Visitarà Parlamento Europeo a Mèxico y CA

¿Qué puede hacer la UE contra las “zonas de silencio” en México y Centroamérica?

(DW, 261022).- La alarmante situación de los periodistas en México y Centroamérica llegó a una conferencia en la Eurocámara. Aparte de sacarlos del país cuando el riesgo es inminente, ¿qué más se puede hacer desde la UE?

 

“Cuando se asesina a un periodista, la señal es que cualquier cosa puede pasarle a todos los demás”, afirma Lucía Lagunes, directora de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer). “Pero cuando se asesina a una periodista, el mensaje es para todas las demás: es el silenciamiento, la desaparición, el odio mayor”, explica a DW.

 

En un seminario en el Parlamento Europeo, patrocinado por la Fundación Heinrich Böll y la plataforma EU-LAT, periodistas de El Faro y de CIMAC, así como algunos autoexiliados en Europa, alertaron no solamente de los asesinatos a periodistas, sino del acoso y los diversos mecanismos que los gobiernos han puesto en marcha para crear “zonas de silencio”.

 

Silenciarlos, no solo matarlos

Entre diciembre de 2018 y agosto de 2022, 36 periodistas fueron asesinados en México; de ellos, según el informe de CIMAC, cinco eran mujeres. En los programas de apoyo que tiene la Unión Europea para defensores de derechos humanos debería tenerse en cuenta que, “si en México ser mujer es un riesgo, ser mujer periodistas es doble vulneración y doble riesgo”, afirma la directora de CIMAC.

 

“La impunidad llega a tal grado, que los perpetradores saben que no van pisar una cárcel, que el costo por asesinar a una mujer periodista es muy bajo. Al no investigar, están permitiendo que esto siga ocurriendo”, subraya Lagunes.

 

“La respuesta de emergencia -cuando una persona defensora o periodista está amenazada- es muy importante. En España y otros países de la UE hay programas de apoyo cuando la vida de alguien corre peligro inminente y tiene que salir por seis meses o indefinidamente. También hay programas de respiro para los que tienen que salir a otro país, u otro continente, para cuidar de su salud mental”, explica a DW Iria Folgueira, coordinadora de incidencia de Protection International. “Pero eso no es sostenible”, recalca, apuntando a la responsabilidad de los Estados. Y no es que falten mecanismos de protección en México o en Honduras, por ejemplo, pero al parecer no funcionan.

 

“En Guatemala se archivó el proceso de creación de un mecanismo de protección hace cinco años y no se ha hablado más de eso”, sigue Folgueira. La especialista de Protection International considera que el seguimiento y la presión para que México y Centroamérica avancen en la creación de mecanismos eficientes es una de las cosas que la UE podría hacer mejor con sus instrumentos de derechos humanos y democracia. También puede usar los diálogos que, enmarcados en acuerdos comerciales y de cooperación, mantiene tanto con México como con los países de América Central.

 

“No podemos aceptar que en un país que se llama democrático, que no está en guerra, tengamos estos niveles de crimen, es un muy mal indicador”, subraya Lucía Lagunes, aludiendo a la cláusula democrática que incluye el acuerdo que tiene la UE con México.

 

El momento es importante

El momento es importante: por un lado, la conclusión de la modernización del Acuerdo Global con México es, al parecer, inminente; por otro, la sostenibilidad del tratado con los países centroamericanos está en revisión.

 

“Tenemos que ser sinceros con los socios centroamericanos: la situación es alarmante y la democracia está en peligro. En algunos de manera más sutil que en otros”, dice a DW Tilly Metz, presidenta de la Delegación para los Países de América Central, aludiendo a los diversos mecanismos e instrumentos legales que se han ido desarrollando para cerrar espacios a la libertad de expresión.

 

En la antesala de visitas del Parlamento Europeo tanto a México como a Guatemalay Honduras, Metz afirma: “El comercio sigue adelante y es importante que nuestro diálogo y nuestras relaciones se mantengan. Pero la libertad de expresión es una de las piedras angulares de la democracia. No podemos permitir que haya zonas de silencio”.

 

(ers)