Ya calculan costo en defensa europea, sin EU

¿Cuánto costaría la defensa de Europa sin Estados Unidos?

Dirk Kaufmann.

DW, 03/03/20253 de marzo de 2025.

Donald Trump ignora a Europa en la cuestión de Ucrania y se acerca a Rusia, debilitando a la OTAN. Europa debe poder defenderse sin ayuda de EE. UU. ¿Qué significa eso a nivel económico?

 

La sorpresiva iniciativa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para poner fin a la guerra en Ucrania ha traído consigo, sobre todo para Europa, la amenaza, formulada más o menos claramente por Trump, de que EE. UU. podría retirarse de la OTAN y dejar solos a los europeos en asuntos de defensa.

 

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, reaccionó a ello con un aumento de su presupuesto de defensa a un 2,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta 2027. Actualmente, este se cifra en un 2,3 por ciento. El incremento corresponde al nuevo rol que debería tener Reino Unido en la comunidad internacional, según Starmer.

 

En Alemania, donde se realizan conversaciones para formar coalición de gobierno, no hay aún medidas concretas, y se debate si habrá reformas del tope fijado a la deuda para tomar más crédito, o si se creará un fondo especial para el aumento del gasto en defensa.

 

Amenaza desde el Este

Desde este lado del Atlántico se evalúa ahora cómo reaccionar a un posible fin del Tratado del Atlántico Norte. Rafael Loss, experto de seguridad y defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), dice que el verdadero peligro es “que Rusia pretenda hacer estallar la OTAN y la UE para poder ejercer su dominio militar en el continente europeo”.

 

El grupo de expertos Bruegel, de Bruselas, también advierte de un posible “ataque ruso a un país de la Unión Europea. Las evaluaciones de la OTAN, Alemania, Polonia, Dinamarca y los países bálticos suponen que Rusia estará lista para atacar dentro de tres a diez años.” Eso se desprende de una evaluación actual de Bruegel, del 21 de febrero.

 

Asimismo, Bruegel señala que Europa necesitaría, en el caso de que EE. UU. abandonase la OTAN, “brigadas de combate, barcos, aviones, entre otras cosas”. Y “habilidades de reconocimiento, comunicación y liderazgo, que son esenciales para el despliegue de formaciones de tropas grandes y complejas”.

 

Obtener el “hardware” necesario es cuestión de presupuesto, pero el “software”, es decir, no solo la adquisición de material y la capacitación de personal, sino también la creación de nuevas estructuras, “le costaría a Europa cientos de miles de millones de euros y tardaría varios años” en lograrse, añade el think tank.

 

Todavía alcanza para los gastos de la guerra en Ucrania

Gran parte del fondo especial que creó el Gobierno alemán bajo el canciller saliente Olaf Scholz, de 100.000 millones de euros, fue usada para un “aumento gradual del presupuesto militar”. Pero ese aumento no se ha concretado del todo. Algo que, sin embargo, no sería tan terrible: “Desde una perspectiva macroeconómica, las cifras son lo suficientemente pequeñas como para que Europa reemplace completamente a Estados Unidos”, en lo tocante al respaldo a Ucrania, indican los expertos de Bruselas. En 2024, el apoyo militar de EE. UU. a Ucrania ascendió a 20.000 millones de euros de un total de 42.000 millones de euros: “Para sustituir a EE. UU., la UE sólo tendría que gastar otro 0,12 por ciento de su PIB, una cantidad factible”.

 

OTAN sin EE. UU.: eso saldrá caro

Una retirada de EE. UU. de la OTAN implicaría un gasto mucho mayor. No hay que olvidar que “las capacidades militares de Alemania están muy por detrás de las necesarias y prometidas a los socios” de la alianza, dice el grupo Bruegel.

 

“El compromiso de Alemania de suministrar a la OTAN dos divisiones -normalmente alrededor de 40.000 soldados- se enfrenta a importantes obstáculos. Esto debe cambiar porque, dado su tamaño, la contribución de Alemania ciertamente tendría que estar cerca de 100.000 soldados adicionales.”

 

Posibilidades de financiamiento

Según Jack Allen-Reynolds, economista subjefe para la eurozona de la asesora independiente Capital Economics, eso significaría “un aumento a corto plazo de cerca de 250.000 millones de euros anuales para llegar a un 3,5 por ciento del PIB”.

 

Un tanque de batalla Leopard durante un ejercicio en Ucrania.Un tanque de batalla Leopard durante un ejercicio en Ucrania.

La tecnología armamentística alemana tiene demanda internacional: aquí, un tanque de batalla Leopard durante un ejercicio en Ucrania.Imagen: Valentyn Ogirenko/REUTERS

Una posibilidad para lograrlo sería una reasignación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el establecimiento de un “banco de rearme”. Esto podría “permitir a los gobiernos europeos brindar un apoyo sustancial al sector de defensa con un impacto mínimo en los presupuestos nacionales”, explica el experto.

 

Otra alternativa sería que el BEI otorgue créditos a empresas productoras de armamento, o “crear bonos especiales para proyectos de defensa”. Esto no financiaría directamente personal o equipo militar, sino “a las empresas de defensa europeas para aumentar el suministro de capacidades militares en Europa”.

 

Pero la forma más fácil y rentable sería crear un nuevo programa de la Unión Europea para tomar crédito de manera conjunta, comparable al fondo de la pandemia de COVID-19, de unos 750.000 millones de euros, exactamente lo que muchos en Berlín, y probablemente el nuevo canciller, rechazan: los eurobonos.

 

Desde el punto de vista macroeconómico, dicen los analistas de Bruegel, “un aumento del gasto en defensa financiado con deuda debería estimular la actividad económica europea”. Asimismo, hay esperanza “de que el gasto en defensa también contribuya positivamente al crecimiento a largo plazo a través de la innovación”.

 

Rafael Loss, experto del ECFR, está de acuerdo en eso “hasta un cierto punto”. Si el Ejército alemán crece, eso traería efectos positivos para la industria armamentística y sus diferentes emplazamientos. También si la reducción de puestos de trabajo de la industria automovilística alemana se compensara con nuevos empleos en la fabricación de equipamiento y armamento para la Bundeswehr. Pero Loss advierte que “no se deben sobrevalorar esos efectos”.

 

(cp/ers).

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