Hoy conmemoramos al Beato Miguel Pro, mártir de la Guerra Cristera en México
Por Redacción Central.
ACIPRENSA, 23 de noviembre de 2024.
Cada 23 de noviembre la Iglesia Católica conmemora al Beato P. Miguel Agustín Pro Juárez, sacerdote jesuita, mártir de la Guerra Cristera (1926-1929).
Cristiada (1926-1929)
La llamada Guerra Cristera, Guerra de los Cristeros o ‘Cristiada’, fue una guerra civil que enfrentó al Gobierno mexicano contra las milicias de católicos alzados en armas de ese país, quienes se resistieron a cumplir la nefasta “Ley Calles”, que restringía indebidamente la libertad de culto.
Esta ley, de inspiración abiertamente anticristiana, fue promulgada por el presidente Plutarco Elías Calles en 1926, con el propósito de radicalizar las medidas de control al culto católico y limitarlo al máximo. En la práctica no fue otra cosa sino el instrumento legal para organizar una sangrienta persecución contra la Iglesia Católica, haciendo uso del aparato represivo del Estado contra quienes defendían la libertad religiosa, acusándolos de estar en contra de los intereses del pueblo.
La guerra duró hasta 1929. El Beato Miguel Pro fue víctima de la represión de la policía capitalina, condenado a muerte junto a su hermano Humberto, sin mayor investigación ni testigos de descargo, ni juicio, ambos acusados de terrorismo y sabotaje. El hecho despertó una ola de protestas por lo injusto del proceso, su carácter falsamente “aleccionador” y por haber sido cubierto por los periódicos de la época con ánimo amarillista.
Infancia: cerca de las minas
José Ramón Miguel Agustín Pro Juárez nació en Zacatecas (México) en 1891. Su familia poseía unas minas, así que Miguel pasó su infancia recorriéndolas una tras otra al lado de su padre, un hábil ingeniero, de relativa bonanza y de carácter muy humano. Eso le permitió a Miguel Agustín conocer de cerca la forma de vida de los trabajadores mineros y sensibilizarse frente a la realidad de la clase trabajadora de su país.
Miguel era un niño con un gran sentido del humor y alegría. Tenía un peculiar talento para el dibujo y una predilección por las caricaturas.
Llamado a ser otro Cristo
Unos años más tarde, la vida de la familia Pro cambiaría notablemente. Las hermanas mayores de Miguel dejaron el seno del hogar y emprendieron el camino de la vida religiosa. La madre de Miguel, viendo que su hijo empezó a sentirse un poco solo y triste, le propuso que fuera a un retiro, a ver si Dios lo llamaba a él también.
Así, el jovencito se matriculó para asistir a un retiro vocacional organizado por la Compañía de Jesús, del que salió decidido a convertirse en sacerdote jesuita.
Con los 20 años cumplidos, Miguel fue aceptado en el seminario. Lamentablemente, la situación social y política en México se tornó hostil con la Iglesia, por lo que él y sus compañeros seminaristas fueron enviados a estudiar a California (Estados Unidos). De ahí sería enviado a España, donde culminó su formación y fue ordenado sacerdote a los 24 años, en 1925.
“¡El Señor está contigo, guerrero valiente!” (Jueces 6:12)
Cuando retornó a México, el beato encontró un país devastado por la violencia, en el que los cristianos eran perseguidos y tenían que resistir innumerables abusos del Gobierno. Entonces, al novel Padre Miguel Pro no le quedó otra salida que ejercer su ministerio pastoral en la clandestinidad -estaban prohibidas las celebraciones litúrgicas y los sacerdotes no podían vestir sotana-.
