Golfo de México: demandan a Google por cambio de nombre
DW, 090525.
Sheinbaum recordó que su gobierno lo que busca es que Google cumpla con el decreto que emitió Trump, donde renombra el Golfo de México, pero solo en la parte continental que le pertenece a Estados Unidos.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció este viernes (09.05.2025) que su gobierno demandó a la gigante tecnológica Google por cambiar el nombre del Golfo de México por Golfo de América en los mapas de su plataforma en Estados Unidos, tras un decreto del presidente republicano Donald Trump.
Google “ya está demandado”, dijo la mandataria durante su habitual conferencia de prensa matutina, sin especificar cuándo o dónde fue presentada la demanda.
“Lo que decimos es que Google le ponga Golfo de América donde es Golfo de América, que es la parte que le corresponde al territorio de Estados Unidos y le ponga Golfo de México a la parte territorial que le corresponde a México y a Cuba”, agregó.
Sin embargo, el tema no ha sido abordado durante las conversaciones telefónicas que sostuvo últimamente con Trump, admitió Sheinbaum. El pasado 20 de enero, en el primer día de su segundo mandato, Trump firmó un decreto que cambió la denominación del Golfo de México por el nombre de Golfo de América.
También Apple
Sheinbaum respondió irónicamente al decreto de Trump sugiriendo llamar a Estados Unidos “América Mexicana”, basándose en mapas del siglo XVII, cuando gran parte del territorio occidental estadounidense pertenecía a México.
La decisión de Trump fue respaldada el jueves por la Cámara de Representantes estadounidense, que aprobó un proyecto de ley para cambiar oficialmente la nomenclatura.
Además de Google, otra gigante tecnológica, Apple, modificó el nombre en sus mapas para los usuarios estadounidenses.
Sheinbaum había enviado ya dos cartas a Google cuestionando la determinación de la corporación californiana y amenazando con recurrir a tribunales.
ct (afp, efe).
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MAS SOBRE COMUNICACIONES.
Trump vs. AP: “Un pésimo precedente” para América Latina
Emilia Rojas Sasse.
DW, 17/02/202517 de febrero de 2025.
Defensores de la libertad de prensa critican la restricción de acceso aplicada contra la agencia AP en Estados Unidos. La SIP teme que regímenes autoritarios puedan seguir el ejemplo.
La controvertida decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de rebautizar el “Golfo de México” como “Golfo de América” sigue levantando olas. No sólo en territorio mexicano, donde la presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que recurrirá a tribunales si Google persiste en utilizar esa denominación en sus mapas en Estados Unidos.
También ha provocado irritación en la prensa, incluso a nivel regional e internacional, el hecho de que fuera negado el acceso de Associated Press (AP) al Despacho Oval y al avión presidencial conocido como “Air Force ONE”, por no plegarse a los designios toponímicos de la Casa Blanca.
Ante una consulta de DW, la agencia de noticias se remitió a declaraciones de su portavoz, Lauren Easton, quien subrayó el valor de la libertad de expresión como un pilar de la democracia estadounidense.
“Las medidas adoptadas para restringir la cobertura de los actos presidenciales por parte de AP debido a la forma en que nos referimos a un lugar geográfico menoscaban este importante derecho consagrado en la Constitución de los Estados Unidos para todos los estadounidenses”, afirmó Easton.
Similar es la apreciación de Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y vicepresidente segundo de dicha institución.
“Claramente creemos que es una decisión contraria a todas las normas internacionales, es una decisión que implica censura y una traba indebida al acceso a información pública”, indicó en conversación con DW. A su juicio, no hay razones que la justifiquen: Trump actuó “simplemente porque la agencia estableció una norma de estilo que es totalmente razonable”, dice.
De hecho, AP ha subrayado que “la orden de Trump solo tiene vigencia dentro de Estados Unidos. México, así como otros países y organismos internacionales, no han reconocido el cambio de nombre”.
Mal ejemplo para la región
La SIP no tiene registro de casos similares en Estados Unidos, “pero lamentablemente sí en muchos países latinoamericanos”, explica Carlos Jornet, quien se muestra preocupado por los efectos que el caso pueda tener en toda la región.
“Esto es un pésimo precedente. Porque si el presidente de Estados Unidos, que hasta ahora ha sido un país que ha respetado la libertad de expresión, la libertad de acceso a la información pública, toma esta decisión, los Gobiernos autocráticos o autoritarios, o dictaduras de la región seguramente van a seguir el mismo ejemplo”, dice.
También en Alemania ha habido muestras de inquietud por lo ocurrido. Anja Osterhaus, directora de la sección alemana de Reporteros Sin Fronteras (RSF) calificó el caso como una “interferencia directa en la libertad de prensa”, que se suma a una serie de hechos preocupantes desde la toma de posesión de Trump.
En declaraciones formuladas al periódico muniqués Süddeutsche Zeitung, opinó que el mensaje es claro: “El Gobierno estadounidense castiga a medios y reporteros individuales que no informan de la manera que le place”.
Confrontación con la prensa
Carlos Jornet ve venir “un período complejo para la libertad de prensa” en Estados Unidos. Considera que lo ocurrido “anticipa que esta segunda administración de Trump va a ser aún más confrontativa con la prensa, y no va a aceptar que ninguna opinión lo desaire, lo cual también viola claramente todo principio, porque las decisiones de gobierno de ningún modo pueden ser un premio o un castigo por una opinión contraria a la que el gobernante sustente”.
La SIP ya emitió un comunicado, expresando su malestar y su preocupación. “En función de los pasos que dé AP, acompañaremos si es necesario, porque creemos que se está generando un grave precedente”, indicó el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa del organismo interamericano.
Carlos Jornet cuenta que, “en algunos países que han vivido cosas parecidas, no iguales, se ha conversado entre los colegas la posibilidad de, por ejemplo, hacer un boicot y no asistir a alguna conferencia de prensa citada por el Gobierno”. Sin embargo, esa forma de mostrar solidaridad tiene sus bemoles. “Creemos que tampoco es la mejor decisión, porque se podría afectar el derecho del público a ser informado”, dice.
Lo que sí considera viable es que AP pueda recurrir a la Justicia. “Yo creo que la sola apelación a la primera enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión y de prensa en Estados Unidos, puede dar lugar para que un tribunal revea esta decisión, y debería ser a corto plazo porque, insisto, se está coartando a la agencia la posibilidad de tener acceso a la información. (MSM).