Luego de más de un mes de haber sido desplazados de sus comunidades, los pobladores de la Rastras, Plomosa y de las zonas duranguenses colindantes con Sinaloa, rompieron el silencio y revelaron que la verdadera causa que los llevó a salir de sus comunidades, no fue otra más que la invasión del crimen organizado que los despojó no sólo de sus casas y de sus animales, sino de su pueblo mismo; incluso mató a familias enteras.
Bartolomé Alvarado uno de los representantes de los pueblos que acumulan más de 80 familias, relató el calvario que vivieron por mucho tiempo y del cual una noche lograron escapar a escondidas.
“Quienes vivimos ahí nos dimos cuenta cómo continuaban esos grupos dentro de nuestras comunidades, nos sacaban de las casas se apoderaron de nuestros animalitos, de nuestras tierras e incluso mataron mucha gente”.
Esto lo vivieron por mucho tiempo; entonces así “para que nos quedábamos, no queríamos morir de esta manera”, sostuvo.
Refirió además que grupos armados en grandes camionetas que llegaron de Sinaloa, se internaron en las comunidades, despojando a quien querían.
Reconoció que tuvieron miedo y decidieron huir; fueron como 80 familias más de 200 personas, mismas que llegaron auxiliada por el Gobierno, sin embargo dijo que al llegar algunos se ubicaron en casas de familiares y otros están por ahí sueltos, buscando donde vivir, por lo que piden al gobierno del Estado que se les dote de una vivienda, humilde, pequeña pero que sea en lugar de ellos; sería un acto de justicia “estamos desesperados”, concluyó.