Pintura de la Guadalupana no es de origen terrestre: Nobel de Quìmica
Josè Agapito Salazar Ibarra.
DURANGO-S21. 121224.
La pintura que nos muestra a la Virgen de Guadalupe en la tilma de Juan Diego, no es de origen vegetal, mineral o animal, ni de ninguno de los 111 elementos existentes en la tierra: es de origen desconocido, afirmó, en su oportunidad, el dos veces Premio Nobel de Quìmica, Dr. Richard Khun.
Ese notable científico alcanzò la premiación mundial en 1938 y 1949, fue de raza y religión judía, por lo cual queda màs allà de toda sospecha de parcialidad alguna, planteò el Dr. Juan Bosco Abascal Carranza, en su plàtica alusiva al 493 Aniversario de las Apariciones Guadalupanas.
El trabajo del Dr. Khun, respondiò a la convocatoria del Obispo de Mexico en 1936, sobre tres fibras del manto sacro, explicó Abascal, quien recordó la històrica expresión del Papa Benedicto XIV tras conocer del Milagro de Guadalupano: “no hizo igual con ninguna otra Naciòn”.
Y, efectivamente, recalcò Abascal en su canal de YuTube: Ella, la Virgen Marìa, vino para quedarse con nosotros, viva, en la Tilma que motivo la conversiòn de 9 millones de indígenas de las màs de 300 tribus existentes en 1531. No hizo igual ni en Lourdes, ni en Fàtima, ni en Akita, ni en Medugori, etc.
Habìa adelantado el conferencista que en 1929 el fotógrafo mexicano Alfonso Marcuè Gonzàlez, captò, al microscopio, una figura humana en el ojo derecho de la Madre celestial. Marcuè fue pues el pionero, hace casi el siglo, en estas investigaciones al Milagro Guadalupano.
Vendrìa, màs recientemente, el trabajo del màs calificado quizá en la Compañìa IBM, en el procesamiento de imagen, el Dr. Josè H. Tonsman, también judío como Khun, y egresado de la Universidad Cornell H. Este analizò los ojos de la Virgen y hallò 12 personas en torno al ayate juandieguino y aprovechò la función de espejo de la tilma para perfilar sus indagaciones.
Con el aumento en 12,000 veces el tamaño de la imagen, se pudo ver a indígenas y españoles alrededor de la Virgen Guadalupana; ya fueron distinguibles Zumàrraga y demás clèrigos, autoridades, soldados, civiles, indígenas… sus rostros, vestimentas, etc.
No refirió, Abascal, las indagaciones cientìficas de otros, como se ha dicho por ahí, de un japonés, quien ante lo que descubriò en los ojos de la Virgen, simplemente exclamo: ¡està viva!; pero de paso mencionò el primer milagro guadalupano, del 21 de diciembre de 1531. A un originario le fue atravezada la yugular por una flecha. Se la extrajeron y vivió, cuando ya era dado por muerto.