Eurocámara reconoce a opositor como presidente de Venezuela
DW, 190924.
El Parlamento Europeo reconoció al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente legítimo y democráticamente electo de Venezuela, en un texto no vinculante.
El texto no vinculante que reconoce al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente legítimo y democráticamente electo de Venezuela salió adelante con los síes del Partido Popular Europeo, los ultraconservadores y la extrema derecha.
La resolución, aprobada con 309 votos a favor, 201 en contra y 12 abstenciones, también reconoce a María Corina Machado como líder de las fuerzas democráticas en Venezuela.
No obstante, debido a una enmienda de socialdemócratas, liberales y verdes que salió adelante, el texto no llega a reclamar a la Unión Europea y a sus Estados miembros -quienes tienen la competencia en política exterior- que se unan en el reconocimiento a González Urrutia.
González Urrutia, agradeció a la Eurocámara en un video colgado en X: “Los venezolanos queremos lo mismo que los europeos han logrado: vivir en libertad y democracia”, dijo.
Roto el cordón sanitario con la ultraderecha
Es la primera ocasión de la actual legislatura en la que el Partido Popular Europeo vota con la extrema derecha en lugar de con el bloque a su izquierda en el hemiciclo (socialdemócratas, liberales y verdes), que tradicionalmente consensúa todas las decisiones en la Eurocámara.
De los grupos grandes, se han quedado fuera de la mayoría los socialdemócratas, que estaban de acuerdo con la mayor parte del texto aprobado pero para quienes el reconocimiento de González como presidente y el texto conjunto con la extrema derecha era una línea roja; los liberales, que también rechazan que se haya roto el cordón sanitario y ni siquiera emitieron su voto en señal de protesta; y los Verdes.
Sólo un grupo de socialistas portugueses y un liberal se saltaron la postura de sus grupos.
La Europa de las Naciones Soberanas, un segundo grupo de corte de extrema derecha más pequeño, no se ha sentado a la mesa de negociación de la resolución pero votó también mayoritariamente a favor.
Hacer “lo máximo posible”
En el texto, los eurodiputados urgen a la Unión Europea y sus Estados miembros a hacer “lo máximo posible” para que González Urrutia pueda asumir la presidencia de Venezuela el próximo 10 de enero de 2025.
“El respeto de la voluntad del pueblo venezolano, expresada en las elecciones, sigue siendo la única vía para que Venezuela restablezca la democracia, permita una transición pacífica y auténtica y resuelva la actual crisis humanitaria y socioeconómica”, dice la Eurocámara.
También piden a la Corte Penal Internacional que incluya las violaciones de los derechos humanos y las detenciones arbitrarias en curso en sus investigaciones sobre los presuntos crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen de Nicolás Maduro, que fue proclamado presidente electo por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela sin aportar las actas de votación mesa por mesa como exige la ley.
Además, se exige la “liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y las personas detenidas arbitrariamente” y se aplaude la decisión del Gobierno español de conceder asilo político a González Urrutia, lo cual, dicen, permite “protegerle y mantener una perspectiva viable de resolución del estancamiento político”.
Piden sanciones
Por otro lado, piden a los Gobiernos y al alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, que restablezcan las sanciones contra miembros del Consejo Nacional Electoral de Venezuela “como señal de buena voluntad” y que el resto de sanciones contra el régimen se prolonguen y amplíen.
“Si el 10 de enero de 2025 no se produce un traspaso pacífico de poder y el restablecimiento de la democracia, se producirá un nuevo éxodo migratorio hacia otros países de la región, similar al que ha llevado a cerca de ocho millones de venezolanos a huir del país en los últimos años”, advierten los eurodiputados.
Con esta resolución, la Eurocámara va -de manera simbólica- más allá que el Consejo de la Unión Europea, en cuyos ministros de Exteriores recae la competencia de la política exterior comunitaria y que a finales del pasado mes de agosto decidieron no reconocer a Maduro como presidente pero tampoco hacerlo con el líder opositor.
rml (efe, europarl.europa.eu, actualizado a las 13.42 CET)
NOTA RELACIONADA.
¿De qué sirve el apoyo de la Eurocámara a González Urrutia?
Mirra Banchón.
DW, 190924.
En contra de la postura de los Gobiernos europeos, la Eurocámara reconoce a Edmundo González como presidente de Venezuela. ¿Qué consecuencias tiene este reconocimiento?
Venezuela y el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo azuzaron un acalorado debate en la plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo. La resolución, aprobada con 309 votos a favor, 201 en contra y 12 abstenciones, rechaza el fraude electoral, condena la persecución a la oposición y advierte de una nueva ola migratoria de Venezuela.
¿Qué significa este reconocimiento? “Poco”, responde a DW Mariano de Alba, abogado venezolano especialista en derecho internacional. “Es más bien algo simbólico, es un exhorto. Por lo pronto, en los Gobiernos de la Unión Europea, los que realmente deciden, no hay ánimos de repetir la historia de Juan Guaidó”, añade. Efectivamente, esta resolución fija por mayoría la posición del Parlamento Europeo, pero no tiene carácter vinculante.
