El Papa pide amar al prójimo y no seguir al diablo “padre de la mentira”.
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa, 100120.
El Papa Francisco explicó que es mentira decir que se ama a Dios si no se ama al prójimo, y pidió no seguir al diablo quien es el “padre de la mentira”.
Así lo indicó el Santo Padre este 10 de enero durante la Misa en la Casa Santa Marta en la que reflexionó en un pasaje de la Primera carta del apóstol San Juan de la liturgia del día.
En su homilía, el Pontífice destacó que el fundamento del amor al Señor es que “amamos a Dios porque Él nos amó primero” y añadió que “si Él no nos hubiera amado ciertamente no podríamos amar”.
En este sentido, el Pontífice puso como ejemplo que “si un bebé recién nacido, de pocos días, pudiera hablar, ciertamente explicaría esta realidad: ‘me siento amado por mis padres’. Y esto que hacen los padres con el niño es lo que Dios ha hecho con nosotros: nos amó primero”.
“Esto hace que nazca y que crezca nuestra capacidad de amar. Esta es una definición clara del amor: nosotros podemos amar a Dios porque Él nos amó primero”, advirtió.
Después, el Santo Padre citó la frase de San Juan “si uno dice: yo amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso” y señaló que el apóstol no dice que es un “mal educado” o que “se equivoca” sino que lo llama “mentiroso”.
“Yo amo a Dios, rezo, entro en éxtasis… y después descarto a los otros, odio a los otros o no los amo, simplemente, o soy indiferente a los otros… No dice: ‘te has equivocado’, dice ‘eres mentiroso’. Y esta palabra de la Biblia es clara, porque ser mentiroso es precisamente el modo de ser del diablo: es el gran mentiroso, nos dice el Nuevo Testamento, es el padre de la mentira. Esta es la definición de Satanás que nos da la Biblia. Y si tú dices amar a Dios y odias a tu hermano, estás del otro lado: eres un mentiroso. En esto no hay concesiones”, remarcó el Papa.
En esta línea, Francisco reconoció que muchas personas pueden encontrar justificaciones para no amar o incluso alguno puede decir: “yo no odio Padre, pero hay tanta gente que me hace mal”.
Por ello, el Papa citó a San Juan “quien no ama a su hermano que ve, no puede amar a Dios que no ve” y agregó: “si no eres capaz de amar a las personas, desde los más cercanos a los más lejanos, no puedes decir que amas a Dios: eres un mentiroso “.
Además, el Santo Padre alertó que no solo existe el sentimiento de odio, sino que también puede existir la voluntad de “no entrometerse” en las cosas de los demás. Pero, recordó, que eso no es bueno, porque el amor es concreto y se expresa haciendo el bien, “no es un amor de laboratorio”.
De este modo, el Papa Francisco advirtió sobre la indiferencia y citó una expresión de San Alberto Hurtado: “está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien”.
Por último, el Pontífice afirmó en su homilía que en el camino de la fe “no entran los indiferentes, quienes se lavan las manos de los problemas, quienes no quieren ‘entrometerse’ en los problemas para ayudar, para hacer el bien; no entran los falsos místicos, aquellos del corazón destilado como el agua, que dicen amar a Dios pero prescinden del amar al prójimo” por lo que rezó para que “el Señor nos enseñe estas verdades: la seguridad de haber sido amado primero y la valentía de amar a los hermanos”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
I Juan 5:5-13
5 Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6 Este es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la Verdad. 7Pues tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo. 9Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios, pues este es el testimonio de Dios, que ha testimoniado acerca de su Hijo. 10Quien cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. 12Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida. 13Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
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