La mayor preocupación del Padre Pro fue asegurar la asistencia espiritual a sus feligreses, por lo que se propuso firmemente facilitarles el acceso a la Eucaristía y los sacramentos. Organizó una suerte de sistema de “estaciones” o “paradas” secretas en distintos puntos de la ciudad para distribuir la comunión. A estos puntos llegaron a asistir en total más de mil personas. Acompañado por otros valientes sacerdotes, el Padre Miguel se las arregló además para celebrar misas y adoraciones eucarísticas en distintos establecimientos no convencionales, convocando a gente de toda edad y condición social.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia” (Mt 5, 10)
El presidente Plutarco Elías Calles (p. 1924-1928), habiendo tomado noticia de las actividades clandestinas que realizaban algunos sacerdotes como el Padre Pro y sus amigos, se propuso acabar con estas y organizó a la policía para tal fin. Se arrestó primero a varios líderes católicos y luego a casi cualquiera que intentase practicar su fe. Los detenidos eran generalmente torturados y en muchos casos ejecutados sin proceso judicial alguno. Mientras tanto, el Padre Miguel se las ingeniaba para escabullirse y continuar con su servicio sacerdotal.
En una oportunidad, el Padre Pro se encontraba dando una charla espiritual a un centenar de jovencitas en un teatro, a puerta cerrada, cuando la policía inició una redada para detenerlo. El Padre Miguel, gracias a la colaboración de las asistentes, pudo huir entre los techos de las casas aledañas, sin que nadie lo delatase.
En otra ocasión, el sacerdote iba en un taxi y se percató de que lo seguían. Entonces pidió al taxista que siguiera avanzando, mientras él disimuladamente se lanzaba a la calle. Una vez repuesto, empezó a andar entre la gente como borracho, con el propósito de despistar a sus perseguidores. Cuando estos llegaron a reconocerlo ya era muy tarde, el beato estaba fuera de su alcance.
El Padre Pro llegó a ser uno de los líderes principales de la resistencia católica, aglutinada bajo el lema “¡Viva Cristo Rey!”. Se convirtió en un objetivo primordial del aparato represivo del Estado y parecía que su detención era solo cuestión de tiempo. Sin duda, una vez que fuera arrestado, el Gobierno no tendría escrúpulo alguno para deshacerse de él.
Así, poco tiempo después, el Padre Pro caía en manos de la policía junto a su hermano Humberto y a un grupo de fervientes católicos, quienes fueron acusados de conspiradores para asesinar al entonces candidato Alvaro Obregón y así desestabilizar al gobierno. Sin mediar juicio alguno, al Beato Pro se le condenó a morir fusilado.
¡Viva Cristo Rey!
El 23 de noviembre de 1927, el Padre Miguel Agustín Pro fue presentado ante el pelotón de fusilamiento, negó haber participado en conspiración alguna, pidió se le diese un momento para rezar, se arrodilló y dijo: “Señor, Tú sabes que soy inocente. Perdono de corazón a mis enemigos”.
Antes de ser fusilado, se puso de pie y extendió los brazos en cruz, sosteniendo el Santo Rosario en una mano y el Crucifijo en la otra. Luego gritó: “¡Viva Cristo Rey!”. Después de la descarga, su cuerpo cayó a tierra como una ofrenda puesta a los pies del Señor. Un policía se acercó y le asestó un tiro de gracias. El Padre Pro había ofrendado su vida por fidelidad al Evangelio, convirtiéndose en uno más de los valientes mártires de la Guerra Cristera.
El Beato José Ramón Miguel Agustín Pro Juárez fue beatificado durante el pontificado de San Juan Pablo II, el 25 de septiembre de 1988.
Etiquetas: Iglesia Católica, Cristo Rey, Iglesia Católica en México, Beatos de la Iglesia Católica.
NOTA RELACIONADA.
Ensangrentarà Aborto a Zacatecaz, prevé Obispo
Califican como “lamentable y deplorable” despenalización del aborto en Zacatecas.
Por Diego López Colín.
ACIPRENSA, 21 de noviembre de 2024.
Representantes de la sociedad civil calificaron como “lamentable y deplorable” la decisión de los diputados locales del estado mexicano de Zacatecas de despenalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación.
De acuerdo a un comunicado del Congreso de Zacatecas, el dictamen aprobado considera como aborto “la interrupción del embarazo después de las primeras doce semanas de gestación”, al tiempo que se penaliza el aborto forzado —realizado “sin el consentimiento de la mujer o persona con capacidad de gestar”— que se ejecute “en cualquier momento” del embarazo.
