El papa Francisco: Un joven que no arriesga está muerto
Ary Waldir Ramos Díaz | ALETEIA, May 07, 2019
El Pontífice participó en encuentro ecuménico e interreligioso con jóvenes en Macedonia del Norte: “El mundo está cansado, el mundo está dividido y parece que es rentable dividirlo y dividirnos aún más”.
El papa Francisco instó a los jóvenes a ser artesanos de sueños y esperanza. ”El mundo está cansado, el mundo está dividido y parece que es rentable dividirlo y dividirnos aún más”. Lo dijo durante el encuentro ecuménico e interreligioso con jóvenes en Skopje, capital de Macedonia del Norte y ciudad natal de la Madre Teresa, este martes 7 de mayo de 2019.
En este contexto, el Obispo de Roma recordó su encuentro hace unos meses, “con un amigo, el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, también tuvimos un sueño muy parecido”[…] que nos “llevó a querer comprometernos y firmar juntos un documento que dice que la fe nos tiene que mover a los creyentes a ver en los otros a un hermano que debemos sostener y amar, y no dejarnos manipular por intereses mezquinos”.
Sueñen a lo grande
En este sentido, invitó, “no hay edad para soñar… Sueñen, y sueñen a lo grande”. “Los sueños más bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas. Al mismo tiempo, no hay que detenerse por inseguridad, no hay que tener miedo de apostar y de cometer errores”.
Argumentó, que se necesita valentía para cambiar las cosas. “Sí hay que tener miedo a vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, y un joven que no arriesga está muerto, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse”.
Miedo a equivocarse
“Aún si te equivocas siempre podrás levantar la cabeza y volver a empezar, porque nadie tiene derecho a robarte la esperanza”, Al final del encuentro en el que hubo cantos, bailes y testimonios, el Santo Padre respondió a algunas preguntas de jóvenes y los animó a ser “artesanos de sueños y esperanza”, abundó.
“Piensen en Madre Teresa. Cuando vivía aquí no se imaginaba cómo sería su vida, pero no dejó de soñar y de esforzarse por descubrir siempre el rostro de su gran amor, Jesús, en todos aquellos que estaban al borde del camino. Ella soñó a lo grande y por eso también amó a lo grande”, dijo el Papa.
Por ello, el Pontífice afirmó que “cada uno de ustedes, al igual que Madre Teresa, está llamado a trabajar con sus propias manos, a tomar la vida en serio, para hacer algo hermoso con ella. No permitamos que nos roben los sueños”, afirmó.
Comunicación del cara a cara
Francisco también aconsejó a los jóvenes para que experimenten el “cara a cara”: “Hemos entrado en la era de las conexiones, pero poco sabemos de comunicaciones. Muy conectados y poco involucrados los unos con los otros”.
Por otro lado, les instó involucrarse: “la vida pide involucrarse, exige estar y compartir momentos buenos… y no tan buenos”. Además de “escuchar y escucharnos”.
Especialmente pidió hablar “cara a cara”, con sus abuelos“ llenos de sabiduría “que hay que descubrir y valorar”. “No olvidemos el dicho que un enano puede ver más lejos desde los hombros de un gigante. Así tendrán una visión como nunca la habían tenido”.
Colonización ideológica
Para no caer en la colonización ideológica, deben adherirse a las raíces de su historia y cultura. “Tengan cuidado con las colonizaciones ideológicas… ¿Qué tienen que hacer? Discernir… para no engarñarnos es importante hablar con los ancianos que les recordarán las raíces de su pueblo”.
El Papa comparó la colonización ideológica a los “espejos colorados” que daban los “conquistadores europeos” a los indígenas a “cambio de su oro”.
Mujer embarazada
Antes de terminar, el Papa ha puesto como ejemplo de fecundidad en la vida a una mujer embarazada que estaba sentada entre el público.
“Miraba esta mujer adelante, espera un bebé. Algunos de ustedes piensa: pobre mujer cómo tendrá que trabajar. ¿Alguien piensa eso? ¿Ninguno pensará que pasará noches sin dormir? Ese bebe es una promesa”, expresó.
Así, exhortó a mirar a esa mujer que aceptó el riesgo de la vida, que va “hacia adelante, mira hacia adelante, ella se siente con fuerza de las raíces para llevar adelante su pueblo”.
Al terminar, Francisco rezó con los jóvenes una oración de Madre Teresa, “para que esta certeza se grabe en nuestros corazones y podamos hacerla vida nuestra”.
Madre Teresa: ¿Quieres mi corazón para que ame a todos?
Señor, ¿quieres mis manos para ayudar hoy a los pobres y enfermos que lo necesitan? Señor, hoy te ofrezco mis manos. Señor, ¿quieres mis pies para que me lleven hoy a quienes necesitan un amigo? Señor, hoy te ofrezco mis pies. Señor, ¿quieres mi voz para que hable hoy con los que necesitan tu palabra de amor? Señor, hoy te ofrezco mi voz. Señor, ¿quieres mi corazón para que ame a todos, sin excepción? Señor, hoy te ofrezco mi corazón.
El Papa perdió los papeles…
El Papa ha dado muestra de gran simpatía y espontaneidad. En un momento de su alocución, aceptó que no encontraba una hoja de su discurso. “Se ha caído (la hoja)…mis amigos se han equivocado número de página, aquí está” (risas). La mayor parte de su discurso lo llevó mirando hacia el público varios minutos y buscó casi siempre interactuar con los jóvenes.
Lo que no me sirve, me pesa
Por otro lado, más tarde, el Papa Francisco se encontró con los sacerdotes, sus familias y religiosos en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús y sede de la diócesis de Skopie.
Subrayó que la iglesia en Macedonia respira con sus dos pulmones, el de rito latino y bizantino. Tras hablar del testimonio de otro religioso, Davor, el Papa dijo, “fuiste muy claro: “lo que te salvó del carrerismo fue volver a la vocación primera, y salir a buscar al Señor resucitado”
“Muchas veces gastamos nuestras energías y recursos, nuestras reuniones, discusiones y programaciones en conservar enfoques, ritmos, encuadres, que no sólo no entusiasman a nadie, sino que son incapaces de aportar un poco de ese aroma evangélico que conforte y abra caminos de esperanza, privándonos de ese encuentro personal con los otros”.
“Qué justas las palabras de Madre Teresa: «Lo que no me sirve, me pesa»[1]. Dejemos todos los pesos que nos separan de la misión e impiden que el perfume de la misericordia llegue al rostro de nuestros hermanos. Tan sólo una libra de nardo fue capaz de impregnarlo todo y dejar una huella inconfundible”, destacó.
De esta manera, Francisco término el programa de su viaje de dos días a Bulgaria y uno a Macedonia del Norte.