A veces hay que ensuciarse las manos para no manchar el corazón, dice el Papa
Por Nicolás de Cárdenas
ACIPRENSA, 3 de agosto de 2023.
El Papa Francisco afirmó ante un grupo de jóvenes de Scholas Occurrentes que “a veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón”, al entregarles un icono inspirado en la parábola del buen samaritano.
El Pontífice aseveró que “ninguno de nosotros está eximido de ser un buen samaritano” e invitó a los presentes a reflexionar sobre esta cuestión: “¿Cuántas veces se prefiere la pureza ritual a la Manccercanía humana?”.
Deteniendo la mirada en la figura del protagonista de la parábola evangélica también llamó a pensar sobre la actitud hacia los necesitados: “Les dejo la pregunta: ¿Qué cosas me hacen sentir compasión? ¿O vos tenés un corazón tan seco que ya no tiene compasión? Cada uno se responde”.
Antes de este ejercicio catequético del Pontífice, mantuvo un encuentro con los jóvenes miembros de Scholas Occurrentes, de confesiones diversas, que le interpelaron sobre diferentes cuestiones.
Respeto dinámico
Aladino Dabo, joven musulmán proveniente de Guinea Bissau, quiso conocer el motivo por el que en esta organización de derecho pontificio personas de diferentes religiones son capaces de identificarse en común.
El Papa explicó que la clave está en “un respeto no estático” sino dinámico, “que pone en marcha” para hacer las cosas de tal manera que puedas “escuchar al otro que tiene algo que decirte”, y que el otro pueda “escucharte a vos, porque vos tenés algo que decirle”.
“Scholas es un encuentro caminando, todos, del país que seas, de la religión que seas, son tanto mirar adelante y caminar juntos, eso es constructivo”, añadió.
Las crisis dan sabor
En respuesta a Paulo Esaka Oliveira, joven evangélico, el Papa Francisco explicó que “una vida sin crisis es una vida aséptica”, como el agua destilada que, afirmó, “no tiene sabor a nada”.
En este sentido, añadió que estas situaciones “hay que asumirlas y resolverlas, porque quedarse en la crisis tampoco es bueno: es un suicidio continuo”.
El Santo Padre considera que “las crisis hay que caminarlas, hay que asumirlas y raramente solo”. Por eso animó a “resolver cosas juntos, seguir adelante, y crecer juntos”.
“Bueno, adelante, aunque sea para comer una feijoada”, bromeó el Pontífice para terminar.
Del caos al cosmos
La portuguesa católica Mariana dos Santos Barradas explicó en profundidad al Papa el significado del gran mural que decoraba la sede de Scholas Occurrentes bajo el título “Vida entre mundos” y que cubría las paredes y el techo del lugar.
La joven habló del caos y el Pontífice quiso disertar sobre la cuestión: “Había alguien que decía que la vida del hombre, nuestra vida humana, es hacer del caos un cosmos, o sea de lo que no tiene sentido, de lo desordenado, lo caótico, hacer un cosmos, con sentido, abierto, invitador, comprensivo”, afirmó.
A su juicio, en la vida corriente sucede lo mismo: “Hay momentos de crisis -vuelvo a tomar la palabra- que son caóticos, que vos no sabés dónde estás parado”.
Sin embargo, advirtió más adelante en su respuesta, “una vida que se queda en lo caótico es una vida fracasada y una vida que nunca sintió el caos es una vida como destilada. Todo perfecto, las vidas destiladas no dan vida, se mueren en sí mismas”.
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INICIO JORNADA DE LA JUVENTUD
El Papa en la Ceremonia de acogida: “ninguno es cristiano por casualidad”
Francisco se reúne con los jóvenes de todo el mundo congregados en el Parque Eduardo VII de Lisboa con motivo de la Ceremonia de Acogida. Al igual que un padre con sus hijos, el Papa les ha dado varios consejos para no dejarse estafar por las ilusiones del mundo digital y les ha recordado que en la Iglesia hay espacio para “todos” y que Dios nos ama “como somos, sin maquillaje”.