Con esta reforma, Zacatecas se convirtió en el décimo quinto estado de México en permitir el aborto hasta las 12 semanas de gestación. A estos se suman Sinaloa, donde se ha despenalizado el aborto hasta las 13 semanas; y Coahuila, donde la penalización ha sido invalidada pero no se han establecido parámetros específicos para el aborto.
Hasta el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador —fundador del partido MORENA—, el 1 de diciembre de 2018, sólo la Ciudad de México había despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación.
Desde el 1 de octubre, cuando comenzó el gobierno de Claudia Sheinbaum —también militante de MORENA— Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí y Zacatecas han despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de embarazo.
Aborto “manchará de sangre y violencia” Zacatecas
Erick González Neri, representante del Frente Nacional por la Familia en Zacatecas y portavoz de diversos grupos provida, expresó su rechazo a la reforma, asegurando en una entrevista con ACI Prensa que se trata de una iniciativa que “manchará de sangre y violencia nuestro estado”. González Neri señaló que la violencia está ahora dirigida “hacia los más pequeños e indefensos, los bebés que están en el vientre de sus madres”.
Asimismo, aseguró que la despenalización del aborto “no refleja en lo más mínimo el sentir de la población zacatecana”, ya que “la mayoría de la población es católica y provida”. En ese sentido, acusó a los diputados de “no están representando a la ciudadanía zacatecana”.
Tras la normativa aprobada por el Congreso, el siguiente paso sería modificar la Ley de Salud para establecer cómo se aplicaría el acceso al aborto. Por ello, el líder provida indicó que se debe “dar la batalla” en la Comisión de Salud del Congreso para que se pongan “candados y restricciones a los abortos que se quieran realizar en nuestro estado”.
González aseguró que los grupos provida de Zacatecas se comprometen a trabajar “incansablemente” en reformas que defiendan y apoyen a las mujeres embarazadas en situación de crisis y vulnerabilidad, “promoviendo una cultura que respete la dignidad humana en cualquier etapa y circunstancia”.
Avanza el aborto en México
Mientras Zacatecas se une a los estados que despenalizan el aborto, otros lugares de México se preparan para legislar sobre el tema, entre ellos el Estado de México, Guanajuato y Chiapas.
En Guanajuato, el Arzobispo de León, Mons. Jaime Calderón Calderón, expresó su preocupación por tres iniciativas en discusión en el Congreso local, una de las cuales “permitiría el aborto hasta los nueve meses de gestación”.
Según el prelado, estas propuestas buscan “eliminar el derecho a la vida de la Constitución local e incorporar el aborto en los sistemas educativo y de salud, atentando contra la dignidad humana y promoviendo una discriminación inadmisible contra los no nacidos”.
“No podemos condenar a muerte a un ser humano por no haber alcanzado más días de desarrollo”, afirmó Mons. Calderón Calderón en su comunicado.
El 19 de noviembre, el Congreso de Chiapas aprobó una reforma al artículo 4 de la Constitución estatal, modificando el texto que reconocía, protegía y tutelaba “el derecho a la vida que todo ser humano tiene desde el momento de la concepción”.
La nueva redacción establece que “el Estado reconoce, protege y tutela, el derecho a la vida que todo ser humano tiene. Sin perjuicio de las excluyentes de responsabilidad previstas en la legislación penal del estado de Chiapas”.
Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de San Cristóbal de las Casas y administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez —ambas en Chiapas—, expresó su preocupación por esta reforma, señalando que “abre la posibilidad de vulnerar este derecho [a la vida]”, lo cual “representa una grave contradicción ética y jurídica”.
El obispo hizo un llamado enérgico a la sociedad y a los legisladores a no permanecer en silencio ante un proyecto de ley que “bajo el pretexto de garantizar ‘derechos reproductivos’, ignora los derechos del ser humano más frágil”.
“Legislar a favor de la muerte es contrario a todo bienestar de la persona, por ello debe ser rechazado”, afirmó Mons. Aguilar, por lo que instó a los legisladores a reflexionar sobre las implicaciones del “el daño que esta ley puede causar al tejido moral de nuestra sociedad”.
Etiquetas: Aborto en México, provida, despenalización del aborto, noticias católicas, Arquidiócesis de León, Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Diócesis de San Cristobal de las Casas