Al rechazar de manera firme toda forma de violencia, el Arzobispo de Durango, Mons. Faustino Armendáriz Jimenéz, ofició la Misa de la joven Eva Liliana con un mensaje de consuelo ante la pérdida irreparable.
La ceremonia religiosa celebrada en el poblado Plan de Ayala, Dgo., familiares, de donde era originaria la joven privada de la vida, amigos y feligreses se congregaron para brindar un último adiós a Eva Liliana y elevar sus plegarias por el eterno descanso de su alma.
“Hoy nos unimos en oración por Eva Liliana, cuya vida fue arrebatada de manera cruel e injusta. Sin embargo, no permitiremos que el dolor nos consuma ni que el odio y la venganza encuentren cabida en nuestros corazones. No es fácil asimilar para nosotros y crecemos en la impotencia, la impotencia de estar en situaciones donde todos podemos ser víctimas, sin duda este paso del perdón no es fácil, sin embargo, lo único que puede dar paz en el corazón es eso”, expresó el Arzobispo.
“La muerte de nuestra hermana Liliana nos entristece y recuerda una vez más hasta que punto es frágil y breve la vida del hombre, pero en este momento triste, de impotencia, de injusticia, nos debe confortar la fe, que nuestra esperanza no vacile”.
Monseñor realizó un llamado a la comunidad a mantenerse firmes en la fe y en la promoción de valores, como el respeto, la tolerancia y la no violencia, con el fin de erradicar estos actos atroces y construir una sociedad más justa y pacífica.
Durante la homilía, se hizo hincapié en la importancia de brindar apoyo y acompañamiento a las familias que han sufrido la pérdida de un ser querido a causa de la violencia, fomentando así la sanación y la reconciliación.