Perla Rodríguez Contreras
Cada semana se reciben alrededor de 120 llamadas de auxilio en la Unidad de Atención y Prevención a la Violencia Familiar y de Género de la Dirección Municipal de Seguridad Pública (DMSP), entre las cuales hay casos de reincidencia, es decir, de mujeres que ya habían sido agredidas y vuelven a ser víctimas.
Así lo señaló la coordinadora de esta unidad, Viviana Soto Villarreal, quien explicó que el fenómeno de la violencia familiar y de género es ambiguo, pues “en el momento en que estoy denunciando a una persona con la que tengo un proyecto de vida, con quien tuve buenos ratos, y hay un afecto y cariño, eso hace que se dude en el
proceder de manera judicial, en una denuncia”.
Entonces, si bien al momento de la agresión muchas de las mujeres comienzan con una denuncia, finalmente no le dan seguimiento, derivado de una situación multifactorial. Por ejemplo, la presión social y de los mismos familiares de alguna manera influyen para que la persona violentada tome la decisión de no dar seguimiento.
“Esta fase va a durar poco, y nuevamente se van a llevar episodios complicados de violencia”. Soto Villarreal dijo que al conocer de casos de reincidencia, se hace contacto y se da seguimiento a través del Centro de Justicia para las Mujeres, quienes colaboran en medidas de protección y valoración del riesgo.
“Porque hay algunas que sí deciden regresar con su agresor, pero hay otras que no lo deciden, pero él llega, violenta, se impone, las busca, las acosa, y estos casos son los que requieren de una mayor prioridad”.