Comisión de Estados Unidos denuncia la represión religiosa en Nicaragua bajo el régimen de Ortega
Por Andrés Henríquez.
ACIPRENSA, 24 de julio de 2024.
La Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) organizó una audiencia en línea para profundizar en el deterioro de la libertad religiosa en Nicaragua, en la que cuatro testigos señalaron el severo proceder represivo del la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas.
La USCIRF es una entidad independiente y bipartidista del gobierno federal de los Estados Unidos que se encarga de vigilar, analizar y reportar amenazas contra la libertad religiosa en diversos países.
“Desde 2018, el gobierno nicaragüense ha restringido gravemente la libertad de religión o de creencias. Se ha detenido, encarcelado y exiliado arbitrariamente a clérigos y laicos católicos. Se han cerrado organizaciones caritativas y educativas católicas por falsas acusaciones de blanqueo de dinero y por no haberse registrado debidamente ante las autoridades”, expresó la USCIRF.
El panel de testigos estuvo conformado por Cristopher Hernández Roy, Felix Maradiaga, Jon Britton Hancock y Anexa Alfred, todos expertos en la situación nicaragüense, quienes además aconsejaron al gobierno estadounidense sobre cómo contribuir a que mejore la libertad religiosa en el país y hacer rendir cuentas a las autoridades responsables de los atropellos en contra de la ciudadanía.
El objetivo de Ortega es desmantelar a la Iglesia Católica
Hernández Roy, quien es director adjunto y senior fellow en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, compartió un análisis sobre las motivaciones del régimen de Ortega y Murillo para avanzar en contra de la libertad religiosa en el país, afectando enormemente a la sociedad.
“Las instituciones y líderes religiosos están íntimamente vinculados con las comunidades a las que sirven, lo que los convierte en una amenaza para el proyecto autoritario de Ortega y Murillo”, expresó Hernández Roy.
Además, señaló que el objetivo último del régimen es “desmantelar a la Iglesia Católica” y demás organizaciones religiosas, por medio del acoso y la persecución sin tregua. Para contrarrestar esto, aconsejó al gobierno federal de los Estados Unidos aplicar medidas graduales que afecten el comercio y la importación de productos de origen nicaragüense.
En ese sentido, también aseguró que el Departamento de Estado de los Estados Unidos debe consultar con diversos actores internacionales, incluido el Vaticano, destino del clero exiliado, para armar un caso legal que permita actuar en contra del régimen.
La dictadura busca “subyugar y manipular” la fe en Nicaragua
Durante su testimonio, Félix Maradiaga precisó que los ataques de la dictadura en contra de la libertad religiosa son sólo el inicio, para luego ir en contra de otros derechos fundamentales, como la libertad de pensamiento y de expresión.
Asimismo, destacó que a diferencia de otros regímenes de corte comunista, como Cuba y China, el proceder de Ortega y Murillo no va necesariamente dirigido a promover el ateísmo, sino a “subyugar y manipular la fe de los nicaragüenses”.
“Al menos 84 sacerdotes han sido expulsados del país, forzados al exilio, impedidos de reingresar a Nicaragua y, en los peores casos, encarcelados y luego enviados al destierro”, señaló Maradiaga, quien se desempeña como fideicomisario de Freedom House, además de ser activista de derechos humanos nicaragüense en el exilio.
“Las denuncias deben continuar respecto a la prohibición de varias órdenes religiosas y la expulsión del país de al menos 70 monjas dedicadas a actividades de fe en Nicaragua, incluyendo las conocidas Hermanas de la Caridad, las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y las Hermanas Carmelitas”, añadió.
Por último, recomendó al gobierno estadounidense adoptar las medidas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Nicaragua, a recopilar igualmente información que luego permita posibles acciones penales en contra de autoridades de la dictadura y aconsejó no olvidar a los presos políticos, sino velar por su liberación.
Otras denominaciones cristianas también sufren persecución
En representación de Mountain Gateway Ministry, una organización estadounidense que se dedica a formar ministros evangélicos, Jon Britton Hancock denunció que en diciembre de 2023 la policía nicaragüense arrestó a 11 de sus pastores locales bajo cargos de lavado de dinero. Además, a Britton le acusaron del mismo delito, junto a su hijo y su nuera. La organización niega rotundamente las acusaciones.
“Los pastores han estado desde entonces en una prisión de máxima seguridad. Una de ellos es una mujer, separada ilegalmente de sus hijos, uno de los cuales tenía 2 meses en el momento de su arresto”, afirmó Britton, fundador y presidente de la organización.
A los detenidos se les ha impedido tener contacto con persona alguna, y fueron sentenciados a entre 12 y 15 años de prisión, más una cuantiosa multa en dólares estadounidenses. Aunque Mountain Gateway Ministry perdió una apelación del caso ante la justicia nicaragüense, se le arrebató su estatus jurídico y sus bienes fueron confiscados, siguen trabajando por la vía jurídica y diplomática para resolver estos problemas.
Atropellos contra las comunidades indígenas locales
Por último, Anexa Alfred, miembro del Mecanismo de Expertos de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y líder del grupo étnico centroamericano miskitu en el exilio, compartió el sufrimiento de las poblaciones aborígenes, cuyas tradiciones y credos también han sido férreamente acosados por Ortega y Murillo.
Las comunidades indígenas han sufrido “persecución, criminalización, desapariciones, masacres, desplazamientos forzados, invasión de sus tierras y disposición de sus recursos naturales”, denunció la activista, y añadió que tampoco son ajenas a la persecución religiosa.
Alfred concluyó pidiendo el fin de la persecución sistemática en contra de las poblaciones vulnerables y de todas las instituciones religiosas en Nicaragua.
El papel del Vaticano en la realidad nicaragüense
Durante la ronda de preguntas, Maradiaga señaló que el aparente silencio de los miembros del clero de Nicaragua en el exilio se debe a las represalias que el régimen podría tomar en contra de sus familiares que aún se encuentran en el país.
“Se está volviendo cada vez más difícil siquiera entrevistar a algún líder religioso en el exilio, porque tienen familia extendida —no sólo sus parientes consanguíneos, sino también sus hermanos y hermanas en la fe— dentro de Nicaragua”, comentó el activista.
A la vez, Maradiaga cataloga a Nicaragua como un caso extremo de “represión transnacional”, que obliga a los miembros del clero a mantener silencio para proteger a sus allegados.
En ese sentido, expresó que aunque le “gustaría escuchar un poco más del Papa Francisco”, entiende la situación. En enero, el Pontífice condenó la persecución de la dictadura en contra de la Iglesia y pidió promover el diálogo. Además, llamó a los fieles a unirse en oración por los perseguidos.
En los últimos meses, se desarrollaron varios intentos de negociación entre la Santa Sede y el régimen de Ortega, que en última instancia permitieron la liberación de algunos obispos, sacerdotes y seminaristas presos, entre ellos el reconocido Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez.