El incremento a la tortilla podría darse en el mes de enero de 2020 o en los últimos días de diciembre y llegaría o superaría los 15 pesos por kilo, pero el que se realiza a base de harina de maíz (conocido como maseca) podría ser incluso un poco más elevado; se habló con el presidente de la república para evitar los precios abusivos de los grandes proveedores, sin lograr buenos resultados.
Así lo manifestó en entrevista el presidente de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla en Durango, Antonio de la Torre Carlos, quien manifestó que se dio un comportamiento abusivo por parte de quienes producen la harina de maíz y eso perjudicará incluso los bolsillos de los ciudadanos, además de la propia industria.
Como ejemplo, mencionó que la tonelada de maíz, subió de 4 mil a 5 mil pesos, además de la harina de maíz que se elevó 600 pesos. Los grandes proveedores de este producto se han puesto de acuerdo para elevarlo sin que ninguna instancia Federal se atreva a intervenir, más aún, porque no existe justificación para el incremento.
“Vemos que existe una forma muy diferente de conducirse hacia ellos y hacia los tortilleros, porque si una tortillería eleva su precio, de inmediato mandan a los inspectores y exigen la justificación del aumento, pero si los grandes proveedores hacen un aumento no se atreven ni siquiera a molestarlos y argumentan que no les competen, por eso exigimos igualdad, que también a las empresas harineras les pidan la justificación de su aumento”.
Indicó que en su momento hablaron con el presidente de la república como Unión, pero de nada sirvió porque los envió con Graciela Márquez, la titular de economía, la cual ni siquiera los ha recibido. “En este caso se está actuando en contra de la política de austeridad y de proteger a las clases más bajas”, resaltó.
Reconoció que una tortilla cara por supuesto le perjudica tanto al consumidor, como al mismo tortillero, pues ellos tampoco están conformes o contentos de que se incrementan los precios, porque eso significa un menor consumo per cápita y un mayor pago en los insumos.
Remató que el consumo per cápita ha bajado en los últimos años de 250 gramos a sólo 150 y ha sido sustituido por productos chatarra más baratos.