Empresarias aceptaron colaborar y donar cinco chicharras para instalarse en zonas de alto riesgo de violencia de género y que no cuentan con internet.
Los botones de pánico tienen un costo aproximado de 50 mil pesos. Los 22 ya instalados en la ciudad han bajado los índices de violencia
Las chicharras son un proyecto alternativo a los botones de pánico. La meta es comenzar a instalarlas a partir del 8 de marzo.
Estos mecanismos ayudarán a agilizar la respuesta a los reportes de violencia familiar o de género.
Durango se encuentra en alerta de género desde 2018, principalmente por la violencia intrafamiliar; por ello, se atienden con acciones y resultados.
Se busca la participación de las empresarias para la colocación de más puntos de alerta, ahora de los poblados de la capital.
Los botones de pánico requieren una fuente de energía y fibra óptica para conectar la cámara de videovigilancia a la Dirección de Seguridad Pública.
En zonas suburbanas y localidades fuera del área urbana es imposible instalarlos botón; por ello, se suban nuevos protocolos de acción basados en el mismo principio de funcionamiento del silbato rosa.
El silbato rosa es una estrategia internacional en el que una sociedad organizada apoya a una mujer al accionarlo.
Ahora se planea instalar en algunas zonas del municipio una chicharra de seguridad que emita un sonido potente y que permita a la sociedad actuar en conjunto.