Los Comedores Comunitarios del programa “Nutriendo Almas” no solo ofrecen alimentos a familias vulnerables, sino que también brindan atención médica, nutricional y apoyo emocional, dignificando sus vidas al transformar estos espacios en centros de solidaridad y comunidad.
En el comedor de la colonia Benjamín Méndez, muchas familias encuentran un apoyo vital. Blanca Estela Gallardo, viuda desde hace seis meses, asiste junto a su nieto Edwin, de 4 años, y su hija Valeria, de 11. “Este apoyo nos ha permitido obtener dos alimentos al día, lo que ha sido vital para mi familia. Asistimos también a charlas y asesorías que nos han ayudado mucho”, comentó Blanca, agradecida por la ayuda recibida.
Norma Nallely Salazar, quien acude con su hija Zoe y su esposo Alejandro, ha recibido alimentos nutritivos y seguimiento médico, vital para su esposo, quien enfrenta problemas de salud. “Nos miden y nos pesan continuamente para monitorear nuestro avance. Este programa ha sido una bendición, especialmente ahora que mi esposo no puede trabajar”, explicó Norma.
Toño Ochoa reafirmó su compromiso con las familias de Durango: “Cada plato de comida es una muestra de solidaridad y apoyo, porque en Durango, un duranguense nunca deja solo a otro duranguense”. Con estos comedores, la gran familia duranguense sigue recibiendo el apoyo necesario para enfrentar la adversidad con dignidad.