Arzobispo de Monterrey es reelegido como presidente del Episcopado Mexicano
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa, 091121.
Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, fue reelegido este 9 de noviembre para un segundo periodo como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
La elección se dio en el marco de la CXI Asamblea Plenaria de la CEM, que se realiza del 8 al 10 de noviembre en la sede del Episcopado conocida como “Casa Lago” en Cuautitlán Izcalli, a unos 30 kilómetros al norte de Ciudad de México.
Los obispos mexicanos eligieron como nuevo vicepresidente de la CEM a Mons. Gustavo Rodríguez Vega, Arzobispo de Yucatán, quien sucede en el cargo a Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Morelia, que se recupera actualmente de COVID-19.
El nuevo secretario general de la CEM, que suscederá en el cargo a Mons. Alfonso Miranda Guardiola, será Mons. Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca, que en el periodo anterior ocupó el cargo de Tesorero General.
El nuevo Tesorero General de la CEM es Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, Obispo de San Juan de los Lagos.
Mons. Rogelio Cabrera López fue elegido por primera vez como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y sucesor del Cardenal José Francisco Robles Ortega, el 13 de noviembre de 2018, para el trienio 2018-2021.
Tras su reelección, presidirá la CEM en el trienio 2021-2024.
Días atrás, la CEM señaló que para priorizar “la salud de los asistentes” por la pandemia de COVID-19, “únicamente fueron convocados los 127 obispos con derecho a voto”, de los más de 170 obispos que residen en México.
Además, se invitó al Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, a los ocho secretarios ejecutivos de las comisiones episcopales, al equipo base de vicarios episcopales de pastoral y a un pequeño grupo de personal, considerado por la CEM “indispensable para la realización de la asamblea electiva”.
En su mensaje de apertura, el 8 de noviembre, el hoy reelecto presidente de la CEM señaló que “el impacto de la pandemia ha sido tan fuerte que quizá, como los discípulos de Emaús, puso algo en nuestros ojos que nos ha impedido, en ocasiones, reconocer a Jesús en todos los afectados por las diferentes crisis que se acentuaron en estos recientes dos años”.
“Lamentamos el fallecimiento de obispos, sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral a causa del COVID-19”, expresó.
Mons. Cabrera López subrayó que “la contingencia nos afectó gravemente en lo sanitario, lo económico, en la inseguridad y la violencia, que ya eran un flagelo para nuestro pueblo, en especial para los más pobres, y que se han vuelto más evidentes en este trienio”.
“Ha sido una tormenta que ha puesto en peligro la estabilidad de nuestra barca eclesial”, dijo.
Sin embargo, continuó, “como los discípulos de Emaús, creo que hemos abierto los ojos para responder a estas crisis, tratando de hacerlo de la mejor manera”.
“Son muchos los aprendizajes adquiridos y más los que todavía tenemos pendientes”, aseguró.
Tras recordar que “el Papa Francisco nos ha invitado a salir mejores de esta crisis”, Mons. Cabrera López dijo que los obispos mexicanos “necesitamos redoblar nuestra atención a las emergencias que nos hemos planteado en estos años: los migrantes, los jóvenes y los sacerdotes”.
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