El Papa lamenta ataque a parroquia católica de Gaza: Ahí no hay terroristas
Por Eduardo Berdejo.
ACIPRENSA, 17 de diciembre de 2023 / 09:31 AM.
Este domingo, luego del rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco expresó su dolor por el ataque que sufrió ayer la única parroquia católica en Gaza por parte de soldados israelíes, un recinto “donde no hay terroristas”, pero en el que fueron asesinadas dos mujeres.
“Sigo recibiendo noticias muy graves y dolorosas de Gaza. Civiles desarmados están siendo bombardeados y tiroteados. Y esto ha ocurrido hasta dentro del recinto parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, enfermos y discapacitados, monjas”, manifestó el Santo Padre a los 22.000 fieles reunidos frente al Palacio Apostólico, en la Plaza de San Pedro.
Ayer sábado, Vatican News informó que efectivos del Ejército de Israel ingresaron a la iglesia La Sagrada Familia y dispararon contra los refugiados que intentaran salir.
Dentro del complejo se han refugiado unas 600 personas para protegerse de los combates en la Franja y de los bombardeos israelíes. Sin embargo, desde la noche anterior habían ocurrido ataques alrededor del recinto. El medio vaticano indicó que la justificación del Ejército era que dentro de la parroquia había un lanza misiles.
En sus palabras, el Papa Francisco lamentó las muertes de Nahida Khalil Anton y de su hija Samar Kamal Anton, quienes “fueron asesinadas”, mientras “otras personas fueron heridas por francotiradores cuando iban al baño”.
Además, “la casa de las Hermanas de la Madre Teresa resultó dañada y su generador fue alcanzado. Algunos dicen: ‘Es el terrorismo, es la guerra’. Sí, es guerra, es terrorismo. Por eso dice la Escritura que ‘Dios pone fin a las guerras… rompe los arcos y quiebra las lanzas’. Roguemos al Señor por la paz”, pidió el Pontífice.
NOTA RELACIONADA.
El Papa Francisco en el Ángelus: Sólo en Dios el hombre encuentra la luz de la vida
Por Eduardo Berdejo.
ACIPRENSA, 17 de diciembre de 2023 / 08:18 AM
“Sólo en Dios encontramos la luz de la vida”, expresó el Papa Francisco antes de rezar el Ángelus dominical con los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, a quienes compartió su reflexión sobre la figura de San Juan Bautista.
“El ejemplo de Juan Bautista nos enseña al menos dos cosas. En primer lugar, que nosotros, solos, no podemos salvarnos: sólo en Dios encontramos la luz de la vida. Y, en segundo lugar, que cada uno de nosotros, con el servicio, la coherencia, la humildad, con el testimonio de vida —y siempre con la gracia de Dios— puede ser una lámpara que brilla y ayudar a los demás a encontrar el camino para encontrarse con Jesús.”, aseguró el Santo Padre.
De acuerdo a la Gendarmería vaticana, este domingo se congregaron frente al balcón del Palacio Apostólico unas 22.000 personas, a quienes el Pontífice indicó que San Juan Bautista —de cuya misión habla el Evangelio del tercer domingo de Adviento—, “es ciertamente un hombre extraordinario”.
“La gente acude a escucharle atraída por su forma de ser, coherente y sincera. Su testimonio llega a través de la franqueza de su lenguaje, la honestidad de su comportamiento, la austeridad de su vida”, afirmó.
El Papa Francisco explicó que estas tres características lo diferencian “de otros personajes famosos y poderosos de la época, que invertían mucho en la apariencia”.
En cambio, personas como San Juan Bautista, “rectas, libres y valientes, son figuras luminosas, fascinantes: nos inspiran a salir de la mediocridad y a ser a su vez modelos de buena vida para los demás”.
“El Señor envía hombres y mujeres así en todas las épocas. ¿Sabemos reconocerlos? ¿Intentamos aprender de su testimonio, cuestionándonos incluso a nosotros mismos? ¿O nos dejamos encantar por personajes de moda? Y entramos en actitudes superficiales”, cuestionó el Santo Padre.
El Pontífice indicó que San Juan Bautista “es luminoso porque da testimonio de la luz. Pero, ¿cuál es su luz? Él mismo nos responde, cuando dice claramente a la multitud, que se ha congregado para escucharle, que él no es la luz, que él no es el Mesías. La luz es Jesús, el Cordero de Dios, ‘Dios que salva’. Sólo Él redime, libera, cura e ilumina”.
“Por eso Juan es una ‘voz’ que acompaña a los hermanos a la Palabra; sirve, sin buscar honores ni protagonismo: es una lámpara, mientras que la luz es Cristo vivo”.
En ese sentido, antes de recitar la oración mariana, el Papa Francisco alentó a preguntarse: “¿Cómo puedo yo, en los ambientes en los que vivo, no un día lejano, sino ya ahora, en esta Navidad, ser un testigo de luz, un testigo de Cristo?”.
“Que María, espejo de santidad, nos ayude a ser hombres y mujeres que reflejen a Jesús, la luz que viene al mundo”, concluyó.