Necesidad extrema en Gaza, advierte el Papa

El Papa Francisco lamenta la situación “extrema” en Gaza y ruega por la paz

ACIPRENSA, 13 de diciembre de 2023.

Este miércoles, al finalizar la Audiencia General, el Papa Francisco renovó su llamado por la paz en Tierra Santa e instó a hacer llegar ayuda humanitaria a la población de Gaza, “que está al extremo y realmente la necesita”.

Ante los fieles presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano en la mañana de este 13 de diciembre, el Santo Padre aseguró que sigue “con gran preocupación el conflicto en Israel y Palestina”.

Por ello, renovó su llamado de un “alto al fuego humanitario inmediato” al tiempo que lamentó que “hay mucho sufrimiento”.

“Animo a todas las partes implicadas a reanudar las negociaciones y pido a todos que se comprometan urgentemente a hacer llegar ayuda humanitaria a la población de Gaza, que está al extremo y realmente la necesita”.

Asimismo, apeló a que “todos los rehenes, que habían visto esperanza en la tregua de hace unos días, sean liberados inmediatamente”.

Por último, el Papa Francisco rogó “que se ponga fin a este gran sufrimiento para israelíes y palestinos.  Por favor: ¡no a las armas, sí a la paz!”, concluyó.

La constante tensión en la región de Medio Oriente vive un nuevo episodio de violencia al estallar la guerra entre Israel y Hamás, el grupo terrorista islámico que controla la Franja de Gaza.

Los enfrentamientos, que comenzaron el 7 de octubre con el sorpresivo ataque de Hamás a territorio israelí, están preocupando a la comunidad internacional ante el temor de que escale y se transforme en un conflicto regional o mundial, con otros grupos islámicos y potencias implicados.

Desde el comienzo de la guerra en Tierra Santa, el Papa Francisco ha reiterado en numerosas ocasiones su llamado a la paz y al cese de las armas.

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NOTA RELACIONADA.

Catequesis completa del Papa Francisco: ¡Effetá, ábrete Iglesia!

Por Papa Francisco

ACIPRENSA, 13 de diciembre de 2023 / 03:51 AM.

A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles 13 de diciembre:

Queridos hermanos y hermanas,

Concluimos hoy el ciclo dedicado al celo apostólico, durante el cual nos hemos dejados inspirar  por la palabra de Dios, y para ayudar a cultivar la pasión por el anuncio del evangelio. Esto afecta cada cristiano. Pensemos al hecho  que en el bautismo el celebrante dice, tocando las orejas y los labios del bautizado: “El Señor Jesús, que  hizo oír a los sordos y hablar los mudos, te conceda de escuchar pronto su Palabra, y de proclamar tu fe”.  Y hemos oído el prodigio de Jesús.

El evangelista Marco se toma mucho tiempo para describir dónde tuvo lugar: “hacia el mar de  Galilea. ¿Qué es lo que aúne estos territorios? Estar principalmente habitada por paganos. No era un territorio habitado por israelitas, sobre todo de paganos. Es Jesús y los discípulos con Él, capaz de abrir los oídos y la boca. El fenómeno del mutismo y sordera en la Biblia es sobre todo metafórico y designa el cierre a las llamadas de Dios. Hay una sordera física, pero en la Biblia, el que es sordo a la Palabra de Dios, es mudo que no habla la Palabra de Dios.

Otro signo es indicativo: el Evangelio relata la palabra decisiva de Jesús en arameo. “Effetá”, que significa “ábrete”, que se abran los oídos y que se abra la lengua, y no se trata tanto de una invitación dirigida al sordomudo, que no podía oírla, sino precisamente a los discípulos de aquel  tiempo y de todos los tiempos. También nosotros, que hemos recibido la effetá del Espíritu en el  bautismo, estamos llamados a abrirnos.

“Ábrete”, dice Jesús a cada creyente y a su Iglesia: ¡ábrete porqué  el mensaje del Evangelio te necesita para ser testimoniado y anunciado! Y esto, nos hace pensar también en la actitud de un cristiano. Un cristiano debe ser abierto a la Palabra de Dios y al servicio de los otros. Los cristianos cerrados terminan mal siempre, porque no son cristianos, son ideólogos. Ideólogos de la clausura. Un cristiano debe ser abierto, en el anuncio de la Palabra, en la acogida de los hermanos y hermanas. Por eso, este Effetá, este “ábrete”, es una invitación también para todos nosotros.

También al final de los Evangelios, Jesús nos entrega este celo misionero: “Id más allá, id a pacificar, a predicar el Evangelio”. Hermanos y hermanas, sintámonos todos llamados, como bautizados, a testimoniar y anunciar a  Jesús. Y pidamos la gracia, como Iglesia, de poder realizar una conversión pastoral y misionera. El Señor, a la orilla del mar de Galilea le preguntó a Pedro si le amaba y luego le pidió que pastoreara sus ovejas (cf. vv. 15-17).

Preguntémonos también nosotros, que cada uno se haga esta pregunta a sí mismo: ¿Amo realmente al Señor, hasta el punto de querer  anunciarlo? ¿Quiero convertirme en su testigo o me contento con ser su discípulo? ¿Me tomo a pecho a  las personas que conozco? ¿Las llevo a Jesús en oración? ¿Quiero hacer algo para que la alegría del  Evangelio, que ha transformado mi vida, haga más bella también la de ellos?

Pensemos en esto, pensemos en estas preguntas y vayamos adelante con nuestro testimonio. Gracias.