Ataca Virus Verástegui; pide oración a todos

Eduardo Verástegui da positivo al COVID-19 a pocos días de la Navidad

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa, 191221.

 

El conocido actor y productor católico Eduardo Verástegui informó a través de sus redes sociales que ha dado positivo al COVID-19 y que pasará una Navidad “realmente distinta” sin la compañía de sus seres queridos.

“Querida familia, quiero compartirles que hoy en Los Ángeles me hice la prueba PCR de COVID, y el resultado es positivo. Seguiré el protocolo de cuarentena, como corresponde. Estoy bien, sin más novedad que la prueba positiva. Esta Navidad será realmente distinta”, señaló Verástegui en un tuit publicado durante la madrugada del domingo 19 de diciembre.

Y agregó: “Pasaré solo Navidad, pero a la vez, estaré junto a todos ustedes. Me siento muy cerca de quienes ya han atravesado por esta situación o lo hacen  ahora. El Rosario sigue siendo mi fuerza y Dios mi seguridad. Y todos ustedes, mi compañía. ¡Los quiero mucho! ¡Dios nos cuide!”.

Verástegui es un conocido defensor de los derechos humanos desde la concepción y fundador del Movimiento “Viva México”, el cual se dedica “a unir y potenciar los esfuerzos de la sociedad civil en favor de los derechos humanos fundamentales”.

El actor católico comenzó una campaña de oración diaria del Rosario el 22 de marzo de 2020 a través de su página oficial de Facebook que continúa hasta el día de hoy.

Entrevistado por EWTN Noticias en junio del 2020, Verástegui señaló que reza el Santo Rosario cada día durante los últimos 16 años.

“Rezo para recibir la fortaleza, rezo para tener una mejor visión, para calmarme, tranquilizarme, para que Dios me bendiga y pueda yo cumplir la misión por la cual Él me ha creado”, dijo Verástegui en esa ocasión.

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El milagro eucarístico que ocurrió en Navidad y muestra un corazón en agonía

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa, 191221.

 

Uno de los milagros eucarísticos más recientes, y oficialmente aprobado por el Vaticano, ocurrió en la Navidad del año 2013 en Polonia y contiene tejido de un corazón sufriente, en agonía.

La Eucaristía es el sacramento de la Iglesia Católica en el que está realmente presente Jesucristo. Un milagro eucarístico, como el de Polonia, es un signo sobrenatural que resalta de manera singular la presencia de Dios.

En 2020, el P. Andrzej Ziombra, párroco de la iglesia de San Jacinto en Legnica (Polonia), cerca de la frontera con Alemania y República Checa, relató a EWTN Polonia la historia del milagro eucarístico ocurrido en esa parroquia.

“En la Navidad de 2013 la hostia consagrada cayó al suelo durante la distribución de la Santa Comunión y después esta hostia fue colocada en agua. Luego de 10 días se descubrió que había una mancha roja en ella”, explicó el sacerdote polaco.

“Por este motivo, el obispo solicitó una investigación científica y se descubrió que, primero que nada, los científicos no lograban explicar el motivo de la mancha roja”, agregó.

Sin embargo, “en una investigación histopatológica detallada, se encontró un fragmento del músculo cardíaco en agonía bajo el microscopio”, indicó el P. Ziombra.

Mons. Stefan Cichy, entonces Obispo de Legnica, creó una comisión para supervisar la hostia. En febrero de 2014, un pequeño fragmento fue colocado sobre un corporal y pasó por varias pruebas.

El comunicado médico final del Departamento de Medicina Forense encontró que “en la imagen histopatológica, se encontró que los fragmentos contienen partes fragmentadas del músculo estriado transversal. Es más similar al músculo del corazón”.

Las pruebas también determinaron que el tejido era de origen humano, y hallaron que presentaba señales de sufrimiento.

Dos años después, el 17 de abril de 2016, el siguiente Obispo de Legnica, Mons. Zbigniew Kiernikowski, aprobó la veneración de la hostia sangrante que “tiene las características distintivas de un milagro eucarístico”.

De acuerdo a las recomendaciones del Vaticano, que mediante la Congregación para la Doctrina de la Fe dio su aprobación, el Obispo pidió al P. Ziombra “preparar un lugar adecuado para las Reliquias, de tal forma que los fieles puedan venerarlas”.

El P. Ziombra dijo a EWTN Polonia que en estos años ha reunido diversas historias de personas que han llegado a la parroquia desde distintas partes del mundo y que han experimentado “conversiones inesperadas en sus vidas”.

Incluso personas hostiles a la fe han “cambiado radicalmente su vida, su actitud hacia Dios y se ha convertido en creyentes muy apasionados”, agregó.

El sacerdote comentó además que “este es un signo dirigido principalmente a cada uno y debe ser recibido en modo muy personal. Es decir, cada persona que en cualquier forma está vinculada a este signo, a este milagro eucarístico, podría preguntarse qué quiere decirme Dios con este signo”, aseguró el P. Ziombra.

