Arcas vacìas ante retos europeos vitales

Unión Europea ante grandes tareas, pero falta el dinero

Andreas Becker.

DW, 060624.

Cambio climático, armamento, digitalización: los países de la Unión Europea se enfrentan a enormes inversiones. Pero sus arcas están vacías. La brecha entre ambición y realidad juega un papel en las elecciones.

El “Pacto Verde Europeo”, es decir, el objetivo de conseguir que la Unión Europea y sus 27 Estados miembros sean climáticamente neutros para 2050, es el mayor proyecto de la actual Comisión de la UE bajo el mandato de Ursula von der Leyen. Esto requerirá hasta un billón de euros (1.000.000 de millones de euros) de inversión cada año.

Incluso en tiempos de bonanza, se trata de una tarea gigantesca. Pero estos no son tiempos buenos. El ataque de RusiaUcrania ha demostrado a los europeos que necesitan gastar más en su seguridad, además de los cuellos de botella en el suministro energético, la inflación, la escasez de mano de obra cualificada y la debilidad de la economía.

¿Cómo se supone que los países miembros vayan a financiar todo esto cuando las arcas están vacías y las deudas de algunos Estados son enfermizamente elevadas?

La situación es aún más complicada para los 20 miembros de la eurozona con moneda común, el euro. Después de todo, se les aplican normas claras: la deuda no puede superar el 60 por ciento del poder económico anual (Producto Interior bruto PIB), y existe un límite máximo del 3 por ciento para el déficit del presupuesto público.

Estos límites se suspendieron durante la pandemia del coronavirus, pero ahora vuelven a entrar en vigor. Los países que no los cumplan se arriesgan a recibir sanciones.

La reforma de esas normas, en febrero de 2024, no ha cambiado nada. La novedad es que ahora los mecanismos permiten más flexibilidad. Cada país puede negociar con la UE cuándo y cómo vuelve a poner en orden sus finanzas.

Protección del clima, inversión vital

Pero no todos están de acuerdo en que la prudencia fiscal deba desempeñar un papel principal en estos momentos.

Tea Jarc, de la Confederación Europea de Sindicatos, sostiene que el gasto en la lucha contra el cambio climático no es un gasto de consumo irresponsable, sino una inversión vital.

“Si no estamos dispuestos a realizar las inversiones necesarias, sino a imponer medidas de austeridad, es evidente que el Pacto Verde no es una prioridad”, declaró Jarc en Bruselas.

En todos los Estados miembros de la UE hay debates similares sobre otras cuestiones, desde el necesario gasto militar hasta la reestructuración de los sistemas sanitario y de pensiones y la digitalización de la economía. Entonces, ¿qué se puede hacer?

No hay un mercado de capitales uniforme en la UE

Una forma de reducir la carga sobre el sector público es mediante una mayor inversión del sector privado. Pero aquí también los europeos se dan cuenta de que van a la zaga. En cuanto a su población (450 millones) y su producción económica (17 billones de euros al año), la UE es un gigante. Pero cuando se trata de movilizar capital privado, deja de serlo.

“En los debates públicos no se encuentra ningún político europeo que esté en contra de un mercado de capitales europeo unificado”, dice por experiencia propia el Comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni.

“Pero cuando los ministros de finanzas nacionales se reúnen, incluso los pasos más pequeños en esta dirección son extremadamente difíciles. Porque cada país quiere atenerse a sus tradiciones y reglas, a su propia supervisión del mercado de capitales y a sus propias herramientas de ahorro”.

Impuesto sobre el patrimonio en la UE

Julia Cagé, catedrática de Economía de la renombrada Universidad Science Po de París, aconseja, por tanto, no olvidar a quienes les sobra el dinero cuando buscan fuentes de financiación: los ricos y superricos de Europa.

Su propuesta: un impuesto sobre las grandes fortunas recaudado directamente por la UE. Esto dificultaría a los ricos evadir este impuesto. “Tenemos que hacerlo a escala europea, porque no habrá mucha gente que quiera realmente abandonar la Unión Europea por este motivo”, dijo Cagé en entrevista con  DW.

“Por supuesto, muchos ricos preferirían no pagar este impuesto. Pero si eso significara perder la ciudadanía de la UE, las cosas serían ciertamente diferentes”, continuó la economista. Es por eso que se necesitan sanciones, controles y una administración financiera que funcione, indica: “Deberíamos ponernos serios en este asunto”.

Impuesto progresivo sobre el CO2

A juicio de Cagé, los ricos también deberían contribuir más con los costos de la lucha contra el cambio climático de lo que se ha hecho hasta ahora. “Varios estudios, entre ellos, los del Laboratorio Mundial de Desigualdad, han demostrado que los ricos tienen un impacto mucho mayor en el medioambiente que los pobres”, afirma. Más coches y casas cada vez más grandes, posiblemente yates y aviones, todo ello conlleva emisiones de CO2 significativamente mayores.

Un impuesto medioambiental, que aumenta a medida que crece la huella de carbono, permitiría a los ricos participar de forma más adecuada en la financiación de la transición energética, de forma análoga al impuesto progresivo sobre la renta, en el que los tipos impositivos aumentan con los ingresos, según Cagé.

Sería un paso hacia una mayor equidad en cuanto a los costos climáticos. Y enviaría una señal a los menos privilegiados de que la lucha contra el cambio climático no es un proyecto de las élites urbanas, sostiene la experta. A menudo se percibe como tal, afirma. El resultado: una afluencia de populistas, a menudo de derecha.

(gg/cp)