“Siempre que haya ganas de salir adelante y de hacer el esfuerzo, todo es posible”, así lo define Alejandra Castro en este momento de su vida, donde finalmente vio cristalizado el sueño de tener un negocio propio, “Dulce café”, prácticamente un rinconcito de Peñón Blanco en Durango.
La joven de Peñón Blanco
Alejandra, nació en el municipio de Peñón Blanco, creció en una familia de valores y donde se rodeó de amor y lazos fuertes con sus padres y hermanos.
En la familia siempre buscaron salir adelante y aunque en Peñón Blanco no había muchas oportunidades, ellos continuaron sus estudios hasta el nivel bachillerato a partir de ahí hubo necesidad de buscar nuevos horizontes y de separarse un poco para continuar en su preparación académica.
De esta manera Alejandra y sus hermanos viajaron hasta la ciudad de Durango, con mucho esfuerzo y sacrificio propio y de sus padres, logró terminar su Bachillerato en el COBACH Forestal y de ahí y cursar la carrera en la Facultad de Contaduría y Administración de la UJED.
“Me costó, me costó mucho estudiar, había días donde la opción era comida o tener monedas para el pasaje… Mis papás hicieron un gran esfuerzo por mandar dinero para que mis hermanos y yo siguiéramos estudiando, eso fue un acto de amor maravilloso que al final de cuentas generó un compromiso muy fuerte y quise ser recíproca con esfuerzo y terminar los estudios de la mejor manera posible, sí tenía que salir adelante”, reveló Alejandra.
La función pública
El tiempo fue pasando y por muchos años Alejandra trabajó en la Auditoría Superior del Estado con muy buen desempeño y con la oportunidad de continuar estudiando término una maestría y dos certificaciones que hoy engrosan su currículum y su experiencia.
La espinita de un sueño
Pero la espinita estaba ahí; el sueño de un negocio propio nunca se fue, a pesar de tener un trabajo y pronto ella sintió que ya era tiempo.
No fue una decisión sencilla, fue un acto y valiente pero se decidió a dejar su trabajo en Auditoría Superior para luchar por sus sueños, aunque fuera a empezar de cero.
Dulce café
Esta decisión fue lo más valiente, y poco a poco se fue consolidando el gran sueño de su vida, que hoy, a base de mucho esfuerzo y tesón es una realidad, nació Dulce café, en la esquina Calle Pasteur 605 entre Felipe Pescador y Pereyra, en el centro de la ciudad.
En ese espacio Alejandra construyó su negocio, pequeño por ahora, pero con grandes ilusiones y un gran trabajo que lo hará crecer.
Pedacito de Peñón Blanco
Por sus raíces muy de Peñón Blanco, Alejandra quiso compartir en su negocio las delicias culinarias de su tierra, como el exquisito asadero con tortilla de harina hecha a mano, la nuez, el chile y tantas delicias que produce la tierra bendita de su pueblo.
Las cosas no fueron para nada sencillas para ella; detrás de su logró, su maestría y de toda su preparación, hay todo un engranaje que la impulsó y hoy pretende compartirlo y no solo eso sino también algo para ver crecer a su municipio.
Este es un ejemplo también para todos aquellos jóvenes que están buscando salir adelante, perseguir sus sueños, “no se rindan” los retos son grandes, pero así de grande es la satisfacción de cumplirlos.
🌻Muchas felicidades Ale 🌻por este logro tan bonito.Y sobre todo que sigues teniendo en tu corazón el cariño y amor💗 para nuestro querido pueblo,nuestro pedacito de cielo.⚘
Te deceo todo lo mejor querida amiga y mucho exito.🌺
Se que desde el cielo tu mamá envia sus bendiciones🙏🏼 .
Tu amiga que te recuerda con mucho cariño.💗
Rayin Moreno Salcido👍