común por medio de políticas públicas.
Cáritas enfatizó que además de “ayuda inmediata”, es necesario un discernimiento de la realidad de los países y de la región, “para asumir aprendizajes compartidos, reflexiones innovadoras en el diseño de nuevas formas de relacionamiento y de economías sustentables, y críticas al viejo modelo que ha generado pobreza, exclusión e inequidad”.
“No podemos permitirnos escribir la historia presente y futura de espaldas al sufrimiento de tantos. Es el Señor quien nos volverá a preguntar ¿dónde está tu hermano?”, señaló Cáritas y llamó a no volver a la “idéntica normalidad excluyente de antes de la pandemia”, sino a nuevas “propuestas económicas y políticas” incluyentes y solidarias que resguarden la Casa Común.
“Es necesario ‘unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral’… que nos pide no conformarnos ni contentarnos y menos justificarnos con lógicas sustitutivas o paliativos que impiden asumir el impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo (Un plan para resucitar)”, añadió.
A la fecha, la Iglesia Católica ha puesto a sus instituciones al servicio de la vida de nuestros pueblos y ha privilegiado la acción caritativa durante la pandemia por medio de la comisión de COVID-19 para “expresar su preocupación y amor a toda la familia humana” en esta crisis.
En cada región, Cáritas ha desarrollado estrategias de comunicación para la “donación de alimentos, en especies o en ollas solidarias, kits de higiene con insumos para la seguridad personal y comunitaria” dirigidos a los adultos mayores, sistemas penitenciarios, personas y familias con capacidades diferentes, orfanatos, comunidades indígenas y rurales, y migrantes.
Asimismo, Cáritas señaló que han apoyado a albergues, programas de “agua limpia” a través de purificadores, han brindado asesorías virtuales en salud mental y asuntos legales y han participado en comisiones de emergencia y asesoría en ejercicio de derechos.
Por ello, Cáritas dio gracias a Dios por sus equipos de trabajo y voluntarios que a riesgo de su salud entregan su tiempo para servir con amor y que salvaguardan las normas para proteger a los más vulnerables. También, agradeció a la Iglesia católica con sus Diócesis y parroquias, donantes internos y externos que en suma hacen que muchos tengan “vida en abundancia”.
Finalmente, el comunicado firmado por el presidente de Cáritas América Latina y El Caribe, Arzobispo de Maracaibo, Mons. José Azuaje, pidió a la Virgen de Guadalupe y San Óscar Arnulfo Romero que guíen sus pasos y les permitan “servir con dedicación a nuestros hermanos y hermanas desde una decidida opción por los pobres y con la esperanza que da Cristo Resucitado en este tiempo de Pascua”.
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