En segundo lugar, el sacerdote polaco destacó que “en la hostia consagrada haya sido encontrado un corazón moribundo, que subraya sin duda el carácter del sacrificio de Jesús”.

“El hecho que el Señor Jesús haya dado su vida por cada uno de nosotros, por mí, es decir, que tuvo que ver con su pasión cruel, su sufrimiento, que a su vez me llama, como católico, a hacer mi vida un sacrificio, en forma que mi sacerdocio sea de verdad incorporado a este sacrificio con total dedicación; de modo que la vida de toda familia católica sea incorporada en este sacrificio”, dijo el P. Ziombra.

El filósofo y teólogo, Philip Kosloski, autor del libro “Sobre las huellas de un Santo: La visita de Juan Pablo II a Wisconsin”, escribió en 2016 un artículo sobre el mensaje del milagro eucarístico de Legnica.

“Parece que una causa del milagro fue el poco cuidado del Santísimo Sacramento” que se cayó durante la Comunión, escribió.

“Los accidentes suceden y no busco señalar a alguna persona o algún sacerdote que dejó caer la hostia. Sin embargo, eso nos recuerda un tema importante: el uso de las patenas”, resaltó.

La patena es el pequeño plato dorado que usa el acólito y que coloca debajo de la boca o las manos de la persona que recibe la Comunión. De esta manera, si la hostia o alguna partícula cae, la patena evita que llegue al suelo.

“La práctica ha sido abandonada por muchos en la Iglesia en las últimas décadas” pese a que el documento del año 2004, Redemptionis Sacramentum, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, exige su uso.

El Misal Romano también requiere el uso de la patena y que esta esté sobre la credencia o mesa, en la que se ponen los ornamentos litúrgicos antes de ser llevados al altar.

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Las oraciones fueron escuchadas y el milagro se repitió: Se licuó la sangre de San Genaro

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa, 161221.

 

En la tarde de este jueves 16 de diciembre se repitió el milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro en la Catedral de Nápoles, en Italia.

Los fieles habían quedado expectantes y en oración, debido a que durante la mañana y luego de la Misa, el milagro no se había producido.

Según informó un medio local, el abad de la Capilla de San Genaro en la Catedral, Mons. Vincenzo De Gregorio, abrió la caja fuerte con la reliquia del santo alrededor de las 9:00 a.m. y la sangre estaba totalmente sólida.

El relicario se colocó en el altar al culminar la Misa y se quedó allí durante todo el día a la espera de que se repita el milagro de la licuefacción, lo que ocurrió finalmente a las 5:59 p.m. (hora local).

La página de Facebook de la Capella di San Genaro informó que “la ceremonia se ha desarrollado excepcionalmente sobre el altar mayor de la Catedral de Nápoles y no, como de costumbre, en la Capilla de San Genaro, en respeto a las normas anticovid”.

“El prodigio de diciembre, el último de las tres ceremonias en las que se licúa la sangre tradicionalmente cada año, se conoce también como ‘milagro laico’, porque usualmente se realiza en la Capilla del Tesoro de San Genaro”, agrega la publicación.

La sangre de San Genaro, que se conserva sólida en un relicario, se suele licuar tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre (fiesta de San Genaro) y el 16 de diciembre, en memoria del milagro producido por la intercesión de San Genaro que evitó una catástrofe tras la erupción del volcán Vesubio en 1631.

El milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro también ocurrió este año en mayo y el 19 de septiembre; pero no ocurrió en diciembre de 2020.

El milagro no siempre ocurre igual: a veces la licuefacción tarda varias horas, o incluso días. En otras, como en 2018, el milagro se produce antes de la celebración litúrgica, y en otras ocasiones, por motivos desconocidos, la sangre no se licúa.

El mismo Papa Francisco fue testigo del milagro en marzo de 2015. En aquella ocasión, la sangre se licuó delante de la mirada del mismo Santo Padre.

Se trata de un hecho extraordinario que también se produjo en 1848 delante del Papa Pío IX. El milagro, en cambio, no sucedió durante las visitas de San Juan Pablo II en 1979, ni de Benedicto XVI en 2007.

El martirio de San Genaro

San Genaro, patrono de Nápoles, fue Obispo de Benevento. Durante la persecución contra los cristianos fue hecho prisionero junto a sus compañeros y sometido a terribles torturas. Un día, él y sus amigos fueron arrojados a los leones, pero las bestias solo rugieron sin acercárseles.

Entonces fueron tildados de usar magia y condenados a morir decapitados cerca de Pozzuoli, donde también fueron enterrados. Esto sucedió aproximadamente en el año 305.

Las reliquias de San Genaro fueron trasladadas a diferentes lugares hasta que finalmente llegaron a Nápoles en 1497.

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