Cientos de Felix, gracias. Se sumaron a la cuarta peregrinación arquidiocesano en honor a San Luis Bátiz, misma que inició en la Com 20 de noviembre y concluyó en Miguel Auza, Zacatecas, en un evento encabezado por el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez.
De acuerdo al Arquidocesis de Durango, alrededor de mil feligreses fueron los que participaron en la peregrinación que arribó a la capilla en donde se encuentra el Santísimo Sacramento, y las reliquias de los santos mártires, aunque hubo una misa que se celebró en el lienzo charro de Miguel Auza.
“La peregrinación tiene sentido en la medida que nos introduce en un camino espiritual, la peregrinación toma su sentido cuando caminamos juntos, cuando realizamos este sendero con Cristo que nos preside siempre en el camino con la Virgen María y los Santos Mártires Duranguenses”, puntualizó Armendáriz Jiménez.
El arzobispo extendió una invitación a niños y jóvenes a conocer la vida de San Luis Bátiz, quien fue un sacerdote ejemplar y generoso, con vocación para atender a los jóvenes, aunque un 15 de agosto de 1926, junto con otros cuatro mártires fue llevado al paraje “Puerto de Santa Teresa”, en donde fue fusilado al grito de “Viva Cristo Rey”.
Al concluir la peregrinación, varios sacerdotes presidieron la Santa Misa, y para cerrar la importante actividad se concluyó con una comida en la que estuvieron miles de peregrinos que se sumaron a la caminata que con fe y amor se desarrollo en honor del santo mártir duranguense.
San Luis Batis nació en Miguel Auza, Zacatecas, una comunidad perteneciente a la Arquidiócesis de Durango. Fue un sacerdote que tuvo especial dedicación a los jóvenes, pues fue para ellos un guía y padre bondadoso que de diversas formas les hacía crecer espiritual y culturalmente. Fue Párroco de Canatlán, Durango, director del Seminario Mayor y Párroco de Chalchihuites, Zacatecas.