Periodismo independiente latinoamericano: ¿a la deriva?
Judit Alonso.
DW, 100325.
La retirada de fondos estadounidenses golpea al periodismo independiente de la región.
La revista Anfibia (Argentina), Agência Pública (Brasil), Ciper (Chile), Plaza Pública (Guatemala), Armando.Info (Venezuela) o La Silla Vacía (Colombia) son algunos de los numerosos medios y organizaciones periodísticas en América Latina que ven amenazadas su sostenibilidad tras la retirada de fondos de la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos (USAID).
USAID “ha desempeñado un papel clave en el apoyo al periodismo independiente en América Latina, proporcionando financiamiento directo e indirecto a periodistas, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa de la libertad de prensa”, dice a DW Artur Romeu, Director de la Oficina para América Latina de Reporteros Sin Fronteras.
“Estos fondos han sido esenciales para iniciativas de formación de periodistas, asistencia a comunicadores exiliados, fortalecimiento del ecosistema de medios independientes, lucha contra la desinformación y apoyo a medios que investigan casos de corrupción y violaciones de derechos humanos”, detalla Romeu.
Ejemplos de ello se multiplican en la región. “Tres proyectos que ganamos entre 2023 y 2024 con USAID representaban el 74 % de nuestro presupuesto anual para operar”, lamenta, en entrevista con DW, Mario Beltrán, director de la revista GatoEncerrado, en El Salvador.
A pesar de que sus acciones estaban principalmente enfocadas en el chequeo de la información y la producción de periodismo de investigación sobre transparencia, medio ambiente y derechos humanos, así como en actividades de formación y desarrollo organizacional, “como medio, podíamos contribuir al fortalecimiento democrático por medio del periodismo independiente y multimedia”, dice.
Hachazo a la democracia
“El recorte de los fondos por Estados Unidos está afectando al ecosistema de medios en Centroamérica, independientemente de si estos provenían o no de USAID, ya que muchas organizaciones implementadoras que colocaban los fondos en los medios han tenido que suspender las subvenciones”, agrega por su parte a DW Emy Padilla, directora de Criterio, un medio de comunicación dedicado a la investigación en temas de corrupción, crimen organizado, cambio climático y derechos humano en Honduras.
“Fondos que provenían del Departamento de Estado y otros del Congreso, a través del bipartidismo estadounidense, también han sido congelados por la decisión arbitraria de Donald Trump”, explica la directiva hondureña. “Aunque no recibíamos fondos directamente de USAID, o del Departamento de Estado o del Congreso estadounidense, si éramos beneficiados por organizaciones implementadoras que manejaban dichos recursos”, aclara.
“Esto que estamos viviendo nos remonta a los primeros tres años de fundación, cuando sentíamos que todo era cuesta arriba”, considera Padilla. “Actualmente, estamos sobreviviendo con un limitado presupuesto de una subvención de una fundación privada internacional, que nos permite operar de manera limitada”, agrega la también cofundadora de Criterio, creado hace una década.
“Hasta el momento, aún no tenemos claridad de lo que va a suceder con las subvenciones y los fondos congelados que tenemos. Sabemos que será un cierre inminente, pero no hay claridad de los siguientes pasos”, agrega por su parte Beltrán, de la revista salvadoreña GatoEncerrado.
Y hachazo al medio ambiente
Alberto Ñiquen, periodista ambiental de Perú, también vive con incertidumbre el devenir del proyecto Conservando Juntos, una alianza entre USAID y otras organizaciones (como WCS, COIAB e Internews), cuyo objetivo era fortalecer las capacidades de los actores de la sociedad civil y sus redes regionales, para liderar esfuerzos de conservación de la biodiversidad y prevención de delitos ambientales en la Amazonía de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
Entre 2023 y 2024, el experto peruano estuvo llevando a cabo acciones de verificación de información, edición, revisión y mentoría para 70 periodistas, quienes ganaron becas para realizar reportajes en profundidad sobre los delitos ambientales en la Amazonía.
“Sus historias permitieron visibilizar las distintas amenazas que enfrenta la región, con temas sobre minería, narcotráfico, pesca, tráfico de madera, especies amenazadas, tecnología mal dirigida, migración amenazada y ecosistemas vulnerables, involucramiento de comunidades locales y pueblos indígenas en las actividades ilegales, así como la lucha de algunas otras contra el extractivismo, entre otros”, enumera. “Son reportajes que difícilmente se hubieran podido llevar a cabo sin el financiamiento de las becas”.
“Es un golpe fuerte no solo para el periodismo ambiental independiente, sino también para los procesos de conservación en la región”, lamenta el periodista peruano. Para él, se trata de “una oportunidad perdida para contribuir a tomar conciencia sobre la importancia de la conservación en la Amazonía y los pueblos indígenas, y evidenciar sus amenazas”.
Al mal tiempo, ¿buena cara?
“Esta crisis también refuerza la urgencia de un debate estructurado sobre la sostenibilidad del periodismo y el papel de la cooperación internacional en este ámbito”, considera Romeu, de RSF, quien aboga por “diversificar las fuentes de financiamiento, fortalecer redes de apoyo y explorar nuevos modelos de negocio que garanticen una mayor autonomía financiera para los medios independientes”.
En este sentido, “mantenemos un diálogo constante con socios internacionales para explorar nuevas oportunidades de cooperación y financiamiento que ayuden a mitigar los efectos de este recorte”, puntualiza el Director de la Oficina de Reporteros Sin Fronteras para América Latina.
Los directivos centroamericanos también están buscando fórmulas para remontar la situación. “La crisis se puede superar en dos vías: la unidad de medios en el país o la región para seguir haciendo periodismo con los mínimos recursos en común. Y la otra vía, es la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento que no pasen por fondos públicos de Estados Unidos. Otra opción es pedirle dinero a las audiencias y que apoyen el periodismo independiente”, dice Beltrán, cofundador de la salvadoreña GatoEncerrado.
“Estamos explorando nuevas formas de sostenimiento y creemos que poco a poco podremos avanzar para recobrar el nivel de producción e impacto y seguir desnudando la corrupción y los abusos de poder”, asegura Padilla desde el hondureño Criterio, y confía en que, “en medio de las dificultades, surgen ideas”.
(rml).