México, bajo presión de Washington en política migratoria
José Ospina-Valencia.
(DW, 060224).- ¿Está México dispuesto a recibir a los miles de migrantes que los parlamentarios estadounidenses buscan expulsar cuando los límites diarios sean superados? ¿Cuál sería el impacto de un cierre de frontera?
Joe Biden afirmó el pasado 26 de enero de 2024 que el acuerdo fronterizo que se negocia en el Senado estadounidense es el conjunto de reformas sobre seguridad fronteriza “más duro y justo posible” y prometió “cerrar la frontera” el día que firme el proyecto de ley.
A pesar de que Biden saludó la iniciativa parlamentaria, el presidente de Estados Unidos y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) acordaron el 3 de febrero en llamada telefónica “continuar su productiva asociación” frente a los retos migratorios.
“Cada tres años, los ciclos electorales de México y Washington D.C. coinciden”, recuerda en DW Diego Chaves-González, director de la Iniciativa Migración y Política para América Latina y el Caribe (MPI), y agrega que, probablemente, “Biden y AMLO se darán soporte mutuo”.
El proyecto de ley bipartidista sobre seguridad fronteriza será votado este miércoles 7 de febrero. El grupo que lo propone condiciona su adopción a la aprobación de la ayuda del Gobierno de Biden a Ucrania e Israel. Una condición considerada una “instrumentalización inédita” de la migración. “Un tipo de chantaje en medio de elecciones en EE.UU.”, resalta Chaves.
El proyecto permitiría imponer una expulsión similar al Título 42, que facilitaría la “remoción sumaria” de solicitantes de asilo de Estados Unidos, cuando los “encuentros” o entregas de migrantes a la Patrulla Fronteriza alcancen un umbral diario específico. “Se trata de un promedio de 4.000 encuentros fronterizos de migrantes por día durante 7 días, lo que permitiría abrir procesos de expulsiones a discreción”, explica el analista que ha trabajado en la gestión de la población migrante en Naciones Unidas.
¿Está México dispuesto a recibir a los miles de migrantes que los parlamentarios estadounidenses buscan expulsar cuando los límites diarios sean superados? ¿Cuál sería el impacto de un cierre de frontera? “Nos perjudica a los dos países, somos los principales socios comerciales de Estados Unidos en el mundo, ¡cómo se va a cerrar la frontera!”, replicó el presidente de México, citado por el diario El Financiero el 30 de enero.
Los migrantes, vistos como “amenaza” en país de migrantes
“Los demócratas no han logrado generar una conceptualización positiva de la migración que no esté basada en la postura trumpista de que el que llega por la frontera sur es un/a criminal”, dice, por su parte, a DW el politólogo Andrés Besserer Rayas.
Ni los gobiernos republicanos ni los demócratas han logrado una solución satisfactoria para ninguna de las partes. A esto se suma que “México cooperó en la subversión del régimen del derecho al asilo cuando Trump anunció el ¡Quédate en México!, revertido por Biden. Con ello, AMLO permitió que los migrantes esperaran en su territorio sin tener la capacidad para velar por su seguridad. Por lo que su cooperación con Trump, resultó siendo una burla a los migrantes”, concluye Besserer.
Y en el caso del Parole humanitario de Biden, ha resultado “insuficiente”. Si bien “disminuye los incentivos de cruzar a pie los peligrosos caminos del Tapón del Darién y México, este último, hoy día, más peligroso que cruzar la selva”, acota Besserer, licenciado del Colegio de México y doctorando en la Universidad de Nueva York (CUNY).
México no emprende una política propia, solo reacciona
México es muy propositivo cuando se trata de sus nacionales en Estados Unidos, pero frente a la migración ajena parece conformarse con que albergues confesionales atiendan a los migrantes. “México se ha beneficiado muchísimo de la emigración de sus propios compatriotas hacia Estados Unidos. Gracias a ello, México es un país más rico y más fuerte”, reconoce el investigador mexicano Besserer.
¿No es hora de que México diseñe y aplique una verdadera política migratoria propia? La realidad es que “México pasó de ser un país de emigración a servir de tránsito y destino en los últimos 30 años, pero no ha pagado con la misma moneda que espera que se trate a sus connacionales en Estados Unidos”.
“México no ha tomado las medidas necesarias para que haya una migración segura, ordenada y regular”, es la conclusión de Andrés Besserer, investigador sobre gobernanza migratoria comparada, políticas de documentación – o su falta.
López Obrador prometió en campaña crear vías de regularización, pero “lo que ha hecho es permitir que el crimen organizado ‘se ocupe’ de la migración irregular”, apunta el politólogo, quien propone que “si los migrantes obtuvieran los documentos que los acrediten y les dieran verdaderas garantías, algunos de los policías que se suben a los buses a controlar no podrían bajarlos y entregárselos a bandas criminales de la trata, el secuestro o el narcotráfico”.
México en el juego de Washington: a más migrantes, mayor presión
Las relaciones entre México y Estados Unidos se basan sobre tres columnas: comercio, seguridad y migración. “Y la idea es que la una no afecte a las otras”, explica Besserer, pero si Trump regresa a la Casa Blanca “usará de nuevo la migración para amenazar con subir los aranceles”. Entonces, el temido colapso de la frontera sería “inevitable”, advierte.
A pesar de que parece improbable que el proyecto de ley que cursa en el Senado de EE.UU. y que estipula el cierre “por colapso”, se prevé que la migración crecerá. Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), México y Centroamérica afrontaron en 2023 un flujo migratorio “sin precedentes” hacia Estados Unidos, con hasta 6.000 migrantes diarios que llegaban a la frontera del sur mexicano.
Por último, concluye el politólogo Besserer Rayas, “después de que México se dejara meter en la dinámica de presiones económicas utilizando a los migrantes como moneda de cambio, es hora de que México se identifique como país de tránsito, destino y emigración y formule una política migratoria propia”.
México tiene las capacidades y una exitosa tradición como país de acogida a quienes se ven obligados a abandonar el suyo. Solo basta recordar la proveniencia austriaco-alemana del padre de Frida Kahlo, orgullo nacional e ídolo mundial.
(ms)