Bolivia: Divisiòn del MAS por 2 reeleccionistas

Bolivia: la marcha al despeñadero del MAS

Emilia Rojas Sasse.

DW, 180924.

En medio de una fuerte crisis económica, la pugna interna del partido de gobierno, MAS, amenaza la estabilidad democrática de Bolivia, según analistas consultados por DW.

 

Con o sin Evo Morales a la cabeza, la marcha emprendida por sus seguidores desde Caracollo hacia La Paz representa una medición de fuerzas entre el expresidente boliviano y el actual mandatario, Luis Arce.

 

“La pregunta es quién lleva más gente a la calle. Pero no podemos descartar que haya un potencial de violencia”, dice a DW Moira Zuazo, investigadora asociada de la Universidad Libre de Berlín. La politóloga boliviana se muestra preocupada.

 

“La situación en Bolivia es muy delicada, porque la crisis económica es fuerte, hay mucho descontento, hay falta de combustible, hay un descontento enorme por los incendios”, apunta.

 

“Lo que está claro es que el Gobierno actual no está enfrentando la crisis”, indica. A su juicio, Evo Morales decidió “presionar desde la calle en el momento en que ve esa profunda debilidad de parte del Gobierno”.

 

La marcha que comenzó encabezada por Evo Morales, ahora continúa sin él, tras abandonarla para demostrar, según indicó el expresidente boliviano, que el objetivo no es defender su candidatura presidencial para las elecciones de 2025.

 

No obstante, Marcelo Arequipa había hecho notar previamente a DW que la reunión del MAS, convocada por Morales, en la que se habló de realizar esta marcha, ya apuntaba a objetivos políticos. Entre ellos, “que se lo habilite como candidato”.

 

En opinión del politólogo, docente de la Universidad Mayor de San Andrés, “Evo Morales y sus allegados han intentado decir que su marcha tiene que ver con reivindicaciones económicas, por la falta de combustibles y los precios de los productos en Bolivia. Pero la población ya tiene claramente identificado que su marcha es política y no otra cosa”.

 

La candidatura de Evo Morales

En un congreso celebrado en 2023 en la localidad de Lauca Ñ -no reconocido por el órgano electoral-, Evo Morales había sido ratificado como líder del MAS por sus seguidores, que lo eligieron también como candidato para 2025. Esto, a pesar de los impedimentos legales, que sus partidarios no consideran válidos.

 

“Evo no puede ser candidato por varias razones. Entre otras, porque perdió el referéndum de 2016, donde la población rechazó la idea de cambiar la Constitución política para que pudiera volver a candidatearse… Ese precedente es muy importante, y le da confianza a Luis Arce para repostularse probablemente”, dice a DW José Blanes, fundador e investigador del Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios (CEBEM).

 

Marcelo Arequipa recuerda otro elemento clave: “La sentencia del Tribunal Constitucional, de diciembre del año pasado, dice que no puede haber reelección de manera continua o discontinua en Bolivia. Eso termina por cerrar el candado para que, en términos legales, Evo Morales no pueda ser candidato”.

 

La fractura del MAS

Aun así, la pugna política no se ha dirimido. “Hay un MAS de Evo Morales, y un MAS de Luis Arce. Ninguno de los dos ha podido recibir el apoyo del tribunal constitucional y menos del tribunal electoral. Ninguno de los dos tiene la bandera”, indica Blanes. “Esto se va a definir en la calle”, opina.

 

Actualmente, no está claro quién controla el partido. “Evo Morales controla la Cámara de Senadores. La Cámara de diputados la controla Luis Arce”, explica Marcelo Arequipa, y coincide en que “todo se ha trasladado hoy día al escenario de la calle. La calle va a terminar por resolver el problema político”.

 

“Estamos viendo un proceso de implosión dentro del partido más importante que ha producido Bolivia”, apunta, por su parte, Moira Zuazo. Habla también de una crisis de base, “porque las organizaciones sociales que han dado lugar al nacimiento del partido hoy también están profundamente divididas, y eso es lo que estamos viendo en la calle”. Y subraya que “eso, además, es peligroso”.

 

A juicio de la investigadora de la Universidad libre de Berlín, “lo que está en discusión hoy día en Bolivia es la posibilidad del Movimiento al Socialismo de ser o no ser un partido democrático”. A la pregunta de cuál de las dos facciones del MAS representa la opción democrática en este caso, responde: “Es triste decirlo, pero yo creo que ninguna. Pero tampoco ninguna plantea un discurso abiertamente en contra de la democracia”.

 

¿Peligra la estabilidad democrática?

Un grupo indígena conocido como “Ponchos Rojos” añadió el lunes un ingrediente más de la crispación política, emprendiendo bloqueos de caminos, con la demanda de que renuncie el actual Gobierno y se convoque a nuevas elecciones.

 

¿Peligra la estabilidad democrática? “Cuando sectores movilizados ya plantean el acortamiento del mandato constitucional, creo que sí, que hay un peligro de subvertir el orden democrático. Creo que la democracia está en peligro en Bolivia, también porque hay una agenda que no es necesariamente democrática”, dice Arequipa.

 

José Blanes no cree que la democracia peligre “formalmente”, pero sí “en la práctica”. Hace notar que se habla ya de una situación que obligue a Arce a renunciar y en la que asuma el poder el presidente del Senado. Pero no se atreve a aventurar ningún desenlace de la pugna. “En este momento está por definirse cuál de los bandos del MAS va a salir adelante. Hasta el momento, ninguno de los dos. Uno de los resultados posibles de la confrontación actual quizás sea que se acabe el partido”.

 

(ms).