Otra traición a la niñez y a la familia mexicana

Otra traición a la niñez y a la familia

 

EDITORIAL  ACNmarzo 20, 2022

La crisis de seguridad y los efectos de la pandemia, han generado una grave incertidumbre en todos los sectores sociales del país, especialmente sobre los más vulnerables mismos que no encuentran alternativas inmediatas para un desarrollo integral y futuro seguro.

Un aspecto es el educativo. Después del confinamiento, los niños de México han resentido el encierro poniéndolos en una dura situación: la del rezago. Aún cuando quiso verse la alternativa de la virtualidad como solución para fomentar el proceso educativo, quedaron al descubierto los efectos adversos. En junio de 2021, una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad -IMCO- señaló que, de “acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pandemia causó en México un rezago que equivale a dos años de escolaridad”.

Los golpes prosiguen con consecuencias devastadoras. A fines de febrero, la Secretaría de Educación Pública publicó el acuerdo 05/02/22 expidiendo el acta de defunción de las escuelas de tiempo completo dentro del programa La Escuela es Nuestra. De acuerdo con la organización Mexicanos Primero, el documento de la SEP es de los más evidentes desacatos a una sentencia del Poder Judicial de la Federación de septiembre de 2021 que ordenó garantizar recursos e insumos suficientes a las escuelas del tiempo completo.

Mexicanos Primero afirma que hace dos años, el gobierno de la República decidió la cancelación unilateral de las escuelas de tiempo completo para integrarlo como componente de La Escuela es Nuestra. Uno de los mayores beneficios, la alimentación a los niños, sobrevivía no sin dificultades, pero cubriendo las necesidades de más de 1.6 millones de niñas y niños quienes tenían en la escuela un alimento seguro en áreas de rezago y de marginación.

A pesar de lo anterior, la misma organización afirma que, no obstante el “aumento de recursos y de una sentencia judicial ordenándoles asignar 5 mil millones de pesos a la ampliación de jornada y alimentación, la administración decidió afectar de manera despiadada a 3.6 millones de NNA, -niñas, niños y adolescentes- quienes necesitan mayor tiempo en las aulas para reparar el desajuste emocional y el rezago académico que han sufrido, sin hablar del empobrecimiento de sus familias en el encierro”.

Escuelas de tiempo completo era de los pocos programas de desarrollo social que venían funcionado con aceptable éxito según los análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. En 2018, a través del estudio “Impacto del Programa Escuelas de Tiempo Completo”, concluyó que, el “análisis según la disponibilidad del servicio de alimentación mostró que éste incrementa el impacto del PETC -Programa Escuelas Tiempo Completo- en la disminución de la repetición y el rezago de manera significativa. En las escuelas sin servicio de alimentación sólo hay impactos significativos en rezago, con una disminución de 0.23 puntos porcentuales, que es menor al impacto de -0.49 puntos porcentuales de las escuelas con servicio de alimentación. Estas estimaciones muestran con claridad que el comportamiento de las escuelas con y sin servicio de alimentación es diferente, ya que éste impulsa el logro educativo en las escuelas de jornada ampliada”.

A pesar de lo anterior, nuevamente tenemos un caso de éxito que ahora es desmantelado por el gobierno de la pretendida 4T de López Obrador. El argumento es el mismo y la excusa, la de siempre. Las organizaciones de la sociedad civil afirman que la aportación de recursos a La Escuela es Nuestra hará de este un programa de albañilería con un claro propósito: Captar votos, un recurso electorero en beneficio del partido en el poder.

En 2018, López Obrador aseguró que los niños y la familia son la mejor apuesta de inversión para la seguridad social en el país. Para lograrlo, uno de los mejores recursos es la educación. Los obispos de México así lo aseguran en el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033: “No podemos aceptar que el gobierno margine a la sociedad, y menos a los padres de familia, pues ellos son los primeros responsables de la educación de los niños y jóvenes. Hay iniciativas educativas diversas que requieren ser verdaderamente promovidas y apoyadas, más que fiscalizadas y sancionadas por mínimos detalles de gestión administrativa…”

No falta razón a las organizaciones de la sociedad civil cuando se da este golpe al cancelar este programa. Lo califican de “golpe definitivo” que arrebató el desarrollo a los niños y el empleo a los maestros. “Muestra que al gobierno federal no le importan las NNA, ni los estragos que la pandemia causó en ellas y ellos”. Y sin mayores adornos lo aseguran. Este golpe es una traición al derecho a aprender de todos los niños de México.