Durango, al rescate de la tarea misionera: FAJ

Arzobispo de Durango: La sinodalidad es un desafío porque nos mueve el tapete

Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez habla con Vatican News sobre el camino que emprenderá la Iglesia de Durango, en México, con la apertura, ayer, de la Fase Diocesana del Sínodo sobre la sinodalidad, un camino de espiritualidad y comunión para rescatar la tarea misionera de la Iglesia, “que es el sueño del Papa”.

Alina Tufani -Vatican News, 181021.

 

“La misión evangelizadora o la fortalecemos o la fortalecemos”. No hay alternativas para el Arzobispo de Durango, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez que ve en la misión evangelizadora, el culmen del camino de preparación para el Sínodo sobre la sinodaldad en 2023. En su reciente visita a Roma, como miembro de la Comisión Teológica para el Sínodo, monseñor Armendáriz conversó con Vatican News sobre algunos aspectos cruciales del tema del Sínodo de Obispos: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

 

“El Sínodo no es un tema, es un estilo de vida, una manera de ser en la cual tenemos que involucrarnos todos”, reiteró el prelado mexicano al afirmar que todo este proceso es un desafío para la Iglesia, “porque nos mueve el tapete como decimos en México”, es decir, que hace que cada quien “salga de su comodidad”, primero para abrirse a un estilo de vida “comunional” y luego para llevarlo a la práctica.

 

Monseñor Armendáriz: El Sínodo, un estilo de vida

“No podemos simular la unidad y la comunión porque esto se tiene que manifestar en obras, y estas obras, este proceso de comunión, nos tiene que llevar a un objetivo que es la misión”, afirmó el arzobispo de Durango.  Al respecto, señaló que la tarea ministerial como pastores, como animadores, es la de impulsar la espiritualidad, pues como dijo el Papa Francisco, la sinodalidad es un camino espiritual, no es un camino solamente de estrategias y de bonitos programas.

 

Si no hay misión, no hubo sinodalidad

“La sinodalidad – agregó Mons. Armendáriz – es cuestión de conversión. La sinodalidad nos lleva a la misión, y si no hay misión, pues no hubo sinodalidad. La sinodalidad no es otra cosa que caminar juntos, y esto es parte de un proceso: primero de encuentro con Cristo, de conversión permanente, de discipulado – tratar de ser como Jesús-, luego de comunión, sinodalidad y de misión”.

 

Sobre el riesgo de que un Sínodo sobre la sinodalidad pueda percibirse como un tema abstracto, y no como una gran platea para la escucha de todos, para hablar de la vida de la Iglesia y del mundo, el arzobispo de Durango enfatizó la naturaleza misma del Sínodo.