Cabe recordar que el 31 de enero de 2019, pocos días después de que Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclamara presidente de Venezuela, la Eurocámara le otorgaba legitimidad reconociéndolo. Poco después, fueron dando el mismo paso las capitales europeas.
Comisión Europea: una postura más cauta
Después de que, casi dos meses después de los comicios en Venezuela, el Gobierno de Caracas siga sin presentar las actas que, muy probablemente, probarían el fracaso de Nicolás Maduro, “solamente” hay consenso entre los 27 Gobiernos de la UE en no reconocer la legitimidad del Gobierno de facto.
“Maduro ha desconocido la voluntad del pueblo venezolano”, aseveró en el debate en la Eurocámara la comisaria Helena Dalli, que intervino en representación de la Comisión y la diplomacia europeas. Dalli anunció asimismo el apoyo europeo a la oposición, a la búsqueda del diálogo para una transición y a la mediación de Brasil, Colombia y México.
No romper los puentes
¿Qué objetivo tiene esta cauta postura de la Comisión Europea que, quienes defienden reconocer a Edmundo González Urrutia, califican de ‘tibia’? “No romper los puentes hacia todos los actores del conflicto, porque, aunque Nicolás Maduro haya cometido fraude, sigue siendo parte del conflicto”, responde Mariano de Alba.
“Si se opta por la ruta de decir que Edmundo González es el presidente y se desconoce la realidad que, lamentablemente, sigue imperando en Venezuela, con el Gobierno de Maduro controlando las instituciones del Estado y el territorio, el espacio para la diplomacia y las iniciativas europeas se achica. Eso es más grave aún si se tiene en cuenta el rol que sigue teniendo -no con la amplitud que debería- la UE en el financiamiento de actividades humanitarias en Venezuela. Son millones de venezolanos en necesidad, que requieren cooperación internacional”, subraya De Alba.
Por otro lado, la experiencia con Juan Guaidó dejó claro “lo riesgoso de dar acceso a dinero a una persona o un Gobierno interino que no tiene estructuras ni controles de verificación”, anota.
Un debate importado
“El tiempo de la ambigüedad ha pasado”, decía en el debate la eurodiputada por Portugal Ana Pedro, de la bancada conservadora. “Le han robado la democracia al pueblo venezolano”, afirmó Dolors Monserrat, eurodiputada por España, en nombre de todo el Partido Popular Europeo.
Fue precisamente de este grupo del que partía la moción, que fue apoyada por dos grupos de ultraderecha. “Declaremos lo que hemos visto: Edmundo ganó en Venezuela. ¿Por qué ser comprensivos y negociadores con un torturador?”, clamaba, por su parte, el eurodiputado español Esteban González Pons, también de la bancada conservadora.
“El Partido Popular instrumentaliza esta cámara para sus intereses nacionales”, afirmó el eurodiputado español Javi López, de la bancada socialdemócrata y vicepresidente del Parlamento Europeo. Cabe recordar que, en España, hace pocos días, el partido en la oposición logró en el Congreso y, más recientemente, en el Senado, el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo, en contra de la posición consensuada entre las capitales europeas. “La utilización espuria del pueblo venezolano es una vergüenza”, agregó Javi López, aludiendo al uso político del conflicto de Venezuela en las pugnas internas de la política en España
¿En qué ayuda este reconocimiento moral?
“Es triste que se utilice a Venezuela para un tema de política interna”, dice al respecto De Alba, abogado con larga trayectoria como analista en institutos internacionales. “Se deja de lado lo central: la pésima calidad de vida que probablemente vayan a seguir teniendo los venezolanos. Optar por la ruta de reconocer a González como presidente electo, es desconocer la realidad”, resalta.
En ese sentido, han ido las declaraciones del Ejecutivo europeo: a pesar de la ilegitimidad del Gobierno de Caracas, desde Bruselas se seguirán apoyando los derechos humanos en Venezuela. “Aunque el reconocimiento de Edmundo González no es más que un acto simbólico, que esa mayoría se haya ganado con el apoyo de la extrema derecha, sienta un mal precedente para otros temas en los que la Eurocámara sí tiene voto”, sigue De Alba. Cabe recordar que, al inicio de este mandato, en julio de 2024, conservadores, socialdemócratas, liberales y ecologistas pactaron un “cordón sanitario” para no dejar campo a los nuevos grupos de ultraderecha que llegaron al Parlamento Europeo.
Como fuere, “este apoyo moral que ha conseguido la oposición, ¿en qué ayuda a los venezolanos? Está más que probado que hacen falta cosas más tangibles, más difíciles de conseguir”, concluye De Alba, apuntando que Europa debe aumentar iniciativas para tratar de reducir la represión y ampliar canales de comunicación con todos los actores en el conflicto, también con las Fuerzas Armadas. (ms).