Perla Rodríguez Contreras
Después de la pandemia que conllevó una suspensión de todas estas actividades, este Viernes Santo regresó a la capital duranguense la tradicional escenificación del Viacrucis viviente.
Teniendo una primera estación frente al Arzobispado, en avenida 20 de Noviembre, esquina con Francisco I Madero, arrancó esta devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, con un importante número de espectadores, quienes a la par avanzaron hasta llegar al Calvario.
La titular del Instituto Municipal del Arte y la Cultura de Durango (IMAC), Virginia Ruiz, precisó que participaron en la escenificación un total de 20 actores, los cuales se prepararon desde el mes de febrero. Los ensayos se dieron a diario, “y se fueron intensificando cuando se fue acercando la fecha”.
El arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz Jiménez, celebró el poder retomar estas actividades presenciales, y lanzó un llamado a los creyentes para seguir en el camino.
“El Viacrucis y todas las celebraciones de la Semana Santa vienen a ser espacios de paz. La Iglesia quiere abonar a la paz, la Iglesia quiere ser constructora de paz en un México tan complicado, tan violento”.
Al haber observado una nutrida presencia de duranguenses e incluso turistas en actividades religiosas, mencionó la importancia de que haya muchos creyentes, puesto que así hay más plegarias, que tanto se necesitan.
“En el contexto social muy difícil que tenemos en México se necesita mucho de la unidad, de la oración, y sobre todo se necesita de la paz. La situación que estamos viviendo amerita que elevemos una oración muy fervorosa y con mucha fe”.
En ese sentido, dijo, el Viacrucis es una oportunidad para acompañar al pueblo que sufre por tantas cruces, especialmente la de la violencia e inseguridad, “que siguen asesinando a tanta gente”.