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano. (V.N., 030823).
“Es Jesús quien los ha llamado, ¡agradezcámosle a Él!”. Con estas palabras el Papa Francisco ha recibido a los jóvenes que se han dado cita en el Parque Eduardo VII de Lisboa con motivo de la Ceremonia de Acogida de la Jornada Mundial de la Juventud 2023. Francisco además de agradecerles el “simpático alboroto que hacen” y esperar “poderse contagiar de su alegría”, les recuerda que “no están aquí por casualidad”: “El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. Sí, Él los ha llamado por sus nombres”.
El Papa hace hincapié en este “Llamados por sus nombres”: “ninguno es cristiano por casualidad, todos hemos sido llamados por nuestro nombre” dice el Papa, explicando que “al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, de las sombras y de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados, porque somos amados” explica el Papa a los jóvenes participantes de la JMJ y puntualiza: “Chicos y chicas, somo amados como somos sin maquillaje, ¿entienden esto? Y somos llamados por el nombre de cada uno de nosotros”.
Atentos a las ilusiones del mundo virtual
Como un padre, Francisco da un consejo a los jóvenes que han ido a encontrarse con él en Lisboa: “Quisiera que veas una cosa: muchos hoy saben tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. De hecho, tu nombre es conocido, aparece en las redes sociales, se elabora por algoritmos que le asocian gustos y preferencias, pero todo esto no interpela tu unicidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado”. Por ello, Francisco les aconseja “estar atentos a las ilusiones de lo virtual, porque muchas realidades que nos atraen y prometen felicidad después se muestran por aquello que son: cosas vanas, pompas de jabón, superfluas, cosas que no sirven y que nos dejan vacíos por dentro”. En cambio, les recuerda, “Jesús no es así; él confía en ti, confía en cada uno de nosotros, porque para Jesús cada uno de nosotros le importamos y ese es Jesús”.
¿Cuál es el punto de partida de la JMJ?
En esta Jornada Mundial de la Juventud, el Papa espera que “sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados tal como somos”. “Este – dice – es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo de la vida”. Por ello, Francisco les recuerda que a pesar de aquello que a veces ven sus ojos, empañados por la negatividad y deslumbrados por tantas distracciones, deben ayudarse entre ellos a reconocer esta realidad esencial: “recordar que somos valiosos a los ojos de Dios y somos amados como somos, no como quisiéramos ser”.
“Quiero ser claro con ustedes: en la Iglesia hay espacio para todos”
Haciendo referencia a las cartas que le han enviado algunos jóvenes, en el que comparten al Papa algunos de sus miedos de no ser aceptados, Francisco les expresa un mensaje claro: “en la Iglesia hay espacio para todos, en la Iglesia ninguno sobra, ninguno está de más, hay espacio para todos, así como somos, todos. Y esa es la Iglesia la madre de todos” e insiste: “El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él no cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge”.
La vida nos va dando las respuestas
Francisco asegura que cada uno de nosotros tiene sus interrogantes dentro y pide a los jóvenes llevar, esos interrogantes “en el dialogo común entre nosotros y cuando rezamos delante de Dios”, porque a esas preguntas “con la vida se van haciendo respuestas y solamente tenemos que esperarlas”. “Dios – sigue afirmando – ama por sorpresa: no está programado, el amor de Dios es sorpresa y siempre sorprende, siempre nos mantiene alertas y nos sorprende”.
Estamos amortizados por el amor de Dios
Por último, el Papa pide a los chicos y chicas presentes que “confìen porque Dios es padre y es padre que nos quiere y nos ama, esto no es muy fácil y para esto tenemos una gran ayuda la madre del Señor, ella es nuestra madre también” asegura. Destaca su pensamiento final: “No tengan miedo, tengan coraje, vayan adelante sabiendo que estamos amortizados por el amor que Dios nos tiene. Dios nos ama”.